Información útil para todos y todas para reducir el consumo de energía

En este apartado encontrarás información sobre todo tipo de temas relacionados con el ahorro y la eficiencia energética en el hogar.

Atrás 10 consejos para ahorrar energía en calefacción

10 consejos para ahorrar energía en calefacción

Fuente: El País, IDAE, TINKO STS. Si quieres descargarte estos consejos en pdf, clica aquí.

  1. Caza a la rendija. Hay que revisar puertas y ventanas, encontrar los sitios por donde se filtra el aire frío del exterior y buscar la forma más segura y conveniente de impedir que eso suceda. En el caso de las filtraciones que debemos dejar abiertas por seguridad (salidas de humos y rejillas de ventilación) lo mejor es dejar cerradas las puertas de esas habitaciones cuando no las estemos usando. Esa simple medida puede reducir hasta en un 30% nuestro gasto en combustible.
  2. Ventilar lo justo. Obviamente, hay momentos en los que hay que ventilar las habitaciones. La recomendación es dejar abiertas las ventanas, como mucho, diez minutos, tiempo suficiente para renovar el aire de la estancia sin enfriar las paredes y el suelo. Eso evita la necesidad de consumir más energía de la necesaria para recalentar el aire.
  3. La luz es calor. La ausencia de persianas es uno de los factores que más nos desorienta cuando viajamos al norte de Europa. Pero allí son conscientes de que cada centímetro cúbico de luz es fundamental a la hora de garantizar el confort de una vivienda. Si tu casa tiene ventanas que reciben sol —especialmente si están orientadas al sur— manten las persianas y las cortinas abiertas; y ciérralas por la noche para reforzar el aislamiento.
  4. El aire (de dentro de los radiadores) no calienta. Los radiadores de agua funcionan calentando el líquido en la caldera, que a su vez calienta el metal. Si son de ese tipo, al menos una vez al año —mejor antes de que empiece el frío— púrgalos. Si el agua puede circular libremente, la eficiencia y el ahorro de los aparatos aumenta.
  5. Los radiadores no se tapan, por muy feos que sean. Los cubreradiadores, las cortinas, las baldas… desfavorecen el efecto convectivo, por lo que es mejor dejarlos descubiertos.
  6. Los radiadores no son una secadora. Colocar la colada encima de los radiadores no solo llena el aire de una humedad incómoda; reduce la eficiencia energética de su calefacción y, sí, consume más energía. Recuerda que la mejor forma de secar la ropa es dejarla al aire.
  7. La importancia del termostato. Un sistema que encienda y apague la calefacción de forma automática teniendo en cuenta la temperatura de la casa es "casi imprescindible". También es posible instalar un termostato individual en cada habitación.
  8. La temperatura de confort. La temperatura con la que estamos más a gusto en nuestra vida diaria oscila entre los 19 y los 21 grados. Para dormir, la temperatura recomendada va de los 15 a los 17 grados. Además, las temperaturas superiores a los 23 grados resecan el aire y provocan sensación de incomodidad. Hay que tener en cuenta que cada grado más de temperatura supone un 7% de gasto de combustible, así que es buena idea considerar otras opciones —como una manta o un jersey— antes de tocar el termostato.
  9. La caldera, a 70 grados. Las calderas individuales tienen otra temperatura a tener en cuenta, que es la del interior del aparato. Hay que consultar con el instalador cuál es el nivel correcto para nuestra caldera. Por norma general, se recomienda conservar las calderas a 70 grados. Esto no solo reduce las pérdidas de energía, sino que evita que el exceso de temperatura produzca sensación de incomodidad o provoque manchas en las paredes.
  10. Cada temperatura a su hora. Cada vez hay más equipos que permiten programar el funcionamiento de la calefacción, incluso por smartphone. Ajustar el encendido y el apagado de la calefacción a nuestros horarios nos permitirá ahorrar energía. Y, por supuesto, si no vamos a estar en casa, hay que dejar la calefacción apagada.