Conseguir la energía necesaria

Uno de los primeros problemas a resolver por los empresarios de principios de siglo era el poder disponer de energía. Para superar este inconveniente, Francisco Alberdi construyó una presa en el cauce del río Deba, junto a la misma fábrica y que aún puede verse, con objeto de obtener la energía necesaria para mover sus instalaciones.

En un principio instaló una turbina hidráulica, que por medio de una correa transmitía directamente el movimiento al taller accionando un sistema de poleas y ejes que movían a su vez la maquinaria. Al mismo tiempo un largo eje situado en el techo comunicaba el movimiento a otros locales contiguos, que eran arrendados a otros pequeños talleres, que de esta forma podían disponer de la fuerza que necesitaban.

El sistema estaba sujeto a las variaciones de caudal del río, de forma que en épocas de sequía, cuando el nivel de la presa bajaba, se dejaba de trabajar cualquiera que fuera la hora dándose por terminada la jornada, sin compensación alsuna por las horas no trabajadas hasta que de nuevo la presa tuviera asua y se dispusiera de energía. Obviamente la época veraniega era especialmente dura. También eran frecuentes los cambios del horario de trabajo para adaptarse a las disponibilidades de agua siendo frecuente de las cuatro de la mañana a las doce del mediodía. Hacia 1917-18, los Alberdi instalaron alternadores (de 75 y 90 K.V.A.) para conseguir energía eléctrica, aunque no siempre y sobre todo en tiempo de estiaje, ("sikutia") conseguían esta potencia.

Presa de OleaPresa de Olea que los Alberdi de Soraluze han utilizado durante décadas (Foto Juan Manuel Berrueta 12196).