Vendedores ambulantes de tejidos, Kinkilleruak

Los vendedores ambulantes han tenido, en el pasado, una función muy importante en casi todas las culturas, en el acercamiento de la oferta de los más diversos productos, a los demandantes de los mismos, lo que en nuestro País ha sido aún más destacable, dada la dispersión geográfica de los caseríos por un relieve con frecuencia accidentado, que dificultaba el acceso de sus habitantes a los núcleos urbanos, con la consiguiente limitación para la adquisición en el comercio de los artículos que necesitaban.

El vendedor ambulante recorría con frecuencia los caminos tradicionales, que desde la antigüedad han sido nexo de unión entre valles y pueblos, visitaba los caseríos, ofreciendo los productos, principalmente tejidos y quincallería, que llevaba consigo.

Estos profesionales trabajaban siempre una misma área geográfica, en la que eran muy conocidos, frecuentemente, dentro de un radio no mayor de 25-30 Km. alrededor de su lugar de residencia, zona en la que recorrían los caseríos  casi siempre con el mismo itinerario y de forma periódica.

A  lo largo de las últimas décadas del siglo XX  su actividad  fue decreciendo, debido a la mejora de las comunicaciones, hasta desaparecer totalmente, hace todavía muy pocos años.