Atrás FRONTERAS IMAGINARIAS
Áreas artísticas que trabaja:
Materias escolares con las que tiene relación:
2577,88€ (exento de IVA).
Informe sobre el aspecto artístico cultural de la actividad.
Existe un consenso en la afirmación de que una sociedad basada en la paz y la dignidad humana donde existe una convivencia armoniosa, es aquella sociedad basada en el respeto por los derechos humanos. Sin embargo, en los últimos años, incluso en países con sólidos sistemas democráticos, hemos sido testigos de la aparición de nuevas fronteras invisibles, que dividen, estigmatizan e incluso criminalizan a grupos sociales por sus raíces culturales.
Tomando a menudo como pretexto los tiempos de “crisis” y de “amenazas globales” en los que vivimos, muros que creíamos haber derribado para siempre se han vuelto a levantar. Los medios de comunicación nos muestran un panorama amenazante, que generan una imagen estereotipada hacia los “de fuera”. En ocasiones, nuestro vecino se convierte en "persona non grata" sólo porque su familia es de otra raza, proviene de otro país o pertenece a otra religión. Es en este caldo de cultivo donde surge el racismo y la xenofobia hacia la población migrante, refugiada e incluso hacia grupos culturales diferentes, como el caso de la comunidad gitana, que llevan siendo parte de nuestra sociedad desde hace siglos.
Para conseguir una convivencia pacífica, los derechos culturales y la expresión artística de todos los grupos de una sociedad han de ser garantizados.
Los derechos culturales son entendidos como todos los derechos que buscan asegurar la democratización de la cultura, desde su acceso universal hasta la participación activa en la vida cultural de todos sus ciudadanos. Es decir, todas las expresiones culturales han de ser apreciadas, respetadas, promovidas y representadas en la vida cultural pública, que es lo que el PNUD define como Libertad Cultural. Favorecer el reconocimiento de la diversidad cultural como una fuente de riqueza y progreso, invita a que las personas sean más respetuosas con las diferencias; abriéndose a construir un medio de vida basado en valores basados en la convivencia.
Pero las personas necesitamos crear significado, darle un sentido a nuestra realidad inmediata, que nos permita apreciar y respetar este acervo cultural diverso. Podemos encontrar maneras de ayudar a los diferentes grupos culturales que coexisten en un mismo territorio a hacer sus procesos discursivos y conclusiones más coincidentes entre sí. Esto puede hacerse construyendo historias, imaginadas y desarrolladas colaborativamente entre personas con culturas y opiniones diversas, de tal manera que se genere un espacio de encuentro para múltiples puntos de vista dentro de ellas.
Creando historias colaborativamente, construimos las bases de un entendimiento que moldea nuestra identidad colectiva y nos conecta con nuestro propósito como ser humano. Los enfoques narrativos de resolución de conflictos ayudan a las sociedades multiculturales a abandonar su preocupación por "la verdad" de cada grupo, manteniéndose al margen de los prejuicios por un tiempo y volviendo su atención a cómo se conecta su historia con las historias de los demás. De este modo, el arte y la creatividad pueden verse como un instrumento de demandas culturalmente inclusivo.
Una de sus herramientas principales en la narrativa contemporánea es el arte digital colaborativo, como forma de expresar la identidad cultural, transmitir saberes y revisitar prácticas tradicionales con capacidad para innovar en la sociedad actual. Así, mediante el ejercicio de los derechos culturales –a través de la participación en la vida artística y mediante la expresión de la identidad cultural– es posible avanzar en las demandas por el respeto de los derechos humanos de los colectivos en riesgo y fomentar la creación de nuevos públicos que aprecien la diversidad y promuevan la convivencia en sociedades multiculturales.
Informe del ámbito pedagógico de la actividad
Co-aprender a co-crear otro mundo posible
En la sociedad actual, definida muchas veces como “del conocimiento y la información”, cada vez más caracterizada por su complejidad y diversidad, se introducen importantes cambios en los modelos formativos. Desde esta perspectiva, frente a la concepción del conocimiento como un “constructo” cerrado, la educación para la transformación social ha de favorecer un aprendizaje flexible, si bien regido por criterios fiables y justificados, planteando una visión del conocimiento como proceso constructivo, creativo y colaborativo.
La pedagogía VEDI, por tanto, se inspira en varias escuelas que podrían englobarse dentro del post-constructivismo, concretamente dentro de las pedagogías de la creatividad y el aula cooperativa. Sus fundamentos teóricos se asientan en trabajos como el Constructivismo Social de Vigotsky, la Interdependencia Positiva de los hermanos Johnson, el Aprendizaje Significativo de Ausubel, la Inteligencia de Enjambres de Kennedy y Eberhart o la Teoría de las Inteligencias
Múltiples de Gardner.
Éstos y muchos enfoques pedagógicos y sociológicos han demostrado que en contextos de aprendizaje colaborativo, el/la sujeto alcanza un nivel de rendimiento superior a la suma de las capacidades individuales; lo que se puede definir como sinergia (el rendimiento de un trabajo en grupo es mayor que la suma de los rendimientos individuales de sus componentes). Del mismo modo, un aprendizaje creativo privilegia el conocimiento y el desarrollo de las capacidades y los procesos de aplicación.
Co-aprender se basa en generar un espacio de debate y reflexión-acción sobre maneras de utilizar el arte y la creatividad como herramientas de transformación social a favor de la convivencia en la diversidad, la tolerancia y la equidad. El valor del co-aprendizaje es educativo, social y cultural, pero
es más que la suma de estas partes. Este tipo de procesos fomenta el talento individual, el liderazgo y la autonomía, pero también el trabajo en equipo y la idea del bien común.
Co-crear lo entendemos como la mejor forma de dinamizar lo aprendido. Estimula la capacidad de la juventud para crear colaborativamente arte que aporte ideas y valor agregado a soluciones posibles que se están perfilando en el grupo; en referencia a problemas sociales concretos que afectan a su realidad última, a través del arte y la comunicación.
La juventud participante aprende a pensar creativamente el mundo que les rodea y cuestionar el status quo. Esta iniciativa, por tanto, pretende demostrar cómo el compromiso de transformación social, se debe articular a través de espacios dinámicos de comunicación intercultural; de tal modo que la activación de este patrimonio simbólico y creativo es la clave de hoy para las sociedades de mañana.