El proceso industrial

El proceso de transformación del alabastro comprende básicamente, su extracción de las canteras, el traslado a las empresas, el corte a medida (que también se lleva a cabo tras su separación de la tierra y otras piedras que siempre le acompañan) "enganchar", "desembastar", tornear y tallar, para pasar a las operaciones finales (lijar, montar, barnizar, pintar, secar y embalar).

Aunque Navarra cuenta con alabastro (Cadreita) las canteras, de las que se abastecen las empresas transformadoras de Cintruénigo, se encuentran en Aragón (Fuentes del Ebro, Quinto de Ebro, Azaila, Albalate, entre otros). El material utilizado habitualmente es de dos variedades: “la Picada”, transparente que se emplea sobre todo en iluminación, apliques y plafones y “Buñuelo” de mayor consistencia y opaca, con aguas mejores y más parecido al mármol, que es especialmente acta para la talla.

Justo Navascués (1921) recuerda cuando trataban de localizar yacimientos, cómo "asomaba" el alabastro "en los morrillos del monte" al tantearlo con el picocha (un pico pequeño como el que utilizan los albañiles para picar las paredes), lo limpiaban y mojaban y podían verse "las aguaicas y las vetas".

Esta piedra se encuentra bajo tierra, entre tres y quince metros de profundidad, y a diferencia de canteras de otros materiales, la veta, habitualmente, no sigue la configuración del terreno, sino una línea más o menos recta. Su explotación se hacía "a pico y con barrenas". Aunque se ha utilizado la dinamita, tenía el inconveniente de que "rompía el material".

Una vez extraído el alabastro en forma de "bolos" o "peñuscos", trozos de piedra de variado tamaño, se enviaba a los talleres en "camionicos" de 3/4 toneladas, que se cargaban a mano. A la llegada "se hacía un corte, se aproximaba el camión y el alabastro caía rodando". Para su troceado se utilizaban grandes "serrones", que manejaban dos trabajadores, uno a cada lado del material a cortar. Hacia 1960 llegó la sierra alternativa que llamaban "mecánica", que utilizando varias tronzadoras, obtenían las “lonchas”, lo que supuso un gran avance.

Torneado y 'repasado' manualTorneado y "repasado" manual de una pieza de alabastro. (C.U. 07/2001).

En las últimas décadas, la explotación de las canteras ha alcanzado un alto grado de mecanización, lo que ha requerido importantes inversiones. Actualmente, una gran parte del alabastro se prepara en estas instalaciones a las medidas que solicitan los fabricantes.

Al alabastro cortado a la medida necesaria para fabricar la pieza deseada, "se le engancha" a presión, una arandela de hierro que sirve para su sujeción posterior en los tornos, procediéndose a continuación a "desembastar", es decir, quitar los excedentes de material.

En la operación de torneado, la pieza de alabastro adquiere su forma geométrica definitiva. Inicialmente fueron tornos, que recibían la energía a través de una transmisión con las clásicas poleas y correas, presentes hasta no hace muchos años en nuestros talleres, siendo la herramienta básica la "barreta", que actuaba sobre la pieza a mecanizar empujada con el hombro, donde se apoyaba. Las manos y hasta el cuerpo, eran también muy importantes. Su desgaste era relativamente rápido y se construían y "aguzaban" (afilaban), por los dos herreros de Cintruénigo: José Laguardia Buisal "el maño" y Rafael Martínez Rincon, "herrero" que sigue en activo. Estas herramientas son similares a las utilizadas en la tornería de madera y que en algunas regiones, como Asturias, reciben el nombre de "legras".

Los tornos mecánicos actuales sujetan el alabastro en el plato y la van configurando, copiando las plantillas adecuadas en cada caso, mientras otra herramienta trabaja el interior de la pieza, para terminarla manualmente con una larga herramienta (barra de hierro con punta de acero o widia). Estos útiles tienen una longitud entre 0,6 y 1,1 metros.

Operación de tallado del alabastroOperación de tallado del alabastro (C.U. 07/2001).