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2016/05/13

Promoción económica es el lema que más hemos repetido desde que conformamos equipo de gobierno en la Diputación Foral de Gipuzkoa a finales de junio del año pasado. Promoción económica, como eje vertebrador de la acción de gobierno, como objetivo estratégico, como base de la recuperación y como garante de la sostenibilidad de nuestro sistema de protección social y, por ende, de nuestro nivel de bienestar a través del empleo de calidad.

Siendo un objetivo estratégico, tiene un protagonismo fundamental en el Plan Estratégico de Gestión, plan que define nuestra hoja de ruta para la acción de gobierno de la Diputación Foral.

No debemos olvidar que el nivel de bienestar alcanzado en Gipuzkoa en las últimas décadas se debe en gran medida a la actividad económica y al dinamismo emprendedor desarrollado durante años. Nivel de bienestar que, medido en indicadores de desigualdad como el coeficiente Gini o el índice S80/S20, nos sitúa entre los mejores de clase a nivel europeo, en línea con países del norte que son referencia en este ámbito.

No obstante, esta realidad no debe hacernos caer en la autocomplacencia, ni hacernos obviar que el nivel de desarrollo del que disfrutamos se mantiene solo a base de un esfuerzo constante y continuado en el tiempo. Tampoco podemos olvidar que existen realidades que siguen requiriendo de toda nuestra atención, y que debemos seguir mejorando en materia de desigualdad social.

Por tanto, debemos seguir trabajando e impulsando la promoción económica para hacer de Gipuzkoa un territorio de referencia en términos de cohesión social. Para ello, hemos elaborado planes de actuación para apuntalar nuestras empresas, incentivar nuevos proyectos y atraer nuevas iniciativas a Gipuzkoa, entre los que cabe citar el Plan de Reactivación Económica: 200 millones de euros a lo largo de la legislatura, destinados a fortalecer y potenciar la competitividad de nuestro tejido empresarial y, por ende, del conjunto del territorio, y donde la fiscalidad ejerce de eje transversal.

En este contexto, acabamos de presentar un proyecto de Norma Foral para fomentar la participación en la empresa, estrategia dirigida a apuntalar nuestras empresas en el territorio. Una iniciativa que pretende adecuar la fiscalidad a las necesidades de todas aquellas personas trabajadoras que quieren participar en las empresas, a todas aquellas personas que quieren unir sus proyectos de vida a sus proyectos profesionales.

Se trata, sin duda, de un paso de gran relevancia para el proyecto vital de cualquiera que decida apostar por esta vía, lo que exige una actualización de la normativa impositiva acorde a la importancia del momento. Con la entrada en vigor de la nueva norma, se modifica tanto el porcentaje de la deducción como el límite anual, pero el cambio de calado radica en la posibilidad de extender la deducción a los cuatro ejercicios siguientes a la compra hasta un límite determinado, una opción reservada a muy pocos supuestos y de tal relevancia como, por ejemplo, la adquisición de la primera vivienda.  

En nuestra opinión, la participación es una magnifica herramienta para apuntalar no sólo las empresas y los centros de decisión al territorio sino también para amarrar el talento a los proyectos empresariales. Una vía para fortalecer nuestras empresas, mejorando su competitividad e impulsando el compromiso de todas las partes involucradas en el proyecto. Una estrategia que, por extensión, hace más fuerte al territorio y nos hace más fuertes a todos. El proyecto de Norma Foral pretende incentivar tanto la participación como la sucesión de las empresas, apoyando fiscalmente la venta a las personas trabajadoras frente a otras opciones.  

Y en este sentido, queremos apoyarnos en una fortaleza que tenemos en Gipuzkoa, la de la cultura de participación en los proyectos empresariales. Tenemos distintos modelos de participación, complementarios entre ellos, que tienen una importante penetración en el territorio y que han sido, son y serán modelos fundamentales para apuntalar nuestro tejido económico y desarrollar proyectos de éxito. El proyecto de Norma Foral busca precisamente construir sobre esta cultura de participación.

La inclusión de la perspectiva de género es otra de las principales novedades de la nueva normativa. El trato diferenciado a mujeres y hombres, plasmado en los límites deducibles anuales, responde a una realidad sobre la que queremos influir, una realidad que queremos revertir: la de la desigualdad de género latente en el mundo de la empresa. Si hablamos de participación, las cifras resultan elocuentes: durante los últimos cinco ejercicios, solo el 16% de las personas que han accedido a las deducciones existentes hasta el momento por adquisición de participaciones eran mujeres.

Las medidas positivas para el género femenino introducidas en el proyecto de Norma Foral, por tanto, son una aportación destinada a tratar de corregir este desequilibrio. Sin grandilocuencias ni postureos, pero reconociendo que estamos ante una medida concreta, tangible, de considerable valor cuantitativo e indudable valor cualitativo. Insuficiente para eliminar la desigualdad, sin ninguna duda, pero un paso en la buena dirección.

Que las excedencias voluntarias para cuidado de familiares computen como periodo trabajado a efectos de cumplir con los requerimientos de plazo exigidos para la aplicación de los beneficios fiscales previstos por la nueva normativa es otro de los aspectos a subrayar. De nuevo, la medida viene respaldada por cifras: el 94% de las personas trabajadoras que acceden a dicha excedencia son mujeres. El proyecto de Norma Foral, por tanto, busca neutralizar este supuesto de desigualdad.

En la Diputación Foral de Gipuzkoa tenemos muy claro que la reactivación de nuestro tejido empresarial no debe descuidar la perspectiva de género, y que es indispensable contar con el aporte de todos y todas, mujeres y hombres, para apuntalar la economía del territorio. El objetivo número cuatro del Plan Estratégico de Gestión dice literalmente que la perspectiva de género ha de estar presente en la definición, materialización y evaluación de todas las políticas forales, sin ningún tipo de excepción. Nos sobran motivos, por tanto, para seguir haciendo camino en materia de igualdad de género, para seguir dando pasos hacia el horizonte de la igualdad de mujeres y hombres.

En definitiva, desde nuestro punto de vista de la fiscalidad, además de apuntalar nuestras empresas y nuestro talento, queremos apoyar nuevas iniciativas, acompañar al talento dispuesto a embarcarse en nuevos proyectos, así como hacer de Gipuzkoa un territorio atractivo para atraer proyectos al mismo. Todo ello, incluyendo la visión de género.

Solo de esta forma, a través de la actividad económica y el empleo de calidad conseguiremos hacer de Gipuzkoa un territorio atractivo, un territorio socialmente cohesionado y una referencia con los mejores indicadores de bienestar social.

Es necesario seguir trabajando nuestro bienestar social y la capacidad económica necesaria para ello, así como una cultura de valores que nos permita hacer de Gipuzkoa una sociedad avanzada.

A este objetivo se orientan todas nuestras políticas, y en esta dirección seguiremos dando pasos. 

  

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