Los artesanos

Los talleres estaban dirigidos por los maestros “tijereros”, con sus oficiales y aprendices. Los jóvenes se iniciaban en el oficio a la edad de 13 ó 14 años, entrando como aprendices en algún taller a las ordenes de su propietario. Con frecuencia establecían un contrato de aprendizaje en el que el joven representado por sus padres se comprometía a ayudar al maestro en las tareas del taller por un tiempo determinado. Este a su vez le enseñaba el oficio y le entregaba algo de ropa y frecuentemente manutención.

A medida que el joven iba adquiriendo conocimientos y experiencia, pasaba a la categoría de oficial, y con el tiempo e iniciativa podía llegar a ser maestro con su propio taller.

El año 1602, 53 maestros “tijereros” y cuchilleros se agruparon y constituyeron su correspondiente gremio bajo la advocación de San Matías, con la función de regular la fabricación de esos productos, y controlar “la bondad y firmeza de las obras de tijeras y cuchillos, y otras armas cortantes bien templadas y amoladas”. Otro de sus fines era defender su profesión y sus productos, acordando entre otras cosas “que cada cuchillero tenga su propia marca de fabricación”.