Este año 2022 se cumplen 50 años de la llegada de Selma Huxley al País Vasco y del comienzo de sus investigaciones sobre la historia marítima del País Vasco y Canadá en la Edad Moderna.

Gipuzkoa tiene una deuda extraordinaria con Selma Huxley, ya que con sus investigaciones contribuyó de forma definitiva al conocimiento de nuestra historia, situándola en un contexto universal. Y, como buena Huxley que era, fiel a las tradiciones liberales de su familia, lo hizo armada de los elementos que la caracterizaban: tesón, confianza en el valor de su trabajo, honestidad científica a toda prueba y humildad. Valores todos ellos que caracterizan a las personas de calidad, y, en su caso, de trayectoria ejemplar.

Con esta exposición se pretende reivindicar a Selma Huxley como una precursora, alguien que abrió nuevos caminos para que otros los transitáramos y los desarrolláramos.

Se trata de hacer un recorrido por la poco conocida línea de relación que va desde la investigación básica, a la conservación del patrimonio, de ahí a la difusión cultural, la posterior creación literaria (la creación de un imaginario) y, por último, a las repercusiones sociales y económicas que esto, que en sus orígenes parece algo menor, puede llegar a tener.

¿Has pensado alguna vez por qué Ternua es el nombre de una marca (vasca) de ropa? ¿Sabes que el primer catálogo de Ternua incluía un texto de una historiadora canadiense?

¿Sabes del proyecto Albaola? ¿Sabes que se está invirtiendo –mucho- en él como medio de reactivación económica de Pasaia?

¿Sabes que la información que proporciona un documento de este archivo fue clave para la localización de la ahora conocida Nao San Juan?

Seguro que sabes quién es Toti Martinez de Lezea, ¿Sabes que ha escrito un libro, ‘Mareas’, en el que novela sobre la vida de 35 mujeres de la costa vasca?

Pues todo esto es posible gracias a que alguien decidió que era importante conservar el patrimonio documental de Gipuzkoa; a que algunas personas trataron y tratan de facilitar la consulta de los miles de legajos que conservamos (todos, tú también); a que alguien (Selma Huxley) dedicó muchos años de su vida a investigar sobre los marineros vascos y sus relaciones con Terranova;  a que hubo otras personas que siguieron su estela de investigación; a que escritoras como Toti Martinez de Lezea imaginaron vidas leyendo sus investigaciones; y a que otros y otras vieron una oportunidad de negocio basándose en un imaginario cultural (el de los marinos vascos, el frio, y la resistencia a las duras condiciones de Terranova).

La cultura es un ecosistema en el que conviven elementos más o menos conocidos. Pero en un ecosistema, hacen falta todos, cada uno con su grado de dedicación, de importancia, o de inversión. En él es clave la figura de la persona que abre nuevas perspectivas, y en esto Selma Huxley fue una precursora, alguien que abrió un camino.