Atrás "Pospandemia: efectos y cambios en la cultura", crónica de la sesión abierta

"Pospandemia: efectos y cambios en la cultura", crónica de la sesión abierta

En la sesión de reflexión nos hemos preguntado qué y cómo hemos adaptado en nuestras creaciones y producciones culturales durante los dos últimos años. Hemos querido analizar qué cambios han venido para quedarse y cuáles no, así como los beneficios y perjuicios, y los aprendizajes que nos han traído estos tiempos convulsos.

"Pospandemia: efectos y cambios en la cultura", crónica de la sesión abierta

En esta sesión abierta, celebrada el 17 de mayo, hemos querido analizar cuáles han sido los efectos y cambios que ha traído consigo la pandemia al mundo de la cultura, analizar los beneficios y perjuicios que nos han causado estos tiempos convulsos, los aprendizajes y las condiciones de este momento, exponer de alguna manera nuestras formas de hacer.

Era la tercera sesión abierta del año, organizada por K bulegoa. Para esta conversación abierta sobre la situación pospandémica nos reunimos el 17 de mayo por la mañana, esta vez en sesión presencial. Como facilitadores dinamizaron la sesión Ixiar Garcia y Carlos Sánchez, de K bulegoa. El coloquio fue enriquecedor ya que las aportaciones de las personas participantes partieron de experiencias propias de la creación, gestión y comunicación, y además lo analizamos desde el punto de vista de diferentes disciplinas.

 

Diagnósticos y sobredosis de cuestionarios

Para entrar en materia, dimos cuenta de los trabajos realizados durante la pandemia y aprovechamos la ocasión para agradecer la disponibilidad de las personas que, como agentes del sector y algunas de ellas usuarias también de K bulegoa, han respondido a las entrevistas y cuestionarios que enviamos con el fin de elaborar diagnósticos. El cuestionario cumplimentado por los usuarios ha sido de gran ayuda y los resultados obtenidos confirman la necesidad de reforzar los procesos de formación y creación. En el marco de aquel diagnóstico, se activó el plan Piztu Kultura y más tarde los premios Egile.

A pesar de que los cuestionarios son una excelente oportunidad de contraste para los gestores y la administración, somos conscientes de que producen cansancio en el sector, ya que este tipo de demandas son reiterativas. Es más, crean un punto de exasperación porque a menudo no queda claro el impacto que los resultados van a tener, es decir, hasta qué punto se van a tener en cuenta las respuestas recibidas.

También se trató la cuestión de quién responde el cuestionario. ¿Quien tiene tiempo o interés? ¿La persona consciente de la importancia de este tipo de trabajos? ¿Quien se siente obligado? ¿Los resultados de los cuestionarios son un auténtico reflejo de la realidad? ¿O debemos compaginarlos con otros trabajos para que los análisis sean más precisos y eficientes?


Efectos beneficiosos de la pandemia y otras cuestiones

Entre los movimientos de interés provocados por la pandemia destacamos los siguientes.

Al tratarse de tiempos difíciles, la situación puede ser más propicia para incidir en la cooperación. Ante lo exiguo de los recursos, se busca más la unidad, la colaboración… nos atrevemos a pedir ayuda en definitiva. ¿O no es así? Para obtener una fotografía más detallada del sector, también se elogió el valor de todos los estudios que se han realizado para cuantificar y visualizar las diferentes realidades. Gracias a ellos, poco a poco, se ha ido revelando una realidad oculta hasta entonces. Sin embargo, se tiene la sensación de que las reivindicaciones y demandas del sector no han sido tan agitadas como lo exigía la gravedad de la situación, lo que puede indicar que estamos mejor de lo que realmente estamos.

Se ha demostrado que la cultura produce bienestar, tanto la propia creación como el disfrute de las obras de arte. Se considera la cultura como algo terapéutico, un aspecto que se destacó especialmente durante el confinamiento estricto. En tiempos anteriores nos ahogábamos en una producción constante, y por lo menos durante una temporada nos hemos calmado, nos hemos sumergido en la creación manual, entre otras cosas.

¿Ha aumentado el consumo en cultura? ¿O por el contrario se ha reducido? Realizamos la siguiente reflexión: “el confinamiento nos ha impedido estar juntas, lo que nos ha llevado a sentir una necesidad imperiosa de escaparnos, pasear tranquilamente al aire libre. En la era pospandémica estamos empeñadas en salir, necesitamos acercarnos a lugares naturales, mucho más que antes, conocer nuevos entornos, viajar… nos sumergimos de lleno en un ambiente festivo. De repente, la agenda se ha llenado de citas y eventos. ¿Son imprescindibles ahora todas esas citas de ocio?

La pospandemia ha de ser imperiosamente un tiempo para el reencuentro y las multitudes. ¿Será el período estival un verano alocado lleno de fiestas después de dos años de suspensiones y limitaciones? Quizás sea precisamente eso lo que necesitamos y lo que queremos, la gente quiere estar con la gente, nada más. Quizás la socialización decadente ha resurgido y la tendencia al individualismo se ha disminuido un poco…


Daños colaterales del confinamiento y otras cuestiones

¿Y la transición digital? ¿Cómo ha entrado en nuestras casas y costumbres la vida digital? ¿Qué viene para quedarse y qué nos gustaría que volviera a ser como antes?

Al principio del confinamiento tuvimos poco trabajo, el estado de shock nos paralizó. Pero poco después el sistema hiperproductivista nos pidió que abrazáramos el teletrabajo para que volviéramos a producir.

Sospechamos que el número de profesionales dedicados a la cultura ha descendido y que la precariedad se ha agudizado. ¿Cuántas personas viven hoy de la cultura? Muchos realizan diversas labores culturales para complementar sus ingresos. En general, hay menos personas dedicadas a la creación y también menos solicitudes presentadas a las convocatorias de subvenciones.

La viabilidad y la sostenibilidad de los proyectos han sufrido un daño directo; incluso antes de la pandemia, la búsqueda permanente de financiación nos requería mucho esfuerzo, las energías que nos insuflaban nuestras actividades se diluían de esa manera, ahora quizás nos hemos sentido más cansadas para presentarnos a las ayudas, o situaciones insostenibles han llevado a muchas agentes del sector a acudir a otras fuentes de ingresos. Al mismo tiempo, en cuanto a los recursos económicos, antes la financiación llegaba de manera más directa (la administración transfería a las agentes), ahora la fiscalización es mayor (facturas, contratos, más trámites…). Para allanar estos caminos abruptos, quizás tengamos que buscar otras fórmulas para introducir, al menos, mejoras en los procedimientos.

También nos hemos dado cuenta de que si no se puede pagar el trabajo experto para cubrir la gestión fiscal y legal de nuestros proyectos, cada una de nosotras debe formarse en la cuestión, adquirir algún conocimiento, y para ello hemos hablado de la importancia que tiene el generar más iniciativas, entre ellas la formación en fiscalidad organizada por la asociación Lanartean.

También nos hemos referido a la importancia de las experiencias de mediación de la cultura, que son de gran ayuda para la ciudadanía, pero que muchas veces son encargadas a las propias artistas, lo que dificulta prestar una atención integral a sus creaciones. Es más, quizás no sea una tarea que tengan que hacer, ya que otras personas pueden ocuparse de ese trabajo de conexión.

En el ecosistema cultural diversas instituciones como ayuntamientos, agencias de desarrollo, asociaciones, entidades privadas, fundaciones bancarias, entre otras, trabajan por el desarrollo de la cultura y su aportación es de gran ayuda. Pero para actuar de forma complementaria y evitar duplicidades sería interesante que se consolidase de manera adecuada un trabajo en red y en colaboración en una misma dirección, es decir, que se tuvieran claros y concretasen los ámbitos de acción de cada una de las organizaciones: financiación, desarrollo, gestión, mediación, educación, creación de experiencias…

Por último, en el ámbito laboral, tanto en el aspecto fiscal como en el legal, se considera necesario profundizar en la regularización, para ello serían de gran ayuda acciones conjuntas y complementarias por parte de las Administraciones y la apuesta por crear oportunidades para el trabajo en red y la cooperación.