Los medios productivos

Entre los principales medios productivos con que cuenta la cestería Unzueta, destacan un edificio de una planta de unos 8m. de largo por 4 de ancho, donde se lleva a cabo la elaboración de los cestos y en uno de cuyos extremos se ubica un horno de 3 x 1 m. alimentado principalmente por virutas y restos de madera. Cercano a este edificio se encuentra el antiguo taller de 8 x 5 m. con su horno, actualmente destinado a almacén de producto acabado y exposición.

En el taller actual ocupa un lugar preferente la "astoa" o banco de trabajo, de cuatro patas y sobre el que el artesano cepilla el fleje de castaño para darle el tamaño y grosor adecuados. Únicamente encontramos dos pequeñas máquinas, una lijadora y otra calibradora y entre las herramientas el machete o cuchilla de acero, que se utiliza al ser golpeado con un mazo para abrir la vara, la "aziak" o cuchilla de dos asideros, que se utiliza para trabajar en el "astoa", además de martillos, punzones, macetas, entre otros, así como estructuras de madera, conocidas como moldes. El sistema que utiliza Juan para el afilado de las herramientas puede decirse que es arcaico y consiste en verter sobre una madera restos de piedra arenisca y tras colocarla entre su cuerpo y un entrante de la pared presiona sobre la misma la parte de la herramienta a amolar, siendo sorprendente la excelente calidad del corte que consigue.

Contiguo al edificio-taller se encuentra un pozo de agua, utilizado para ablandar las varas de castaño. Juan Unzueta recuerda que llegaron a utilizar en las épocas de mayor actividad hasta cinco pozos de 5 x 2,5 m. También llama la atención un depósito de nogalina donde introducen los cestos en el caso en que los clientes lo demanden.

Teniendo en cuenta los medios productivos disponibles, resulta evidente el carácter artesanal del trabajo que realiza este artesano.

Adquiere una gran importancia el acopio de cepas de castaño adecuadas para este trabajo. Juan Unzueta nunca ha tenido castañares en propiedad, consiguiendo los materiales que necesitaba por acuerdo con los dueños de los montes, a los que compra por kilos, principalmente en las poblaciones guipuzkoanas del Alto Deba, en el entorno de Leintz-Gatzaga y Arrasate-Mondragón. El artesano, gran conocedor de la madera, dispone anualmente de las cepas rectas de castaño que necesita, que se cortan siempre en invierno y en luna menguante. Otros materiales, avellano, roble, fresno, entre otros, son menos adecuados para la elaboración de cestos.