Orientaciones para la acción

  • Las familias monoparentales se enfrentan a desafíos más complejos que el resto de familias, por lo que parece razonable reforzar los recursos de apoyo que se dirigen a estas familias y buscan reducir la brecha con respecto al resto de hogares en relación con el riesgo de exclusión.
  • Las chicas y los chicos no evalúan su bienestar de la misma forma. Es importante que en el diseño, ejecución y evaluación de los programas e iniciativas que se dirijan a la infancia y la adolescencia se adopte una perspectiva de género.
  • El bienestar desciende cuando comienzan a cursar 1º de ESO. Es fundamental impulsar medidas específicas que aumenten los niveles de bienestar de las y los adolescentes.
  • La participación de la infancia y adolescencia es un reto claro. Es clave articular nuevos programas y propuestas que estimulen la participación de NNA a todos los niveles.
  • La falta de ocio y tiempo libre puede impactar negativamente en la salud y el bienestar emocional. Sería deseable promover un nuevo ecosistema que garantice el derecho al tiempo libre, el descanso activo y socialización en la infancia y adolescencia.
  • Las relaciones de amistad cada vez son más frecuentes entre niñas, niños y adolescentes con costumbres y orígenes diferentes. Conviene seguir impulsando programas que promocionen la inclusión y convivencia en un momento en el que cada vez más NNA conviven con personas que tienen costumbres y orígenes diferentes y poniendo el foco en la diversidad como un valor social.