Participación

Dentro de este ámbito se incorporarán todos aquellos hechos y actividades, que bien desde la I+D+i orientada, el desarrollo de herramientas y de experiencias empresariales, así como desde la difusión y concienciación contribuyen a la promoción de la participación, en sus diferentes grados y modos, de las personas en las organizaciones y empresas.

Las organizaciones pueden definirse y conformarse de diversas formas. En nuestro caso nuestro compromiso se traducido en promover organizaciones basadas en nuevas fórmulas de gestión avanzadas que promueven la centralidad de las personas. Y, en incorporar la innovación social en el ámbito empresarial a través de la innovación en los lugares de trabajo. Una innovación basada en el conocimiento así como en la manera de organizar el trabajo y de desarrollar el entorno laboral.

Es decir, organizaciones con entornos favorables a alinear personas, equipos de personas y organizaciones, en ámbitos sociales y territoriales concretos, en torno a unos objetivos y unas culturas de actuación, que pivotan sobre la innovación y el compromiso (personal, profesional y social).

 

En este sentido, se promueven organizaciones y empresas que apuestan por un modelo de desarrollo basado en:

  • Considerar a las personas que trabajan en su organización como la clave de su desarrollo y sostenibilidad.
  • Tener articuladas diversas formas de participación de sus trabajadoras y trabajadores en el proyecto empresarial.
  • Estar integradas por personas implicadas y comprometidas en el proyecto empresarial.
  • La incorporación de la innovación abierta (creación de entornos que faciliten a las personas, a las empresas/organizaciones y al territorio generar valor a través de la co-creación).
  • El desarrollo de entornos favorables para que sus trabajadoras y trabajadores mejoren sus competencias y sus capacidades mediante el aprendizaje a lo largo de toda la vida; organizaciones que aprenden.
  • La incardinación de las empresas con su entorno social y territorial.
  • El empleo como valor social tanto individual como colectivo.
 

Y, para todo ello la participación, en sus diferentes modos y estadios, en las empresas es esencial y con evidentes beneficios para las trabajadoras y trabajadores (ofrece la oportunidad de aumentar su autonomía en el lugar de trabajo y colaborar en la estrategia de la empresa,) para las propias empresas (la mayor vinculación de las personas contribuye a aumentar la viabilidad y la sostenibilidad de las empresas); y, para el conjunto de la sociedad y el Territorio (favorece el empleo y la cohesión social; y, potencia el compromiso empresarial con su entorno social).

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