La fabricación de clavos forjados

Los clavos forjados se obtenían a partir de una barra de sección cuadrada que una vez calentada al rojo en uno de sus extremos, se aplastaba y estiraba golpeándola con el martillo sobre el yunque, dejando su extremo puntiagudo, para a continuación, colocándolo sobre una tajadera dispuesta sobre el yunque y también a golpes, hacerle cuatro muescas, una en cada cara, pasando a seccionarla utilizando una "clavera" o instrumento para la fabricación de clavos. Esta herramienta consiste en una llanta de unos 40 x 10 milímetros de sección y unos 200 de largo, uno de cuyos extremos se encuentra ligeramente curvado y en el que se ha practicado un orificio de sección cuadrada o circular, más ancho en una de sus caras que en la otra.

Por la más ancha se introduce el extremo de la barra anteriormente trabajada hasta hacer tope, para a continuación, sujetándola con una mano y con la otra la herramienta, girarla y terminar de romper la barra por las muescas.

De esta forma queda el extremo puntiagudo sujeto en el útil con una cabeza sobresaliendo por una de sus caras, para seguidamente golpearla repetidamente sobre el yunque aplastándola y obteniendo la ancha cabeza deseada. Efectuada esta operación, el herrero introduce la herramienta con el clavo así obtenido en un recipiente con agua, de forma que la contracción brusca debida al enfriamiento facilita la separación de ambas piezas, tirando al suelo el clavo e iniciando de nuevo el proceso.

Los clavos así obtenidos son de sección circular o rectangular y de dimensiones variables según las necesidades del astillero. Para su fabricación disponen de multitud de útiles de diversas medidas construidos en el mismo taller.

Los tornillos, de hasta 25 mm. de diámetro y 500 de largo, para la unión de las piezas que forman la quilla y los cuadernas o costillas del casco del buque, se fabricaban golpeando con martillo uno de los extremos de una barra caliente, hasta obtener una cabeza ensanchada para posteriormente roscar a mano el vastago restante. Las llantas de sección de media caña destinadas a proteger quillas y la borda de las embarcaciones, "kaelako burdiñak", con anchuras de hasta 40 y 50 mm., se obtenían golpeando a martillo una barra de sección circular desde 3 m. a 6 m. de largo, sobre el útil denominado "trosquela", apoyándola sobre una de las numerosas muescas que este dispone, eligiendo la de forma y dimensión adecuadas, hasta conseguir aplastarla en toda su longitud.

Forja de una llantaForja de una llanta para proteger quilla "kaelako burdiñak" y borda de embarcaciones, golpeandola sobre el "troskela". (Dibujo de Julen Zabaleta)

Proceso de elaboración de clavos forjadosProceso de elaboración de clavos forjados, para la construcción de barcos de madera, en la herrería Odriozola de Mutriku. {Dibujos de Julen Zabaleta)

ArponArpón forjado para la pesca