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Presupuestos Abiertos: aciertos y

El proceso para definir los presupuestos de la Diputación junto a la ciudadanía y los agentes de Gipuzkoa arroja aspectos positivos, y otros a mejorar

23/10/2016

Publicado en el 'El Diario Vasco' el 23 de octubre de 2016: 

45 días –del  1 de septiembre hasta el 14 de octubre-. Visitas a 16 municipios. 15 encuentros con más de 350 representantes de asociaciones de jubilados, estudiantes, política social o deporte. Más de 900 propuestas y sugerencias recibidas. Y un total de 1.542 guipuzcoanos y guipuzcoanas que han participado, eligiendo las líneas de actuación y los proyectos de la Diputación que consideran prioritarios. Son algunas de las cifras que arroja el proceso con el que hemos querido hacer partícipe a la sociedad de Gipuzkoa de los presupuestos de 2017, abriendo cauces ágiles de participación, y generando proximidad, cercanía, conocimiento y transparencia.

Cualquier ejercicio por parte de los representantes institucionales de abrir puertas y ventanas, salir a la calle al encuentro de la gente, e involucrarla en la deliberación pública y en el desarrollo de las políticas públicas, explicando  qué  y cómo lo hacemos, merece una lectura alentadora. Únicamente tengo palabras de agradecimiento ante la acogida recibida y la riqueza de las aportaciones que nos han hecho llegar allá donde hemos estado. Sin embargo, cualquier balance alejado de la autocomplacencia debe llevarnos a  reconocer los límites y limitaciones de este tipo de procesos, y el largo camino que queda por recorrer a la hora de articular un modelo de gobernanza que tenga la participación ciudadana como uno de sus pilares.

Comenzando por lo positivo, hay que destacar el elevado grado de ajuste entre las prioridades y preocupaciones dela Diputación, y las expresadas por las personas participantes. Profundizar en el desarrollo de las políticas sociales y garantizar su sostenibilidad –con especial hincapié en la atención a la dependencia-, y promover la actividad económica y el empleo digno y de calidad, teniendo en cuenta a jóvenes, mayores y pymes, son las peticiones más repetidas, lo que nos lleva a reafirmarnos en el camino emprendido. No hay nada más satisfactorio que comprobar de primera mano que las políticas y partidas presupuestarias más importantes de la Diputación conectan con las demandas de la sociedad.

El principal acierto de este proceso ha consistido, seguramente, en apostar por un modelo garantista y basado en la rendición de cuentas. Ya  no basta con escuchar. La ciudadanía está cansada de que se pida su opinión. Exige respuesta, saber que sus aportaciones no van a quedar en el limbo. Por ello, vamos a elaborar una memoria junto a los presupuestos, explicando qué peticiones se aceptan, cuáles no, y por qué. El informe será entregado a las personas participantes, que podrán comprobar cómo se incorporan sus aportaciones al presupuesto.

Esta claridad, tanto en los compromisos como en los plazos, ha sido lo mejor valorado del proceso, lo cual nos habla de una sociedad pragmática, que rehúye de las falsas promesas, los brindis al sol, y con una acentuada sensibilidad para detectar planteamientos políticos basados en el populismo y/o el marketing político. A su vez, puede tratarse de la frustración generada por anteriores experiencias de participación en las que no se ha gestionado adecuadamente el ‘feedback’ con la ciudadanía participante, o se han enfocado de forma paternalista o sectaria.

En cuanto a los aspectos a mejorar, debemos reconocer que la apuesta por introducir las nuevas tecnologías, combinándolas con formatos presenciales, no ha funcionado al nivel esperado. De las 1.542 personas participantes, únicamente 182 lo han hecho a través de la plataforma ‘on line’, inspirada en las experiencias más avanzadas como las de París, Hamburgo, o Toronto. Creo que el simulador de presupuestos tiene como ejercicio un gran valor formativo, pero el hecho de incluir un formulario de inscripción, aún con el fin de con el fin de otorgar seguridad y garantías al proceso, puede haber resultado contraproducente, al requerir  tiempo y esfuerzo. Lo cual nos lleva a otra asignatura pendiente: atraer a las personas más jóvenes. La edad media de quienes han participado en los Presupuestos Abiertos supera los 45 años.

Hemos tratado de desgranar el vasto contenido de los presupuestos, explicando cómo repercuten a la ciudadanía y a su calidad de vida, utilizando un lenguaje claro y sencillo. Sin embargo, todavía hay mucho que perfeccionar en ese ejercicio de bajar a la tierra la actividad de la Diputación y hacerla comprensible. Los representantes  públicos seguimos utilizando en ocasiones unos códigos y una semántica demasiado administrativa y barroca. Agilizar y desburocratizar las relaciones con la sociedad, consensuando lenguajes y canales, sigue constituyendo un reto importantísimo en el que no debemos tener miedo a avanzar, aún a través del ensayo-error.

Tal y como hemos podido volver a comprobar con los Presupuestos Abiertos, la apuesta por la participación ciudadana plantea una doble paradoja. Por un lado, tenemos una sociedad con un alto grado de madurez y cultura políticas, pero que desconoce en gran medida las importantes competencias y el quehacer de la Diputación.  Por otro,  estamos ante una ciudadanía activa, dinámica y comprometida a través de distintos agentes, órganos y asociaciones, exigente hacia los poderes públicos, pero que todavía tiene reservas a la hora de participar a título individual en las dinámicas participativas puestas en marcha por éstos. Sería pecar de reduccionismo enfocar el valor de estas iniciativas desde lo meramente cuantitativo, pero no deben dolernos prendas en reconocer que su alcance es, de momento, limitado.

De cualquier manera,  el reto que se nos plantea es ilusionante: traducir esa saludable exigencia hacia las instituciones en una mayor corresponsabilidad en la creación de valor público. Algo que pasa por asumir que la política no es exclusivamente cosa de políticos. Si Gipuzkoa es a día de hoy un Territorio equilibrado, avanzado y sostenible, lo es en gran medida gracias a la acción conjunta y sostenida de las instituciones y la sociedad. Lo mejor que tenemos como Territorio, nuestras iniciativas y proyectos más referenciales, aquellos que han cruzado fronteras, son producto de este modelo de gobernanza colaborativo. Nos atañe a todos y todas fortalecer esta seña de identidad y adaptarla al siglo XXI, y experiencias como los Presupuestos Abiertos, aún teniendo mucho que mejorar, son un paso más en ese camino.

  

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