
Con el objetivo de mantener la integridad física y funcional de los documentos y prolongar su vida, el Archivo adopta, por un lado, una serie de medidas para asegurar la prevención de posibles alteraciones físico químicas en los documentos, y, por otro lado, actúa sobre aquellos documentos cuando la alteración ya se ha producido. Para este último punto, el Archivo cuenta con un laboratorio de restauración equipado con los últimos avances en su especialidad.