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Discurso de Política de General

Discurso sobre Política General en las Juntas Generales de Gipuzkoa, el 29 de septiembre de 2020.

30/09/2020

Como se imaginarán, el de hoy no será un discurso de política general al uso. Será un discurso alineado con la situación de excepcionalidad que vivimos.

Por eso, en los siguientes minutos, trataré de explicar las líneas generales del primer año de mandato y desgranaré la hoja de ruta que hemos diseñado para hacer frente a la situación derivada de la pandemia con el objetivo de dar un rumbo certero y adecuado a nuestro territorio.

Quiero empezar esta comparecencia haciendo una mención muy especial a todas aquellas personas que han sufrido de cerca la Covid-19 y sus consecuencias. Este virus tan desconocido hasta hace unos meses ha dejado en Gipuzkoa más de 360 personas fallecidas y otras 10.200 enfermas o con diagnóstico positivo. A todas ellas y a sus personas allegadas desearía dedicar estas primeras líneas y ofrecerles todo nuestro apoyo, solidaridad y cercanía.

Han sido y están siendo meses duros, en los que muchas familias han sufrido verdaderos dramas. Sabemos que hay quien no han podido despedir a sus seres queridos como hubiera deseado; que miles de personas han vivido semanas de angustia por temor a enfermar; que miles de personas han perdido su empleo y que muchas otras han tenido que echar la persiana del negocio que emprendieron tiempo atrás con ilusión. Somos conscientes de que la incertidumbre laboral y económica planea sobre la mente de la mayoría de las personas, y sabemos también que las y los guipuzcoanos miran con preocupación a lo que pueda venir. 

Me gustaría ser muy claro y no andar con rodeos: Nos esperan meses difíciles.  Extremadamente difíciles. Y como responsables públicos nos toca saber leer el momento y ser audaces a la hora de tomar decisiones. Desde esta tribuna, quiero mostrar mi total compromiso, así como el de todo mi equipo de gobierno. Superar esta situación, estar al lado de quienes peor lo están pasando y reactivar el territorio –tanto en lo social como en lo económico– es y será nuestra prioridad número uno durante esta legislatura.

Desde mi llegada a la política, -y ya han pasado unos cuántos años desde entonces-, nunca nos hemos enfrentado a una situación tan compleja como la derivada por la Covid-19. Cientos de fallecidos, miles de personas enfermas, estado de alarma, economía parada en seco, miles de empleos perdidos, temor a posibles rebrotes, incertidumbre generalizada en todos los ámbitos… El escenario está siendo realmente adverso y desconocido. Pero una vez más, este territorio está sabiendo situarse y enfrentarse a la realidad.

No me gusta generalizar, pero me atrevería a afirmar que Gipuzkoa en su conjunto, como comunidad de personas, está sabiendo estar a la altura de las circunstancias. La inmensa mayoría de nuestra sociedad se ha comportado de un modo responsable, pero al igual que en el resto del mundo, hay una minoría que no está dispuesta a asumir sus obligaciones. Gipuzkoa no está dispuesta a admitir ese tipo de comportamientos. Que son una excepción. Insisto. Porque en estos seis últimos meses he tenido ocasión de estar con muchísima gente, personas de diferentes ámbitos y sectores que están trabajando con ahínco por salir adelante. Hemos conocido el esfuerzo que se está haciendo a diario para abrir los negocios; mantener en pie empresas; seguir educando a nuestros y nuestras jóvenes. Me gustaría citar a quienes han dado lo mejor de sí durante este tiempo para amortiguar los graves efectos de la pandemia en Gipuzkoa. A las y los sanitarios a quienes hemos aplaudido durante semanas desde nuestros balcones; a las que han cuidado de nuestros mayores; a quienes salieron a trabajar a diario para prestar servicios básicos; a quienes se quedaron en casa durante siete semanas, con niños pequeños, enfermos o personas dependientes a su cargo; a las que han tenido que sortear complicaciones para desempeñar sus trabajos desde casa.

Desde que la Covid-19 llegara a nuestras vidas, la Diputación Foral de Gipuzkoa se ha esforzado por estar cerca de las personas e ir adoptando las medidas necesarias en cada momento. Habremos cometido errores, pero les garantizo que cada departamento, con sus diputados y diputadas, directores y directoras y personal técnico al frente, se ha dejado la piel en ello. Y lo han hecho en colaboración con el resto de instituciones, organizaciones y tejido asociativo del territorio. Siempre hemos defendido la idea de que Gipuzkoa debía ser uno de los territorios de Europa con menores tasas de desigualdad. Y ahora, ante el riesgo real de que la crisis provoque un aumento de las desigualdades, más que nunca, toca trabajar conjuntamente para que las consecuencias de la pandemia no nos impidan conseguir ese objetivo.

 

Inicio de la legislatura

Han pasado quince meses desde que leí el discurso de investidura desde este estrado. Y les confieso que parece haber pasado al menos un lustro. ¿Quién nos diría que el mundo cambiaría tanto y tan rápido como consecuencia de una pandemia tan desconocida? Era algo inimaginable. Y por eso, aquel 28 de junio de 2019, me mostré ilusionado con los cuatro años que teníamos por delante. Y no era para menos.

Tras la crisis del 2008, los datos económicos volvían a ser esperanzadores en Gipuzkoa y desde aquí me comprometí a seguir trabajando por lograr un territorio más competitivo en lo económico y más cohesionado en lo social. Un territorio con la vista puesta en el futuro, sabiendo interpretar y adecuarse a los cambios sociales.

Contábamos con la experiencia de la legislatura anterior, en la que pudimos dar un giro de 180 grados a Gipuzkoa. Superados los problemas estructurales en materia de residuos y carreteras, pudimos desplegar un proyecto político que situó a nuestro territorio en una buena posición. Con Etorkizuna Eraikiz, pudimos dar un salto cualitativo y pasamos a alinear nuestra agenda política con la de los países más avanzados de Europa. La digitalización, la ciberseguridad, la conciliación corresponsable, la recuperación verde. Nuevos retos para los nuevos tiempos, que fueron recogidos en el Plan de Gestión que elaboramos, de manera participativa, llegando a definir 55 objetivos estratégicos y sus 400 acciones a desarrollar.

Además, los datos macroeconómicos (el paro, la renta per cápita, las exportaciones, la recaudación y el índice GINI) nos acompañaban al inicio de la legislatura y nos permitían desplegar la nueva hoja de ruta.

Con un diagnóstico favorable y el apoyo de la ciudadanía recibido en las urnas, hace 15 meses me dirigí a estas Juntas Generales con una hoja de ruta bien definida que buscaba fortalecer aún más Gipuzkoa. Les presenté el programa de gobierno acordado entre el PNV y el PSE, con sus 13 objetivos bien definidos, que más tarde pasarían a engrosar el Plan Estratégico de Gestión que diseñamos para la legislatura.

El planteamiento programático era, y sigue siendo, claro: afianzar el futuro de Gipuzkoa.

Ya entonces, cuando siquiera habíamos oído hablar de la Covid-19, augurábamos tiempos inciertos y repletos de cambios sociales. Esa realidad se ha agravado por la pandemia. Existe desafección política y existe el riesgo real de que planteamientos políticos hipersimplificados que pretenden gestionar el enfado social para su propio beneficio. En Euskadi y en Gipuzkoa, también estamos asistiendo a importantes transformaciones y se nos presentan enormes interrogantes como Pueblo y como territorio.

El primer reto tiene que ver con la revitalización democrática. La reciente historia de nuestro país está caracterizada por las enormes y dramáticas consecuencias que tuvieron el terrorismo de ETA y el resto de expresiones de violencia.

Hoy, afortunadamente, vivimos un tiempo político distinto. Pero la urgencia social y política de pasar página no puede dejar de lado la necesaria autocrítica política que ha de servir para fortalecer la pedagogía democrática para las futuras generaciones.

Tampoco podemos pensar que la convivencia democrática se articula por sí misma, sin socializar permanentemente la cultura democrática en la ciudadanía y sin realizar ningún tipo de esfuerzo. Y hay una cuestión más: el cansancio y el agotamiento social que han producido el terror y la violencia tienen un efecto directo en la desactivación y desmovilización cívica de nuestra ciudadanía a la hora de plantear cualquier proceso en términos comunitarios.

Por lo tanto, es necesario apostar por una revitalización democrática, para que nuestro país esté formado por ciudadanas y ciudadanos que crean profundamente en la democracia, con capacidad crítica, que crean en la participación comunitaria y conscientes de la complejidad democrática huyan de las tentaciones totalitarias.

El futuro plantea nuevos retos a la democracia: la diversidad en todos los órdenes de la vida, una nueva agenda política para hacer frente al cambio climático, a las desigualdades sociales, etc. Todo ello pasa inexcusablemente por empoderar a la ciudadanía y por integrar a todas las personas a la comunidad política sin ninguna exclusión.

El segundo reto tiene que ver con los modelos de gobernanza. Es evidente que el actual sistema institucional y las administraciones públicas necesitan una profunda revisión desde este punto de vista.

Además de la necesaria apuesta por el código del buen gobierno y por la incorporación de la dimensión ética a la deliberación y a la acción pública, parece evidente que las estructuras públicas necesitan instituir sistemas de colaboración con la sociedad organizada y la ciudadanía para fortalecer el espacio común.

El espacio público no puede ser gestionado en exclusiva desde la administración pública. El futuro de la democracia pasa en gran parte por reformular los espacios de deliberación, haciendo las políticas públicas más inclusivas.

Gipuzkoa es un territorio que hunde sus raíces en un profundo sentido comunitario y en la vitalidad y fortaleza de la sociedad civil. Debemos aprovechar esta base para construir un sistema de gobernanza colaborativa que dé respuesta a un nuevo tiempo político.

A través del programa Etorkizuna Eraikiz hemos puesto en marcha diversas iniciativas orientadas a este fin, pero debemos ir más allá, incorporando día a día más actores políticos y sociales.

El tercer reto tiene que ver con la puesta en valor y empoderamiento de nuestro sistema de autogobierno. Cuando acontece una crisis como la que estamos viviendo lo relevante para la ciudadanía son las soluciones inmediatas; vengan de donde vengan; vengan como vengan. Se trate de una crisis económica o se trate de una pandemia.

Parece que el debate sobre la organización política que vehicula todas las respuestas es una cuestión secundaría o, en cualquier caso, es una cuestión que ha de resolverse en el escenario político.

Sin embargo, mi opinión es que la institucionalización política resulta de vital importancia para garantizar una gestión cercana y eficaz. Estoy hablando de nuestro sistema institucional.

En la transición política se aprobó el Estatuto de Autonomía de Gernika en virtud de la actualización de los derechos históricos que asisten a nuestro pueblo. Con nuestros aciertos y nuestros errores, el sistema de autogobierno vasco ha supuesto un nivel de autogobierno que nos ha permitido desarrollarnos como comunidad diferenciada.

El autogobierno ha supuesto más calidad de vida y bienestar, pero también la posibilidad de atender a la voluntad colectiva de un país que plantea una identidad colectiva diferenciada. El mayor exponente de este sistema institucional es, sin duda, el Concierto Económico.

Durante todos estos años ha habido incumplimientos, intentos de debilitamiento a través de estrategias centralizadoras y, también intentos de deslegitimación argumentando que el Estatuto de Gernika constituía una incorporación a la soberanía constitucional traicionando las aspiraciones del Pueblo vasco. El nuestro no es el único caso. Ayer mismo conocíamos la inhabilitación del presidente de Catalunya, un hecho ante el que deseo volver a manifestar mi apoyo al pueblo catalán.  

Frente a todos estos intentos de erosión, el autogobierno vasco goza hoy de una enorme legitimidad. Y mi opinión es que debemos seguir profundizando en él, buscando los acuerdos necesarios, pero sin renunciar a la voluntad de la sociedad vasca a decidir su propio futuro.

Más autogobierno significa más capacidad para abordar nuestro propio futuro. Y el futuro nos va a exigir disponer de una mayor capacidad económica, política y social. Es cierto que vamos a ser cada vez más interdependientes, pero para ello primero hay que “ser”; y “ser” significa decidir.

La legislatura que acaba de comenzar en el Parlamento Vasco debería de servir para abordar esta cuestión buscando todo el mayor consenso posible evitando el derecho a veto de opciones que no están dispuestos a respetar la voluntad mayoritaria de este país.  

 

Llegada de la Covid-19 a Gipuzkoa

Como les he mencionado, arrancamos la legislatura con fuerza, con las ideas claras y con un Plan Estratégico muy bien definido.

Se acercaba el final de año y lo hacíamos con buen sabor de boca. Con la sensación de haber abordado el inicio del ciclo con los deberes hechos. Habíamos aprobado los presupuestos para el siguiente ejercicio y la Diputación estaba preparada para arrancar el año con fuerza, las ideas claras y una hoja de ruta bien delimitada.

Con esa serenidad despedíamos el 2019, con los anuales festejos navideños y concesiones de premios como el del voluntariado o la Medalla de oro que otorgamos a las mujeres empresarias y emprendedoras del territorio, representadas por Aspegi. El final de año siempre suele ser especial en la Diputación Foral de Gipuzkoa. Y el pasado año no fue una excepción. Las primeras noticias que llegaban de un lejano mercado chino ubicado en Wuhan no nos hacían presagiar lo que se avecinaba. 

Fue un mes más tarde, a finales de enero, cuando comenzamos a tomar consciencia de la magnitud que podía adquirir ese virus totalmente desconocido para la humanidad. El Gobierno de España confirmaba el primer caso de Covid-19 el 31 de enero y el 27 de febrero se diagnosticaban los dos primeros en Euskadi, uno de ellos, en Gipuzkoa.

Ese momento supone, sin lugar a dudas, un antes y un después en el repaso del primer año de legislatura que les estoy realizando. Nuestro mayor temor se confirmaba. El coronavirus estaba entre nosotros y nosotras y había que centrar todos los esfuerzos en combatirlo.

 

Respuesta en el ámbito social

A partir de ese día, la Diputación, y especialmente el Departamento de Políticas Sociales de Txara, pasó a convertirse en una enorme sala de operaciones desde la que se diseñan y dirigen los protocolos, planes e instrucciones forales para hacer frente a la pandemia. La prioridad número uno era y sigue siendo proteger la salud, el bienestar y las vidas de la ciudadanía, con especial hincapié en los colectivos más vulnerables, entre los que están las 5.000 personas mayores que viven en los centros residenciales de titularidad foral.

Podría pasarme horas enumerando cada una de las decisiones que la Diputación ha ido adoptado en este tiempo, pero no dispongo de tanto tiempo, así que les mencionaré las más importantes vinculadas a los ámbitos social y económico, quedando a su disposición para cualquier matiz o información en la que deseen profundizar en el turno de réplica.

Quiero relatarles las semanas más duras de la pandemia y lo que aprendimos en ellas, sobre todo mirando a los meses venideros.

Comenzaré por el apartado social, relatando cómo, tras las primeras medidas implementadas en febrero, en coordinación con Osakidetza, seis días después de que se confirmara el primer caso de Covid-19 en Gipuzkoa, el Departamento de Políticas Sociales publicó el primer protocolo específico de residencias y centros de día. Estas medidas se vieron reforzadas el día 13 con la suspensión de las visitas en las residencias.

Insisto: la prioridad ha estado, y sigue estando, en proteger a las personas más vulnerables frente al virus. Por eso, y siendo muy conscientes de que estas decisiones afectaban al día a día de miles de personas, hicimos lo necesario en cada momento.

Les reconoceré que no ha sido nada fácil. Somos plenamente conscientes del dolor que causa cerrar las residencias a cal y canto. Si es complicado separarse de las personas queridas, piensen lo que supone para los mayores que viven en las residencias. Pero hay circunstancias en las que hay que hacerlo para proteger la vida de estas personas. Y cuando hizo falta, lo hicimos, tratando de mitigar las consecuencias con la puesta en marcha de nuevos canales de comunicación que les permiten mantener el contacto con sus allegados.

Aquellos días de marzo y abril fueron muy muy complicados. El virus iba ganando terreno y había que construir un muro de contención frente a él.

La primera gran decisión que adoptamos al respecto fue aprobar un Plan de Choque que buscaba responder estratégica y coordinadamente a una situación sin precedentes a nivel global, pero con efectos a nivel local en todos los ámbitos: sanitario, social y económico. El objetivo era anticiparnos con la máxima celeridad posible a la expansión del virus. Y lo hicimos a través de más de 90 medidas sustentadas en cuatro pilares: Prevenir, contener, reforzar e informar.

Veíamos con impotencia que el virus era imparable. Que no entendía de fronteras y que era cuestión de tiempo tenerlo entre nosotros y nosotras. Potencias mundiales y países enteros sufrían la catástrofe de la pandemia y por eso era tan importante adelantarnos con medidas que retrasaran su llegada. La prevención fue clave tanto en centros residenciales para personas mayores, como en el resto de la red compuesta por servicios para la discapacidad, la inclusión social, enfermedad mental y menores.

Siempre hay cosas que se pueden mejorar, y más aún cuando se lucha contra una amenaza desconocida e invisible, pero les garantizo que se actuó de manera excepcional. Así, en coordinación permanente con los centros residenciales, se acordó blindar los centros para tratar de alejarlos del virus. Para ello, se tomó la dura decisión de suspender temporalmente las visitas y las salidas de los centros y se intensificaron los protocolos sanitarios, de limpieza integral y desinfección, con casi un millar de actuaciones por parte del cuerpo de bomberos y empresas especializadas.

Lamentablemente, no fue posible evitar la entrada del virus en los recursos, y el 19 de marzo confirmamos los primeros positivos en un centro foral. Concretamente, en la residencia Iurreamendi de Tolosa, donde han llegado a contabilizar 54 usuarios con diagnóstico positivo.

Imagínense lo que supone eso para una única residencia. El revés que supone para usuarios, personal trabajador, familiares y responsables. La rabia e impotencia con la que tuvieron que combatir a un enemigo invisible, pero feroz, que acabó llevándose la vida de 15 mayores en este centro de Tolosa.

Una vez más, quisiera poner en valor el ingente trabajo que están realizando los equipos humanos de las residencias, en coordinación con el departamento de Maite Peña, porque están trabajando en condiciones realmente difíciles. Bajo circunstancias de muchísima presión, están haciendo frente a un enemigo oculto y desconocido como es la Covid-19.

Tras constatar tristemente la llegada del virus a las residencias, pasamos a la fase de contención. A evitar su propagación. Y, para ello, se comenzó a realizar un seguimiento individual y diario a cada uno de los 65 centros residenciales con la finalidad de conocer los casos positivos, sospechosos o pendientes de realizar las pruebas, tanto de personas usuarias como trabajadoras. Es importantísimo conocer la foto real para tomar decisiones.

Desde el minuto cero, toda la Diputación se volcó en la lucha contra la Covid-19 y se tomaron varias decisiones clave como la de convertir el centro socio-sanitario de la Cruz Roja en Donostia en espacio para atender a personas mayores de las residencias afectadas por el coronavirus. En este lugar se trataron nada menos que 89 mayores durante ocho semanas, antes de que volviera a su funcionamiento habitual en verano. A partir de junio el centro referente es la planta social del Hospital de Eibar, donde se siguen atendiendo a las personas enfermas de Covid-19 a día de hoy.

El plan de choque también nos ha permitido reforzar los recursos sociales durante este tiempo mediante la puesta en marcha de diferentes herramientas como el servicio de atención y apoyo psicosocial para familiares de personas usuarias de las residencias. Al mismo tiempo, habilitamos diferentes dispositivos de atención, como los albergues de Hondarribia, Zarautz y Orio, con 75 plazas para personas en situación de exclusión residencial comprometida por la Covid-19.

La última, y no menos importante, misión del plan ha sido la de gestionar esta crisis de la manera más transparente posible. Las personas usuarias, sus familiares y el conjunto de la sociedad deben conocer cuál es la situación en cada momento y, por eso, hemos hecho un ejercicio mayúsculo para trasladar la información de la que disponemos en cada momento.

Como saben, el plan de choque sigue vigente en toda la red foral y nos ha permitido abordar la segunda ola de la pandemia con mayor previsión. Seguimos en alerta, con un sistema de prevención y vigilancia y un equipo especializado que en 10 semanas han realizado más de 15.000 PCR preventivas en la red de residencias y centros de día.

Además, en todas las residencias se ha establecido un sistema de comunicación seguro entre responsables de centros, usuarios y familiares. Además de la comunicación promovida vía video llamadas entre residentes y familiares, los centros donde se registran casos positivos, informan diariamente a las familias sobre la evolución del centro.

Asimismo, hemos puesto a disposición de las personas usuarias como trabajadoras de los servicios sociales el servicio telefónico Telezaintza, para ofrecer apoyo psicosocial o facilitar la tramitación de prestaciones económicas.

Todo este esfuerzo realizado para combatir la pandemia en el ámbito social requerirá este año de 13 millones de inversión.

Igualmente destacaría el ejercicio de trasparencia que estamos realizando para informar al conjunto de la sociedad sobre la evolución de la situación. Habilitamos una página web para hacer pública la situación real de cada momento y en la primera ola que comenzó en marzo, todos los días, durante 95 jornadas, ofrecimos un parte diario con la situación detallada de las residencias a través de nuestra portavoz, Eider Mendoza. En la segunda ola hemos mantenido la misma tónica, con partes diarios.

En situaciones de crisis, efectividad y transparencia. Ésa ha sido y es la premisa.

No podría acabar este bloque sin lanzar el mayor de los agradecimientos a la comunidad de personas que integran la red de servicios y recursos sociales. Los usuarios y usuarias, sus familias, las trabajadoras, los responsables de los centros y el departamento de Políticas Sociales. Todos y cada uno de ellos están dado lo mejor de sí y hacen posible que los efectos de esta horrible pandemia no sean aún peores.

Las cifras son duras: con 563 mayores contagiados en la primera ola, de los que se curaron 395 y fallecieron, 168 y 225 personas trabajadoras contagiadas. En la segunda ola, hemos contabilizado ya 102 positivos, 24 han fallecido, 30 se han recuperado y 48 siguen siendo positivo. El virus ha entrado en cuatro de los 65 centros que componen la red foral de residencias.

Pero no me cabe duda de que estas cifras hubieran sido aún más drásticas si el modelo de nuestro territorio no hubiera respondido de un modo colectivo ante este ingente reto. Toda una comunidad volcada, con un tercer sector que ha vuelto a dar la talla, combatiendo contra un mismo enemigo común al que nadie conocía y todo el mundo teme. La participación de la Cruz Roja, la DYA, Aita Meni o Gureak, entre otros muchos, ha sido clave. Todo el mundo ha dado un paso al frente, se han arrimado hombros y se ha respondido como comunidad. Personal trabajador. Residencias. Personas usuarias. Familias. Administraciones. Todos y todas de la mano. Y eso, una vez más, distinguirá a nuestro territorio.

Pasado un tiempo tendremos que mirar atrás y analizar cómo ha respondido el sistema. Incluso entrar a valorar la actitud de quien decidió no colaborar y llevó a las autoridades y gestores de residencias a tribunales, acusándoles de no proteger los derechos de las trabajadoras de las residencias. Lejos de darles la razón, cinco jueces han desestimado sus denuncias y han certificado que se adoptaron constantemente las medidas preventivas y se defendieron dichos derechos. No seré yo, será el tiempo el que ponga a cada uno en su lugar, pero lo más grave, indiscutiblemente, ha sido la obstaculización producida en los momentos más críticos.

Al margen de este hecho, la coordinación entre las instituciones y organismos competentes ha sido un factor clave en todo el proceso. Y desde aquí me gustaría poner en valor la capacidad que han demostrado residencias, ayuntamientos, agencias comarcales, diputaciones y Gobierno Vasco, especialmente Osakidetza, para ir adecuándose a las necesidades que iban surgiendo.

Con más de 31 millones de contagiados y casi un millón fallecidos en el mundo, esta pandemia ha supuesto el mayor de los retos para sociedad actual y especialmente para las administraciones competentes, que se han visto en la urgencia de tomar decisiones en circunstancias muy complicadas y un tiempo record. No siempre habremos acertado, pero les garantizo que por lo que yo he podido comprobar, los hombres y mujeres que están al frente de nuestras instituciones siguen dado lo mejor de sí para hacer frente a la pandemia.

 

Respuesta en el ámbito económico

En los próximos minutos trataré de explicarles la respuesta ofrecida por la Diputación desde el punto de vista económico y fiscal. Y es que, al tiempo que hemos ido adoptando medidas en el ámbito social, hemos hecho lo propio en materia económica, sabedores de las consecuencias devastadoras que está provocando el virus en la gran mayoría de actividades de nuestro tejido productivo. La entrada en vigor del estado de alarma el 15 de marzo, con las medidas de confinamiento y la parada en seco de la economía, han provocado un daño difícil de reparar a miles de autónomos, pequeñas empresas, compañías exportadoras, negocios vinculados a la hostelería, el turismo y el ocio, por mencionar algunos.

Analistas apuntan a que la crisis provocada por la Covid-19 es el mayor shock económico desde la II Guerra Mundial y afecta ya a más del 90 % de las economías del mundo. Independientemente de la región, los escenarios y previsiones económicas proyectadas por distintos organismos oficiales son pesimistas, en mayor o menor grado, en cuanto a la profundidad de la recesión en 2020 y la velocidad de recuperación en los años posteriores.

En Euskadi, las últimas previsiones estiman una caída del PIB del 10 % en 2020; y un crecimiento del 8,9 % en 2021, lo supondría retrasar la recuperación, al menos hasta 2022.

En cuanto al desempleo, sabemos que en Gipuzkoa el parón de la economía ha supuesto la pérdida de 8.815 puestos de trabajo en los primeros seis meses de 2020, aunque el ritmo de incremento del paro se ha ralentizado en los últimos meses.

El primer semestre se cerró en el territorio con 10.000 personas menos afiliadas a la seguridad social, en comparación con el año pasado. En los peores momentos de la primera oleada, más de 36.000 trabajadores y trabajadoras del territorio estuvieron en ERTE, y todavía hoy quedan casi 7.000. La perspectiva de cierre de negocios y de pérdida de empleos, especialmente en los sectores más castigados como el comercio y la hostelería, son preocupantes.

Es pronto para saber cuál será el efecto real de la COVID-19 en nuestra economía, pero todos los indicadores auguran consecuencias muy duras.

Por eso, ya el 20 de marzo, cinco días después de decretar el estado de alarma, constituimos el órgano económico de coordinación formado por representantes de la institución foral y los principales agentes económicos de Gipuzkoa con un doble cometido.

Por un lado, realizar el seguimiento de la situación económica en el territorio y, por otro, articular de manera compartida medidas económicas y fiscales que paliasen de manera urgente los efectos que estaba provocando la pandemia en la actividad económica y el empleo.  

Durante todo este tiempo hemos seguido manteniendo encuentros con representantes de sectores como el industrial, el económico, el turístico y el primer sector a fin de aprobar líneas de ayuda e iniciativas ad hoc para las empresas que más han visto afectada su actividad diaria, con la atención puesta especialmente en las pymes y las y los profesionales autónomos.

A raíz de esa colaboración, hemos ido poniendo en marcha varias iniciativas, líneas de ayuda y medidas fiscales con el objetivo de ir aminorando los daños generados por la pandemia.

 

  1. Medidas fiscales

Comenzaré explicándoles las medidas adoptadas desde el Departamento de Hacienda, con el objetivo de mitigar los efectos de la COVID-19 en la economía del territorio, y sentar las bases para una recuperación lo más rápida posible.

Desde el ámbito fiscal, hemos actuado con decisión para tratar de disminuir el impacto de la crisis. En total, hemos aprobado en esta misma Cámara cuatro decretos forales-norma:

  • Decreto Foral Norma 1/2020, del 24 de marzo, a través del cual, dimos una primera respuesta de urgencia. Alargamos y flexibilizamos plazos, y potenciamos las devoluciones y procedimientos destinados a dar más liquidez a los y las contribuyentes. En aquel primer momento, en marzo, esas eran las necesidades más básicas. Este decreto fue reforzado con otro el 5 de mayo.
  • Por otro lado, el Decreto Foral Norma 5/2020, del 26 de mayo. Esta batería de medidas fiscales es muy ambiciosa y está destinada a impulsar la reactivación económica. Por una parte, incluye medidas para paliar la falta de liquidez, permitiendo la compensación de pérdidas actuales con beneficios pasados, tanto a personas autónomas como a empresas. Además, incluye nuevas bonificaciones fiscales por inversiones en pymes y creación de empleo; y el apoyo a la transformación digital del pequeño comercio, con un nuevo y potente incentivo. Este decreto fue complementado con otro nuevo el 21 de julio.

El efecto acumulado de todas estas medidas ha supuesto un impacto de más de 700 millones de euros. Un efecto en su mayor parte financiero, pero que hemos sido capaces de asumir gracias a unas cuentas saneadas y al músculo financiero con el que cuenta nuestra institución.

Junto a las modificaciones normativas, desde Hacienda hemos hecho un esfuerzo especial para agilizar devoluciones; hasta agosto, hemos devuelto la misma cantidad que el año pasado, en un año en el que la actividad económica ha estado parada o afectada por la pandemia, y en comparación con el ejercicio anterior, que fue de absoluto record en lo que respecta a la recaudación tributaria. Creo que no hace falta mencionar la importancia que tienen estas devoluciones en un contexto de crisis económica, ya que suponen inyectar liquidez directamente a familias y empresas.

Por acabar con el ámbito fiscal, también quisiera destacar el trabajo realizado en las campañas de Renta, Patrimonio y Sociedades (esta última concluye estos días). En un contexto absolutamente excepcional, hemos sido la primera institución del Estado en arrancar y terminar la campaña de la Renta, y la primera en ofrecer una atención presencial; y, en pleno confinamiento, hemos tenido la agilidad suficiente para poner a disposición de la ciudadanía las herramientas necesarias para que pudiesen presentar, modificar y completar su declaración online, sin moverse de casa. El resultado, ya lo conocen, es doblemente satisfactorio: una buena campaña en lo recaudatorio y sin ninguna incidencia en lo sanitario.

 

  1. Otras medidas económicas

Las reuniones telemáticas semanales mantenidas en el seno del órgano económico de coordinación nos han permitido conocer al instante las necesidades del tejido económico y actuar con celeridad.

Así, durante este tiempo, hemos podido poner en marcha varias medidas económicas de calado como los 4 millones de euros dirigidos a impulsar la transformación competitiva de las empresas; los 850.000 euros para impulsar el teletrabajo en las empresas de menos de 50 trabajadores y trabajadoras; o la nueva línea de subvenciones de 100.000 euros dirigida a autónomos y pequeñas empresas del sector de servicios turísticos.

Asimismo, se ha puesto en marcha una convocatoria dirigida a las entidades de ámbito comarcal, con un montante de 825.000 euros, para impulsar la reactivación económica ante la crisis generada por la pandemia.

 

  1. Cuatro planes específicos

Los contrastes sectoriales, además, nos han permitido presentar cuatro planes específicos para tratar de impulsar sectores claves de Gipuzkoa.

El primero de ellos, el Plan para la Recuperación Económica, dirigido a amortiguar el impacto de la COVID-19 en el tejido económico y empresarial.

Con sus 28 millones de inversión, se prioriza la generación y el mantenimiento del empleo de calidad, a través de proyectos empresariales competitivos y sostenibles, que contribuyan a lograr que Gipuzkoa sea la comunidad de personas con menores niveles de desigualdad de Europa.

Los ejes de actuación de dicho plan son los siguientes:

  • Generación y consolidación de empleo de calidad.
  • Recursos económicos para apoyar a las empresas.
  • Apoyo a la consolidación de proyectos empresariales de futuro.
  • Ahondar en la consolidación de sectores estratégicos.
  • Mecanismos de apoyo al consumo local.
  • Y fortalecer el papel del ecosistema de desarrollo empresarial.

 

Calculamos que las ayudas directas han llegado hasta ahora a más de 562 empresas, pymes, personas autónomas, asociaciones y agentes, lo que suma más de 10.000 empleos. Teniendo en cuenta que el grueso de las convocatorias, incluidas las más cuantiosas, se va a adjudicar entre septiembre y octubre, nuestras previsiones pasan por triplicar esas cifras.

El segundo Plan de Reactivación se llama Piztu Kultura. Con 4 millones de inversión, esta iniciativa estructura una batería de medidas para paliar las pérdidas ocasionadas por la crisis en un sector especialmente afectado como es el de la cultura. Su objetivo es dar sostenibilidad a los proyectos culturales e incentivar el consumo cultural en la sociedad guipuzcoana.

Entre las principales medidas caben destacar las ayudas a personas autónomas y pequeñas empresas o el lanzamiento de un bono extra cultural en el mes de junio para incentivar la compra.

Hasta la fecha, 40 autónomos, 59 tiendas de libros y 40 entidades municipales o museísticas se han beneficiado del plan.

 

El tercero de los planes busca la Reactivación del Turismo en Gipuzkoa. Con 2,4 millones, viene a tratar de paliar los terribles efectos que la COVID-19 está provocando en el sector.

La trayectoria ascendente que vivía el turismo en nuestro territorio se contrapone con la realidad de ser uno de los sectores más afectados por la crisis de la COVID-19, con niveles muy altos de incertidumbre, y la perspectiva de que la recuperación pueda ser más lenta que en otras actividades.

Siendo el tercer sector económico de Gipuzkoa, con 36.500 empleos el año pasado, era urgente tomar medidas y por eso, el 8 de mayo, dimos a conocer el Plan para la Reactivación del Turismo con un triple objetivo: proteger la actividad y el empleo; favorecer su recuperación; y promocionarlo y relanzarlo en el escenario post-pandemia.

Hasta la fecha, más de 150 empresas, entidades, agentes y asociaciones del sector turístico se han beneficiado de las ayudas.

Paralelamente, activamos otros 2 millones de euros para apoyar a los sectores del comercio y la hostelería a la hora de hacer frente a gastos e inversiones originadas por la COVID-19 en municipios superiores a 1.500 habitantes. Esta convocatoria la hemos llevado a cabo de la mano de 55 ayuntamientos de Gipuzkoa, lo cual refleja una importante coordinación interinstitucional.

Por último, se encuentra el Plan para el Mantenimiento de la actividad económica del primer sector. Con un montante total de 15,5 millones, se buscaba responder a los retos del primer sector ante la crisis provocada por la COVID-19, con el mantenimiento de la actividad económica y el empleo, el apoyo a los subsectores más damnificados, y el equilibrio territorial como principales ejes de actuación.

Hasta ahora, en torno a 700 personas han sido beneficiadas por el conjunto de esta iniciativa.  La pandemia ha puesto de manifiesto que la actividad del primer sector es vital para nuestro futuro.

 

  1. Reestructuración de la propia casa

A continuación, pasaré a explicarles el ejercicio de reestructuración que ha realizado la propia Diputación para adecuarse a la nueva realidad generada por la COVID-19.

Ante una pandemia de tal magnitud, con millones de personas afectadas y la economía mundial resentida, teníamos claro que el siguiente ejercicio a realizar debía ser la reestructuración de la propia casa. Administraciones, empresas, negocios y familias se están esforzando por adaptarse a la nueva situación y la Diputación no podía ser una excepción.

Ya desde marzo, el Departamento de Hacienda nos venía informando del deterioro que estaba sufriendo la recaudación foral como consecuencia de los efectos de la pandemia en la economía. Las primeras estimaciones apuntaban a que la recaudación anual podría verse rebajada en torno a un 20 %.

El presupuesto anual rondaba los 915 millones y se comenzó a estimar que se reducirá en torno a 200 millones a causa del virus. Por tanto, sería imposible llevar a cabo todas los proyectos e inversiones que habíamos previsto a inicios de año al no disponer por ahora de capacidad para incrementar nuestro nivel de deuda.

Como saben, el reconocimiento de la capacidad de endeudamiento de las diputaciones forales lo abordaremos próximamente, en la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico. Quiero destacar en esta cuestión que, más allá de las cantidades económicas, estamos hablando del reconocimiento de los territorios históricos como entidades con un estatus diferente a las entidades locales. Un punto clave para la consolidación del sistema institucional vasco y el reconocimiento de la singularidad de los territorios históricos de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba.

Llevamos meses reivindicando con ahínco una capacidad de endeudamiento mayor, pero a la vista de que no recibíamos respuesta, tomamos dos importantes decisiones. Uno: hacer un ejercicio de priorización, salvaguardando, siempre, las políticas sociales y la promoción económica. Y dos: advertir de la situación a los ayuntamientos del territorio, pidiéndoles actuar en consonancia.

Hechos los análisis, el 24 de abril, el consejo de gobierno tomó la decisión de reducir en 85 millones su presupuesto para el presente ejercicio.

Era importantísimo realizar cuanto antes los ajustes necesarios para preparar la institución y poder seguir respondiendo con solvencia a las necesidades de la sociedad guipuzcoana.

Gracias a la gestión de los últimos años, el ente foral cuenta con una situación financiera saneada, por lo que parte de lo que vamos a dejar de recaudar se cubrirá asumiendo el tope de deuda que nos permite la ley y recurriendo a remanente. Para lo demás, unos 85 millones, decidimos aplazar inversiones y contener gasto.

La Diputación Foral llevará a cabo dicho ajuste en base a los siguientes principios:

  • El mantenimiento y el fortalecimiento de las políticas sociales y la protección social.
  • El mantenimiento y fortalecimiento de la economía.
  • El mantenimiento del transporte público.
  • El mantenimiento de la apuesta por Etorkizuna Eraikiz, reorientándolo al contexto generado por la pandemia.
  • La preparación de la propia Diputación Foral para funcionar en el escenario posterior a la pandemia.
  • Y una reperiodificación de las inversiones y los proyectos de naturaleza estratégica, ralentizando su proceso.

Con estas medidas, en las que profundizaré más adelante, blindamos las políticas sociales y la promoción económica. Es decir, mantenemos intactas las dos partidas, para, por un lado, apoyar a los colectivos más vulnerables en esta crisis y luchar contra las desigualdades; y por el otro, sostener los diferentes sectores económicos y mantener el máximo empleo posible.

De este modo, la Diputación se adelanta a las consecuencias de la crisis y, al mismo tiempo, en un ejercicio de priorización, se prepara para hacer frente a la situación crítica que ya empezamos a vislumbrar. Cuando se confirme, previsiblemente, la capacidad de endeudamiento de los territorios históricos, tenemos que tener muy claro que dichos recursos se destinarán a reforzar las prioridades establecidas tras la reestructuración de nuestros presupuestos. Este es un cambio de paradigma que se trasladará a toda la legislatura.

El papel de los ayuntamientos es de gran importancia en todo este proceso. Y por ello, desde el inicio, vimos la necesidad de mantener una comunicación abierta y directa con ellos, dado que se verían en la necesidad de reajustar sus cuentas. Ya el 28 de marzo les informamos de que el impacto generado por la crisis sanitaria en la economía afectaría de lleno a la recaudación tributaria y les pedimos actuar con tranquilidad y prudencia, priorizando la actuación coordinada de todas las administraciones. Y tres días más tarde mantuvimos una reunión telemática con todas y todos los alcaldes de Gipuzkoa para abordar conjuntamente este nuevo escenario.

Asimismo, la Diputación y los ayuntamientos presentes en la Comisión Territorial de Gipuzkoa de Eudel constituimos una mesa de diálogo institucional para impulsar y coordinar iniciativas de respuesta a los efectos negativos generados por la pandemia. Una vez incrementada previsiblemente la capacidad de endeudamiento de nuestra institución en la reunión de la comisión mixta, dicha mesa, abordará el apoyo financiero de la Diputación a los ayuntamientos de Gipuzkoa que lo requieran.

 

Revisión del Plan Estratégico 2020-2023

Ante la magnitud de la pandemia y las consecuencias que ésta está generando en todos los ámbitos, en pasado mes de abril, en paralelo a la reestructuración presupuestaria, el Consejo de Gobierno tomó la decisión de revisar el Plan Estratégico de legislatura y adaptarlo a la nueva realidad. No solo porque la bajada de la recaudación imposibilitaría materializar todos los objetivos recogidos en el documento, sino porque éramos plenamente conscientes de que el mundo ha cambiado y que es nuestra obligación responder al nuevo paradigma.

El documento fue presentado en julio con dos premisas claras. La primera: la necesidad de seguir trabajando por la cohesión social y, la segunda: la promoción de un desarrollo económico más inclusivo y sostenible.

El nuevo plan estratégico de gestión recoge cinco ámbitos prioritarios que pasaré a desgranar uno a uno:

 

  1. Dar prioridad absoluta a la cohesión social y la lucha contra las desigualdades.

El primero de ellos es el referido a la cohesión social. Ahora más que nunca, nuestras políticas, programas y acciones se centrarán en la persona y la mejora de su calidad de vida. Y, para ello, seguiremos trabajando por la protección social, el bienestar y la convivencia comunitaria en el contexto de la Covid-19. Les garantizo que lucharemos todavía con más fuerza contra las desigualdades sociales que puedan verse agravadas en ámbitos como la igualdad entre mujeres y hombres, la movilidad, el euskera, la cultura o el deporte.

En este sentido, seguiremos trabajando para seguir ofreciendo una oferta de servicios adecuada a las nuevas necesidades sociales surgidas por el impacto de la crisis económica, sanitaria y social. Y continuaremos combatiendo el impacto de la pandemia en la red pública de recursos sociales de Gipuzkoa, para lo que hemos activado un estado de alerta-prevención-vigilancia permanente y fomentando la coordinación entre todos los agentes implicados ante nuevos rebrotes y necesidades derivadas.

Esta crisis nos ha obligado a hacer ejercicios de prospectiva. Hemos tratado de imaginar cómo serán el medio y largo plazo para tratar de adecuarnos a la realidad y responder a las nuevas necesidades. Y les voy a confesar que este ejercicio de reflexión nos ha reafirmado en nuestra apuesta por avanzar hacia un nuevo modelo de atención a personas mayores y envejecimiento activo basado en la atención integral en el domicilio. Llevamos años trabajando por implementar en Gipuzkoa un modelo de innovación social centrado en las personas, con el objetivo de ofrecer nuevos servicios, modelos y tecnologías, en línea con la consecución de la Agenda 2030 y los ODS. Y ahora lo reforzaremos mediante proyectos experimentales como Etxean Bizi, OK en casa o Gipuzkoa Care, y dando especial fuerza a iniciativas como el nuevo plan de inclusión social y Elkar-Ekin Lanean, la Estrategia de Empleo de Calidad e Inclusivo de Gipuzkoa.

Me han oído hablar numerosas veces de Elkar- Ekin Lanean y sabrán que es uno de los proyectos estratégicos de los que más orgulloso me siento desde su creación. Y es que, en sus 4 años de vida, Elkar-Ekin Lanean ha permitido la contratación de casi 2.000 personas en riesgo de exclusión, convirtiéndose, así, en la vacuna de Gipuzkoa contra el populismo y la xenofobia.

Ahora más que nunca, toca reforzar esta iniciativa y dar respuesta a miles de personas que están sufriendo o sufrirán las consecuencias socio-económicas de la pandemia.

En definitiva, se trata de la estrategia para favorecer el empleo de calidad e inclusivo de todas las personas, con especial consideración a las personas que se encuentran en situación o riesgo de exclusión, en situación de desempleo con un grado de empleabilidad medio-bajo y personas con un empleo en situación de precariedad laboral.

Dirigido a todos ellos, la Diputación reforzará este plan de empleabilidad con una dotación extra de 3 millones de euros, que se sumarán a los 35 millones que esta casa ya viene invirtiendo en políticas dirigidas al fortalecimiento del empleo.

Calculamos que en los próximos doce meses, 700 personas accederán a un puesto de trabajo gracias a la Estrategia Elkar Ekin Lanean. 

Elkar-Ekin Lanean es una apuesta del conjunto del territorio de Gipuzkoa, comenzando por las instituciones públicas, con un papel fundamental de las agencias comarcales, pasando por el tercer sector y de las empresas del territorio. El Gobierno Vasco es otro agente clave con el que colaborar en el despliegue de la estrategia. En este sentido, tenemos la previsión de mantener en breve una reunión con el Departamento de Trabajo y Empleo. Tenemos previsto presentar en público la estrategia de empleabilidad Elkar Ekin Lanean en las próximas semanas.

Con ese objetivo de combatir las desigualdades, también les mencionaré las líneas de trabajo que abordaremos en los próximos meses en materia de igualdad de género e igualdad lingüística.

Empezando por el primero, quiero remarcarles que prestaremos especial atención a la igualdad entre hombres y mujeres, y les avanzo que en los próximos días presentaremos el III Plan de Igualdad que guiará nuestras políticas públicas en esta materia.  

Como saben, en los últimos años, Gipuzkoa ha avanzado de forma notable en materia de igualdad de género. Ha sido un trabajo conjunto, colaborativo, un logro colectivo de toda la sociedad guipuzcoana. Pero todavía queda camino por andar y la igualdad entre mujeres y hombres sigue siendo un reto de largo alcance que reclama más políticas para la transformación de Gipuzkoa hacia una sociedad más igualitaria.

Algunos datos siguen mostrando la cara más fea de esta desigualdad. Por ejemplo, en una Gipuzkoa donde las mujeres superan a los hombres en formación universitaria, su tasa de actividad sigue siendo 10 puntos inferior a la de los hombres; la brecha salarial favorece a los hombres en algo más de 7.000 euros al año; y son ellos también quienes representan una mayoría rotunda en los puestos de responsabilidad. Sin olvidar a las 1.500 mujeres guipuzcoanas que denuncian anualmente haber sido víctimas de violencia machista y que representan la punta del iceberg de esta lacra en nuestro territorio. Me gustaría recordar que para combatir esta lacra, la pasada legislatura impulsamos el Plan Aurre para enfrentar la violencia contra las mujeres.

 

En medio de la pandemia, y en un tiempo marcado por la incertidumbre, no obstante, hemos conocido, por parte del Eustat, un nuevo Índice de Igualdad de género de los países europeos, que incluye, por primera vez, a los tres territorios de Euskadi. Este índice es una herramienta estadística con capacidad para objetivar los logros y avances de las políticas de igualdad y ha situado a Gipuzkoa en los puestos de cabeza, por detrás tan sólo de los cuatro países europeos más avanzados en materia de Igualdad: Finlandia, Francia, Dinamarca y Suecia.

 

Otro de los ámbitos a reforzar de cara a los próximos meses será el de la igualdad lingüística. Como saben, la normalización del euskera ha estado siempre dentro de las prioridades marcadas por este gobierno foral y en los últimos cinco años se han dado importantes avances como la aprobación del VI. Plan para la Normalización del Euskera, la puesta en marcha de iniciativas como Gipuzkoa Berdinago y el nuevo modelo para la financiación pública de los medios que trabajan en euskera, entre otros.

De cara a los próximos meses, destaca la creación del Laboratorio Cooperativo de Innovación Lingüística que impulsaremos este otoño en el marco de Etorkizuna Eraikiz. Este centro tendrá la misión de crear e impulsar proyectos innovadores en diversos sectores de la sociedad vasca, con el objetivo de que el euskera sea lengua protagonista en el actual contexto multilingüe.

Asimismo, seguiremos buscando la permanente coordinación con el resto de instituciones para potenciar el uso del euskera entre las personas jóvenes y hacer frente así a retrocesos que se hayan podido producir como consecuencia del cierre de las escuelas durante seis meses. Y es que voces autorizadas alertan ya de la involución lingüística que se empieza a detectar en menores que apenas tienen relación con el idioma fuera de las aulas y las actividades extraescolares. En este sentido, el papel de los contenidos audiovisuales es clave para reforzar el uso del euskera por parte de las y los jóvenes y, por ello, seguiremos impulsando en Tabakalera el laboratorio de creaciones en euskera 2de0.

 

  1. Promover un desarrollo económico más inclusivo y sostenible.

El segundo ámbito prioritario del nuevo plan de gestión es la promoción de un desarrollo económico más inclusivo y sostenible.

La pandemia nos obliga a una gestión dual en el ámbito económico, conjugando dos objetivos: la recuperación a corto plazo, y la construcción a medio plazo de un modelo socioeconómico más inclusivo, sostenible y resiliente ante posibles nuevas crisis.

A corto plazo, nuestra prioridad es proteger a las personas y su empleo, estando más cerca que nunca de las empresas que las emplean.

Debemos mantener nuestro tejido económico e industrial, que tanto esfuerzo nos ha costado construir. Gipuzkoa es, ante todo, la conjunción de competitividad económica y cohesión social.  Hay que fortalecer el componente competitivo y humano de nuestras empresas. Apostamos, más que nunca, por el modelo de empresa guipuzcoana, comprometida con el territorio y las personas que la forman, ética, pero también flexible y capaz de adaptarse a un entorno cada vez más complejo.

Como saben, nuestras empresas están viviendo momentos muy delicados; con un inicio del curso complicado en el conjunto del tejido económico de Gipuzkoa.

Los escenarios son muy diversos dependiendo de los sectores, pero la preocupación es máxima comenzando desde la pequeña tienda con problemas para hacer frente a sus pagos, hasta las empresas tractoras que ven cómo se desploman los pedidos internacionales. Las 7.000 personas que siguen en ERTEs, o el descenso de las exportaciones en el primer semestre de este año, de casi el 25%, demuestran lo complicado que se presenta el porvenir, fruto de la falta de liquidez e inversiones, el constreñimiento de la demanda global, o el decrecimiento de los pedidos.

En marzo, confiábamos en una pronta reactivación de la economía y el empleo, una vez superada la crisis sanitaria con el confinamiento.  Lamentablemente, todo ha resultado mucho más complicado. Porque la economía no es un botón que se apaga y se enciende. Porque, en contra de lo que quisimos pensar, parece que este virus ha llegado para quedarse un tiempo. Y, sobre todo, porque el impacto que está teniendo esta crisis global es mucho mayor del esperado.

La incertidumbre es enorme, pero me atrevería a afirmar que el tejido empresarial de Gipuzkoa en su globalidad está sabiendo aguantar.

Este territorio tiene una manera de trabajar que ha hecho que Gipuzkoa sea competitiva y alcance unas cotas de bienestar envidiables. Estoy convencido de que tenemos cimientos suficientes para encarar este nuevo tiempo. Eso exige seguir profundizando en las líneas de trabajo que se han demostrado válidas y renovar aquellas que nos permitirán afrontar los nuevos retos como el teletrabajo, la internacionalización y el intraemprendimiento, entre otros.

Así, les adelanto que, al igual que hemos hecho este año, mantendremos las líneas de trabajo vinculadas a la competitividad y la transformación de los procesos productivos, al emprendimiento,  así como las políticas ligadas a la I+D+i. Mejorar aún más la transferencia del conocimiento avanzado al tejido económico será fundamental para afrontar estos nuevos tiempos, con un protagonismo central de la red guipuzcoana de ciencia y tecnología, y todo el ecosistema de emprendimiento avanzado que la rodea.

También redefiniremos las estrategias del talento, adecuándolas a la nueva era post pandemia, y fomentaremos el arraigo de las y los trabajadores en las empresas de Gipuzkoa. Queremos potenciar empresas humanas y competitivas, que están abiertas al mundo, crean empleo de calidad, y son capaces de atraer el talento de las generaciones más jóvenes. Que sean lugares atractivos en los que se pueda desarrollar el proyecto laboral y que, a su vez, sigan siendo generadoras de riqueza y garantes de una sociedad con cada vez menos desigualdades.

A medio y largo plazo, seguiremos apostando por los sectores en los que Gipuzkoa ya está bien posicionada a través de la especialización inteligente, y el fortalecimiento de la colaboración en nuestro ecosistema económico, empresarial y de conocimiento. Además, promoveremos empresas más competitivas y que apuesten por la calidad del empleo y el desarrollo de las personas, con especial atención al desarrollo profesional y personal de mujeres y jóvenes, en línea con la consecución de la Agenda 2030 y los ODS.

Seguiremos apostando por el conocimiento, la tecnología y el talento, especialmente en los sectores de futuro ligados al envejecimiento activo, la nueva movilidad, la economía circular y la digitalización.

Aprovecho la ocasión que me brindan desde esta tribuna para avanzarles tres grandes compromisos que adoptará la Diputación con el objetivo de acompañar a nuestras empresas en esta transición a los nuevos tiempos acelerados por la pandemia.

El primer gran compromiso será el de presentar un Plan de Reactivación y Relanzamiento de la Economía que presentaremos antes de final de año y que contemplará no solo medidas para la promoción económica, sino que estará acompañada por nuevas medidas fiscales que estarán alineadas con ese propósito de acompañar al tejido económico a un nuevo escenario post Covid-19.

El segundo compromiso será el de estar cerca de las personas vulnerables y de las empresas que mayores dificultades están padeciendo. Saben que esta Diputación ha realizado un enorme esfuerzo por tender puentes y fortalecer los vínculos con las empresas y ahora toca reforzar esa apuesta en la que las agencias comarcales han resultado fundamentales. El acompañamiento a las empresas con dificultades se verá, por tanto, reforzado este próximo ejercicio.

El último y tercer compromiso adoptado en materia económica será el de elaborar estudios de coyuntura económica mensuales. Este chequeo continuo nos permitirá conocer el estado de nuestra economía, para así actuar a tiempo y adaptarnos a los cambios. La Diputación adoptará un rol activo a la hora de acompañar a las empresas en estos momentos duros, colaborando para abrir escenarios de viabilidad.

Desearía reivindicar la forma de ser de Gipuzkoa. Somos gente emprendedora, ambiciosa, conciliadora, quiere avanzar y progresar en todos los campos. Ahora nos toca demostrarlo, adecuando nuestra economía a la nueva realidad.

Es momento de fortalecer nuestros valores. De hacer mejor, y más rápido, lo que ya hacíamos bien. De sumar fuerzas para, con determinación, abordar los procesos de transformación en los que nos jugamos el futuro: la digitalización, la eficiencia, la diversificación de productos y mercados, la apuesta por los sectores con más futuro, el empleo de calidad, el relevo generacional, el arraigo, el fomento del talento, la conciliación corresponsable, o la participación de los y las trabajadoras.

 

  1. Apuesta transversal verde y digital.

Ahora me detendré en el tercer ámbito: en la apuesta verde y digital.

Como toda crisis, la pandemia está sirviendo para acelerar tendencias y amplificar la relevancia de ciertos retos o paradigmas, sobre los que existe el consenso de que pueden convertirse en motores transversales de recuperación y evolución a nivel social, económico, territorial y político en los próximos años. En esta nueva etapa, creemos necesario situar el foco de prioridad estratégica sobre dos ámbitos en los que venimos trabajando de forma decidida en los últimos años en el marco de Etorkizuna Eraikiz, y que, por ello, nos sitúan en una posición de ventaja para aprovechar el momento.

Por un lado, la estrategia de recuperación verde nos ofrece una oportunidad inigualable para acelerar la reactivación de nuestra economía y empresas, y favorecer la generación de nueva actividad económica y empleo de calidad. Por ello nos planteamos una apuesta reforzada basada en el impulso de la innovación tecnológica verde, la economía circular y el reciclaje que favorezca la recuperación y se integre de forma coherente en nuestro modelo territorial a nivel económico, pero también a nivel de infraestructuras, movilidad y biodiversidad.

En definitiva, queremos aprovechar la oportunidad para acelerar la transición hacia un modelo de desarrollo y energético sostenibles, promoviendo la movilidad sostenible y el equilibrio territorial, en el marco de la lucha contra el cambio climático.

Por ello, desde nuestras competencias en materia de infraestructuras viarias y movilidad, continuaremos ofreciendo los mejores servicios, adaptándonos a las situaciones e implementando mejoras. Así, desde el departamento de Movilidad, seguiremos fomentando la movilidad sostenible, el uso del transporte público e impulsaremos el uso de la bicicleta, ahora que se ha situado como una de las mejores opciones de vehículo privado saludable, sostenible y seguro. Al mismo tiempo, trabajaremos por reforzar, aún más, la tarjeta MUGI, incorporando mejoras tecnológicas para su conexión con las plataformas móviles.

Desde el Departamento de Movilidad, además, se seguirá trabajando por la regeneración integral de Pasaia y Pasaialdea, así como otras zonas deterioradas que tienen impacto en el bienestar de la ciudadanía y en la equidad de la sociedad.

 

Concretamente en Pasaia y refiriéndonos a Adinberri, cabe recordar que en febrero del 2019 se aprobó el proyecto constructivo de Adinberri y que dos meses más tarde, se procedió por parte de la Autoridad Portuaria, a la desafectación de los terrenos donde se ubicará el centro de referencia y su cesión a la Diputación.  Por su parte, este presente ejercicio se ejecutarán los trabajos previos imprescindibles para la construcción del parking de Hospitalillo y el complejo de Adinberri como son el acuerdo con Iberdrola, el desarrollo del proyecto del parking alternativo para las obras y la formalización de los apartados jurídicos para la disponibilidad del terreno. Así, confiamos en que las obras de construcción arranquen a finales de 2021.

 

Por su parte, desde el Departamento de Carreteras, también prevemos acometer importantes intervenciones como los trabajos de mejora en la carretera que une Azkoitia y Urretxu o la remodelación del túnel de Belabieta, en la A-15, con un presupuesto de 17 millones. También prevemos finalizar en 2021 la construcción del centro integral del transporte en la AP-8, convirtiéndose, así, en el mayor y más innovador aparcamiento para vehículos pesados del Estado.

La apuesta digital también tendrá su reflejo en el ámbito de las carreteras. Como saben, Gipuzkoa es pionera en la puesta en marcha de los sistemas inteligentes de transporte como el sistema AT y ahora daremos un salto cualitativo con un estudio que permitirá mejorar los vasos comunicantes entre vehículos y carreteras, facilitando al instante información útil de las carreteras a los usuarios.

No podemos obviar en este punto la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco contraria a la norma foral por la que se regula el canon de la N-1. En este sentido nos gustaría reafirmarnos en nuestro compromiso por que los peajes sean una realidad consolidada en la N-1 a finales de esta legislatura.

Como hemos comprobado en los últimos meses las nuevas formas de interactuar, comportarse y comunicar. Están reformulando las relaciones entre empresas, gobiernos y sociedad. Y es el momento de que las instituciones realicen sus apuestas. La nuestra se llama . Y consiste en la digitalización progresiva de nuestra sociedad, empresas e instituciones, de la mano de IZFE, como recurso clave en nuestra organización. Queremos dotar de inteligencia al territorio y generar valor a través de ello.

El Departamento de Gobernanza tendrá un protagonismo especial en este apartado, en el que la propia institución se ha fijado un triple objetivo. El primero: adaptar su propia estructura, conformada hoy por casi 1.900 personas empleadas, de las cuales, la mitad se jubilará en los próximos siete años. El segundo: transformar las formas de trabajar, adaptándose a las nuevas necesidades. Y el tercero: ahondar en el proceso de digitalización de la casa, mejorando así los servicios prestados a la ciudadanía.

Empezando por la propia Diputación, continuaremos con el resto de instituciones, empresas y organismos, ayudándoles a digitalizar los procesos, modelos de negocios y sistema de ciberseguridad de nuestras empresas. Asimismo, extenderemos la banda ancha a todo el territorio para combatir la brecha digital del ámbito rural. Apoyaremos el uso de tecnologías digitales en el sector de las industrias creativas y culturales, y en la cadena de valor de la gastronomía; y completaremos proyectos clave para digitalizar la gestión de datos, y la ejecución y prestación de nuestros servicios públicos esenciales a la ciudadanía del territorio.

  1. Practicar la gobernanza colaborativa.

En los próximos minutos me detendré en el ámbito de la gobernanza colaborativa.

En el inicio de legislatura, planteamos como punto de partida la importancia de reconocer el modelo Gipuzkoa y la necesidad de contribuir a su apoyo y fortalecimiento como estrategia de futuro. Este modelo combina con éxito la generación de riqueza y la protección social, y favorece un territorio equilibrado y una comunidad cohesionada, con una cultura vasca y un idioma propio como el euskara.

Por ello, la idea fuerza que guía la acción de gobierno es la construcción compartida del futuro de Gipuzkoa sobre la base de modelo Gipuzkoa. Y la visión que orienta esa construcción colectiva es la de que Gipuzkoa sea la comunidad de personas con menor nivel de desigualdades en los diferentes ámbitos. Para avanzar en esa dirección, Etorkizuna Eraikiz es la apuesta principal de la Diputación. Es nuestra manera de entender, aplicar y representar la gobernanza abierta y cooperativa, una nueva forma de hacer política. Este modelo de gobernanza encaja perfectamente con el modelo Gipuzkoa, ya que tiene un fuerte vínculo con las características territoriales y sociales de Gipuzkoa, como son las capacidades de iniciativa, intercambio y colaboración. Y a través de Etorkizuna Eraikiz, la Diputación quiere contribuir al fortalecimiento del modelo Gipuzkoa.

Con esa inspiración que ya estaba presente en la anterior legislatura, iniciamos un proceso de fortalecimiento de Etorkizuna Eraikiz, que se abordó de diferentes maneras:

1) reforzando las estructuras que dan soporte a los diferentes procesos que se desarrollan en ese marco

 2) dotando de mayores recursos presupuestarios, con la puesta en marcha de nuevos proyectos y consolidando los que estaban en marcha

 3) realizando un esfuerzo importante para implicar al conjunto de los departamentos de la Diputación en incorporar la visión de largo plazo (anticipación e innovación), la perspectiva transversal y la gobernanza colaborativa en la gestión de las políticas públicas.

Como resultado de todo ello, se ha producido un salto cualitativo y cuantitativo que se concreta en la aprobación por el Consejo de Gobierno, en enero de 2020, del modelo de gobernanza Etorkizuna Eraikiz y del Plan de Gestión de Etorkizuna Eraikiz 2020.

Brevemente, concretaré los proyectos que se están desarrollando en el marco de Etorkizuna Eraikiz.

En el espacio de Gipuzkoa Taldean, se ha puesto en marcha Etorkizuna Eraikiz Think Tank, que está constituido por cuatro grupos deliberativos: Nueva cultura política, El futuro del trabajo, Los futuros del estado de bienestar y La recuperación verde. En total, 90 personas participan en este foro que se reúne mensualmente. Además, se buscarán vías para llegar a personas y agentes de los diferentes ecosistemas que actúan en el entorno de los retos a los que responden los cuatro grupos deliberativos, así como a la ciudadanía en general.

Dentro de Gipuzkoa Taldean se impulsan también los denominados proyectos de la ciudadanía. En 2020 se han apoyado, por un lado, 17 proyectos relacionados con nuevos modelos de gobernanza cooperativa, con el desarrollo y activación comunitaria. Y, por otro lado, 10 proyectos para fortalecer los modelos de gobernanza a nivel comarcal. En el conjunto de los cinco años, se han activado 108 proyectos de innovación, destinando a los mismos más de 3 millones de euros e implicando en los mismos a más de 200 agentes sociales.

Finalmente, en el marco de Gipuzkoa Taldean, se encuentran los Presupuestos Participativos o Aurrekontu Irekiak que están sirviendo para conectar y conocer las inquietudes de la ciudadanía, estimulando su participación a través de la presentación de miles de propuestas, aceptándose muchas de ellas con su incorporación en los diferentes programas presupuestarios. Concretamente, este año, se han destinado 1,2 millones de euros a los proyectos elegidos por la ciudadanía.

En el espacio de Gipuzkoa Lab, en esta nueva legislatura, se ha producido un fuerte impulso con la puesta en marcha de un gran número de proyectos, en la medida que se ha pasado de gestionar en torno a 8 proyectos experimentales a gestionar en la actualidad 30. Los mismos tratan de dar respuesta a los retos del territorio a través de la conformación de partenariados integrados por personas de la Diputación, agentes económicos y sociales, Universidades y redes internacionales. Esta experimentación, junto al resto de procesos activados en el marco de Etorkizuna Eraikiz, han de permitir ir construyendo una nueva agenda pública.

Podríamos mencionar el ejemplo de Pasaia Herri Lab para ilustrar esta nueva manera de proceder. Se trata de una iniciativa que nace tras la suma de tres proyectos experimentales de Etorkizuna Eraikiz y otros dos de Adinberri y que consiste en ofrecer a las personas usuarias un servicio integral del sistema sanitario y los servicios sociales. Por primera vez, diferentes ámbitos de atención se unen para crear un ecosistema de cuidados pionero centrado en la persona.

El último apartado de Etorkizuna Eraikiz lo conforman los centros de referencia, la piedra angular de nuestra hoja de ruta. Como saben, en la pasada legislatura la institución foral diseñó toda una estrategia de especialización inteligente para contribuir a situar a Gipuzkoa a la cabeza de sectores tan importantes como son la nueva movilidad, la ciberseguridad, el envejecimiento saludable y las industrias creativas, entre otros.

De ahí nacieron los proyectos de Adinberri, Mubil, Ziur, Naturklima, LABe y 2deO.

El centro de ciberseguridad Ziur; el laboratorio gastronómico LABe y su homólogo de audiovisuales en euskera 2deO están ya a pleno rendimiento; pero Naturklima, Adinberri y MUBIL siguen en proceso de gestación, a través de las fundaciones y equipos humanos que han permitido dar los primeros frutos de lo que serán estos innovadores centros de referencia para el cambio climático, el envejecimiento saludable y la electromovilidad, respectivamente. 

Todos ellos han sido presentados al Gobierno Vasco para que pasen a engrosar la lista de proyectos que optarán a la financiación europea del instrumento de recuperación Next Generation o el binomio verde Green Deal – Green Recovery. Además de los mencionados proyectos estratégicos, la Diputación ha presentado 25 proyectos más como candidatos a estos fondos europeos.

Como consecuencia de la pandemia, las reflexiones que inspiraron la puesta en marcha de Etorkizuna Eraikiz se han visto confirmadas y se ha puesto en valor la apuesta realizada por la Diputación, en la medida en que en todos los foros de reflexión, se constata la necesidad de activar mecanismos inspirados en gran medida en los principios que guiaron la definición de Etorkizuna Eraikiz.

En este contexto, la Diputación ha firmado un convenio con la OPSI-OCDE para analizar y evaluar el caso Etorkizuna Eraikiz en el marco del proyecto Anticipatory Innovation Governance, lo que es una vía de aprendizaje y que va a permitir colocar a Etorkizuna Eraikiz en el panorma internacional como caso de éxito y buen hacer.

Por otro lado, el proceso iniciado de la mano de Climate Kic nos ha de servir para convertir a Etorkizuna Eraikiz en un modelo avanzado y de referencia para promover desde una perspectiva sistémica y estructural la transformación social y económica de Gipuzkoa. Estas colaboraciones tendrán continuidad en el futuro y pueden ser una buena oportunidad para hacer visible el caso Etorkizuna Eraikiz en Europa y, en su caso, acceder a fuentes de financiación.

5. Construir el futuro de Gipuzkoa de manera colectiva.

El quinto y último bloque en el que me detendré será el de la construcción del futuro de Gipuzkoa de manera colectiva.

Hoy más que nunca es imprescindible anticiparnos y tratar de construir un futuro que dé respuesta a los grandes retos del territorio. Porque en la nueva agenda pública ciertos retos se convierten en inaplazables con la pandemia: la inclusión socio laboral, el envejecimiento saludable y el modelo de cuidados a personas mayores, el clima y la transición energética, el equilibrio territorial, la aceleración de la digitalización y el uso de la tecnología, o la reflexión sobre el futuro del euskara, entre otros.

La mirada a futuro debe ser la nueva forma de vida de los gobiernos. Una actitud de permanente vigilancia, reflexión y actualización de nuestras políticas públicas y fórmulas de trabajo. Por ello hacemos una apuesta central y renovada por Etorkizuna Eraikiz, para establecer una nueva manera de relacionarse con la ciudadanía y la sociedad organizada, con el contraste de agentes internacionales de referencia.

Con esa vocación aperturista de Etorkizuna Eraikiz, saben que en las próximas semanas, cumpliendo con el mandato de estas Juntas Generales, procederemos a conformar con los grupos junteros un instrumento que dé cauce a la colaboración, las aportaciones y la transmisión de la información para afrontar los problemas derivados de la crisis de la Covid-19.

Es el momento de remar juntos y juntas. De compartir reflexiones y diseñar el camino desde la colaboración. Estamos convencidos de que el desarrollo económico y social de Gipuzkoa se ha construido mediante el liderazgo, la vitalidad y la capacidad de cooperación de la sociedad guipuzcoana. Ahondemos en ello. Combinar con éxito la generación de riqueza y la protección social ha favorecido a que el nuestro sea un territorio equilibrado, con una comunidad cohesionada, una cultura vasca y un idioma propio como el euskara. Un modelo que se puede resumir en cuatro palabras: futuro, competitividad, igualdad y colaboración.

Como ven, contamos con multitud de planes e iniciativas para este próximo curso político. Sabemos que no va a ser un año fácil. Que tendremos que hacer frente a situaciones adversas como la aparición de nuevos brotes y la llegada de noticias negativas desde el ámbito económico. Pero les aseguro que esta Diputación se volcará y hará todo lo que está en sus manos para superar la situación y preparar el territorio para abordar su futuro de manera coordinada con la sociedad, los agentes y el resto de instituciones.

Compartiremos nuestro proyecto con la sociedad, con estas Juntas Generales y con el Gobierno Vasco. Y daremos pasos para explorar vías de colaboración con el Ejecutivo español y con los organismos europeos. La implicación de todos ellos será fundamental para poder llevar a término proyectos tan ambiciosos como Mubil, Naturklima o Adinberri.

Pero no solo en el caso de estos centros de referencia. Todas las estrategias antes mencionadas nacen con la determinación de convertirse en espacios de referencia internacional que conecten con otros espacios de cocreación, de conocimiento avanzado y de innovación. Se trata de una premisa fundamental de Etorkizuna Eraikiz, que conecta, además, con la tradición histórica de Gipuzkoa como territorio abierto a Europa y al mundo.

En tiempos de creciente incertidumbre y de globalización, la Diputación apostará, más que nunca, por la internacionalización. Utilizará todas sus herramientas para que sus proyectos de futuro se conecten con las experiencias más avanzadas de cada sector.

Sabemos que los recursos son limitados y que las competencias de un gobierno foral tienen sus límites. Pero les garantizo que agotaremos todas las vías para llevar a término estas iniciativas que les acabo de desgranar. Porque estamos convencidos y convencidas de que es la mejor hoja de ruta para Gipuzkoa.

El nuestro es un territorio singular. Diría que único. Pequeño en cuanto a dimensión y número de habitantes, pero con un potencial enorme. Tenemos un fuerte componente aspiracional que nos lleva a movernos y a no conformarnos. Y lo hacemos de manera comunitaria. Juntos y juntas. No es casualidad que nuestro tejido económico se fundamente, básicamente, en pequeñas y medianas empresas muy arraigadas en el territorio o que se nos conozca mundialmente por ser la cuna del cooperativismo.

Por eso, tampoco es casualidad que contemos con unas políticas sociales punteras, basadas en la colaboración con el tercer sector, o que más de 40.000 personas sean voluntarias en asociaciones, ONGs o agrupaciones municipales, sociales, culturales o deportivas. Arrimar el hombro e implicarse están en nuestro ADN. Y ése es, precisamente, el elemento fundamental del modelo de Gipuzkoa que potenciaremos en estos momentos de incertidumbre. Comunidad y más comunidad. Era nuestra receta antes de la pandemia y lo sigue siendo ahora, más que nunca, para hacer frente a los nuevos retos a los que nos enfrentamos. Y lo haremos fortaleciendo el modelo de Gipuzkoa, ese esquema socioeconómico que ha convertido al guipuzcoano en un territorio avanzado y con niveles altos de bienestar.

  

1986