Beneficios


La bicicleta, desarrollo tecnológico del siglo XIX, eficiente, económico y simple, tiene la virtud de continuar siendo en la actualidad un vehículo perfectamente válido y eficiente para satisfacer gran parte de las necesidades de desplazamiento de la población urbana.

Para distancias inferiores a 8 km en ámbitos urbanos es el vehículo más rápido, y puede sustituir tranquilamente al coche, y en el caso de las dotadas de asistencia eléctrica al pedaleo, ese radio se amplía sensiblemente.

Además, en combinación con los transportes colectivos, permite realizar trayectos de media y larga distancia de puerta a puerta sin necesidad de recurrir al automóvil.

La bicicleta no contamina, es silenciosa y ocupa poco espacio. Su uso supone un beneficio ecológico en la medida en que sustituye viajes en coche y moto, reduciéndose así las emisiones contaminantes y ruidos que estos vehículos generan.

Al mismo tiempo se logra una menor dependencia energética y un ahorro de recursos escasos no renovables.

Prácticamente cualquier persona y a cualquier edad puede utilizarla. Contribuye, pues, a una mayor democratización de la movilidad, mayor autonomía y accesibilidad a todos los servicios para la gente de cualquier edad y condición económica.

Apenas gasta energía, y con ¼ parte de las calorías que consume un peatón alcanza una velocidad entre 3 y 4 veces mayor que la de éste.

Se puede adquirir por poco dinero, y su mantenimiento es sencillo y económico.

Además, produce otros beneficios económicos:

  • Sustituir un coche o moto por una bicicleta reduce grandemente el presupuesto familiar destinado a comprar y mantener estos vehículos.
  • Descienden los costos sanitarios, gracias a los efectos del ejercicio regular.
  • Las inversiones en vías ciclistas generan proporcionalmente un retorno económico mayor que las dirigidas al coche.
  • El comercio urbano se ve reactivado cuando mejoran las condiciones para pedalear.
  • Las empresas que incentivan a sus trabajadores a utilizar la bicicleta para ir al trabajo ahorran costes, y se reducen las bajas laborales.

La bicicleta te permite hacer ejercicio físico mientras te desplazas, lo que origina muchos beneficios en la salud:

  • Sólo 10 minutos diarios de pedaleo fortalecen la musculatura y las articulaciones y activan el sistema circulatorio.
  • Una media de 4 horas semanales en bicicleta contribuye a prevenir y paliar un variado número de enfermedades.
  • En tiempos de pandemia la bicicleta y la marcha a pie son los modos de desplazamiento más higiénicos, los que mejor reducen el contacto físico con otras personas, además de ser los que más fortalecen el sistema inmunológico.

 


Debido a las negativas consecuencias de todo tipo que provoca el uso abusivo del coche y la moto particular, la movilidad sostenible pretende que los desplazamientos en estos vehículos se sustituyan por la marcha a pie, la bicicleta y el transporte publico.

La movilidad sostenible busca igualmente reducir el consumo energético, priorizando los modos más eficientes y disminuyendo el número de viajes realizados y su distancia.

Para ello es necesario que los modos más sostenibles tengan prioridad sobre los más contaminantes y con mayor consumo energético.

También es preciso planificar nuestros pueblos y ciudades para que proporcionen suficiente comodidad y seguridad a los peatones y ciclistas, en primer lugar, y a los pasajeros del transporte colectivo, a continuación.

Es por todas estas razones que muchas ciudades, territorios y países han asumido la conveniencia de reducir el uso de coches y motos, e incentivar el de la bicicleta y la marcha a pie.

La bicicleta es, pues, un medio de transporte que promete desempeñar un papel importante en nuestra movilidad urbana, siempre y cuando se pongan en marcha los medios necesarios para ello.