Atrás Gipuzkoa abre el proceso de participación para el Decreto Foral de Sostenibilidad Energética

La Estrategia de Sostenibilidad Energética de Gipuzkoa (ESEG) es clave para descarbonizar nuestra economía. Se plantea como objetivo reducir el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIS) y alcanzar una cuota de renovables del 80% para 2050.

26·03·2021


Gipuzkoa abre el proceso de participación para el Decreto Foral de Sostenibilidad Energética

José Ignacio Asensio: “La transición energética responde a la necesidad de empoderar a la ciudadanía en el centro del modelo energético y a promover una gobernanza energética local basada en la participación”.

“La gestión de la demanda de energía es la principal palanca de cambio hacia una economía descarbonizada y competitiva”.

El diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas José Ignacio Asensio y la directora de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa Mónica Pedreira, han presentado esta mañana el proceso de exposición pública y deliberación participativa de la Estrategia de Sostenibilidad Energética de Gipuzkoa 2050 – GIPUZKOA ENERGIA 2050. El proceso que dará inicio en abril, culminará con  la aprobación del Decreto Foral sobre Sostenibilidad Energética de Gipuzkoa por el Consejo de Gobierno en octubre.

El proceso comienza en abril con 45 días de exposición pública y las sesiones del proceso de deliberación participativa en el que se llamará a participar a los órganos de la Gobernanza Energética de Gipuzkoa (Naturklima, Comisión Foral para la Sostenibilidad energética, la Comisión Interdepartamental Foral, la Comisión  de las Juntas Generales de Gipuzkoa, y la Mesa Territorial compuesta por todas las mesas comarcales de energía sostenible). Durante el  proceso de deliberación, también se llevarán a cabo sesiones con otros agentes locales como Ayuntamientos, distribuidores municipales de energía, instaladores, Universidades, empresas, sindicatos, centros tecnológicos, colegios profesionales, asociaciones, medios de comunicación, etcétera.

Entre julio y septiembre se realizarán los informes de resultados del proceso con su correspondiente devolución de resultados, la Declaración Ambiental Estratégica y la Evaluación de Impacto de Género. Posteriormente, se realizarán los informes de vinculación de resultados con el retorno final de los mismos a todos los participantes, y en octubre se llevará a cabo la aprobación del Decreto Foral de Sostenibilidad Energética por parte del Consejo de Gobierno.

José Ignacio Asensio, diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, ha subrayado el valor de la participación en esta Estrategia que promueve un cambio de modelo energético para nuestro territorio, que apuesta precisamente por empoderar a la ciudadanía: “La transición energética responde a la necesidad de empoderar a la ciudadanía en el centro del modelo energético y a promover una gobernanza energética local basada en la participación”.

 

En esta coyuntura, el diputado de Medio Ambiente ha recordado que “el objetivo de  la Estrategia de Sostenibilidad Energética de Gipuzkoa 2050 es implantar un modelo energético territorial basado en la gestión eficiente de la demanda de energía. La gestión de la demanda de energía es la principal palanca de cambio hacia una economía descarbonizada y competitiva. Es precisamente la  reducción de la demanda, en combinación con el uso de las energías renovables en sustitución de las fuentes fósiles, la que nos permite avanzar hacia los objetivos de reducción del coste de aprovisionamiento de energía, de reducción del impacto ambiental, y de incremento de la seguridad energética, de la forma más económica posible”.

En la actualidad, en lo que respecta a las emisiones GEI, Gipuzkoa lleva algunos años en la senda del decrecimiento, con descensos del -4,9% respecto a 2017, y -24,2% respecto a 2005. La nueva estrategia pretende acelerar dicha reducción al 40% en 2030, y a un 80% en 2050. La mayor parte de las emisiones GEI con origen en las actividades humanas proceden de los procesos de combustión asociados a la producción, transformación, distribución y consumo de energía, en el transporte, industrias, empresas, viviendas, comercios y servicios. De esta manera, es evidente que el consumo de energía está muy ligado a la coyuntura económica y desde el 2012 lleva fluctuando en niveles muy parecidos con incrementos y descensos atribuidos a sectores concretos.

En este contexto, desde el punto de vista socio-económico, hay que recordar que España en 2017 se situaba en la sexta posición del ranking de países de la UE-28 con un precio más elevado de la electricidad y en el tercer puesto en lo tocante al gas natural. Esto afecta a todos los sectores, pero si nos fijamos en el residencial, ese mismo año un 21,5% de los hogares de Gipuzkoa (63.500 hogares) se encontraban en una situación de pobreza energética. Por eso, prevenir la pobreza y vulnerabilidad energética, y generar un marco legal que confirme la seguridad energética a toda la ciudadanía, es uno de los principales objetivos de ESEG 2050. El diputado foral Asensio ha recordado que “debemos erradicar la pobreza energética en todos los sectores de consumo, y para ello, hay que empoderar a la ciudadanía guipuzcoana, ayudándola a conocer y asumir su nuevo rol en el centro del sistema energético”.

 

En cuanto a la vulnerabilidad energética a escala territorial, la dependencia energética de Gipuzkoa hacia el exterior es de un 92,77% y, por tanto, nuestro autoabastecimiento es solo de un 7,23%. La ESEG 2050 tiene entre sus objetivos aumentar la capacidad territorial para producir energía primaria renovable a través del modelo de generación distribuida de energía para autoconsumo en edificios y unidades de actuación urbanística, en base a la utilización de las fuentes renovables y otras tecnologías de sostenibilidad energética de apoyo (rehabilitación energética de edificios, movilidad eléctrica, almacenamiento y micro-redes) con modelos de implantación sostenibles, técnicamente solventes, económicamente rentables, socialmente compartidos, compatibles con la biodiversidad y el mantenimiento de la resiliencia del territorio, y bajo modelos de negocio con un reparto equilibrado –público, colectivo y privado-  de rendimientos.

 

Finalmente, hay que destacar la mejora de nuestra cuota de renovables en consumo (18,71%) en el periodo 2010-2018. Este indicador refleja la proporción del origen renovable de la energía que utilizamos (sea producida por nosotros mismos o comprada al exterior) respecto del total del consumo. Como objetivo, la estrategia de sostenibilidad energética 2050 pretende llegar a una cuota de renovables del 80% para 2050.