La obra

Conocer la obra de Simón Berasaluce, al menos con cierto detalle, presenta problemas importantes, por su reiterada negativa a firmar sus creaciones. La única catalogación conocida, aunque incompleta, que abarca 500 lugares, es la de su etapa norteamericana, llevada a cabo por la empresa en la que siempre trabajó, la ya citada Edward W. Hiemer & Company de Clifton, Nueva Jersey.

Simón Berasaluce, posiblemente, participó y en su mayor parte, creó más de 1.000 vidrieras para iglesias católicas y protestantes, así como para sinagogas, utilizando en estas últimas, sobre todo, símbolos bíblicos. Aunque en menor medida, también diseñó vitrales para edificaciones civiles. Dominaba diversos estilos y fue un innovador, como ya hemos señalado, huyendo del academicismo y utilizando abundante color.

La obra de Simón Berasaluce se encuentra dispersa por Estados Unidos (templos, capillas, centros de enseñanza), entre otros, en Nueva York, Boston, Filadelfia, Cleveland y latinoamérica.

Pueden destacarse las vidrieras de San Pablo, de Princeton, N.Y., las 120 ventanas, con casi 1000 m2 de superficie de la Iglesia de Santa Cecilia de Leominster (Massachussets), vía crucis en Guatemala, Santiago en Saint James Church en Red Bank de New Jersey. Varios países latinoamericanos, la citada Guatemala, Argentina, Colombia etc. también cuentan con obras del maestro. De su etapa francesa quedan un gran número de vidrieras repartidas por Europa, mientras a nivel español cabe citar las 40 escenas del Antiguo Testamento para la nueva iglesia de Belchite. Entre nosotros, las vidrieras de la parroquia de su pueblo natal, Deba, y las del santuario de Nuestra Señora de Itziar, una vidriera abstracta para el hueco de una escalera en un edificio destinado a viviendas en el cruce de Muxibar de Arrasate o el ábside de la capilla de los colegios Belén y Eskibel de Donostia y la de la oficina principal de la Kutxa de Irun.