Actualidad

30·12·2019

Esta mañana, el diputado de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa Jose Ignacio Asensio  y la concejala de Espacios Urbanos Marisol Garmendia han visitado las obras relativas las plantaciones del arbolado de la Vaguada de Larres en Altza, Donostia.   Tras un proceso de acondicionamiento  en  el que se vertieron 176.052 m3 de tierra para aislar el amianto detectado en la Vaguada de Larres, a finales de julio de este mismo año, se abrió a la ciudadanía el nuevo parque en Altza.  Este nuevo espacio verde, se ha conformado a través del acondicionamiento de dos senderos principales y cuatro secundarios, la instalación de un mirador con vistas al fondo escénico de Peñas de Aia, una zona de picnic, otra de juegos infantiles y la instalación de diversos bancos a lo largo del recorrido.

Ahora, tras a la recuperación de los terrenos contaminados, la Dirección de Medio Ambiente de la Diputación se ha responsabilizado de la plantación del arbolado de la zona, con el objetivo de mejorar la regeneración urbana, naturalizar el espacio y  aumentar la capacidad de absorción de CO2.  José Ignacio Asensio, diputado foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas ha señalado que “uno de los objetivos del Departamento de Medio Ambiente es promover actuaciones municipales de regeneración urbana y naturalización de espacios, para mejorar la resiliencia del territorio y mejorar la adaptación al cambio climático”

Esta actuación supone una inversión de 48.387 euros para la Dirección de Medio Ambiente y la plantación del arbolado se ha basado en una selección de especies fundamentalmente autóctonas (robles, alisos,) y de un porte considerable y una disposición de los ejemplares para que conformen unos bosquetes y arrietes de masas irregulares y no excesivamente densas para evitar barreras visuales.

Esta actuación se enmarca dentro del programa de Áreas Degradadas de la Dirección de Medio Ambiente y viene a dar respuesta a lo establecido en la Estrategia Gipuzkoa Klima 2050 de la Diputación Foral de Gipuzkoa, la cual ha establecido la necesidad de promover estrategias locales y comarcales de infraestructura verde y apoyar proyectos y actuaciones municipales de regeneración urbana, naturalización de espacios urbanos y creación de zonas verdes, todo lo cual redunda en la mejora de la resiliencia del territorio, el aumento de la  capacidad de absorción de CO2 y la adaptación al cambio climático, y aporta, además, un  incremento del bienestar y calidad de vida de la población y una mejora de los distintos índices de salud, una reconexión con la naturaleza de las personas  y un incremento de la calidad paisajística de los espacios urbanos.