Aprendizaje y retribución

Los galgueros junto con el jefe de tren, el maquinista y el fogonero, formaban el equipo que se desplazaba en los trenes mineros.

El aprendizaje lo realizaban viajando en el tren con compañeros experimentados, que les explicaban durante cuatro o cinco días las labores a efectuar, para seguidamente pasar una prueba consistente en responsabilizarse y realizar en solitario todas las labores de frenado, bajando un tren cargado desde las minas hasta el destino, siendo acompañado por otros galgueros que le ayudaban, solo en caso necesario.

Hacia 1954 un galguero ganaba 140 pesetas a la semana, algo más que un peón de reparación de la vía (135 pesetas a la semana) al igual que un fogonero, siendo superado en salario por el maquinista, y a continuación por el jefe de tren.

Durante los noventa y tres años de existencia del ferrocarril de Galdames, hasta 1969-1970, en que circularon los últimos trenes (lo que es aplicación a otras líneas), no se efectuó ninguna renovación ni modernización del material móvil (vagones y locomotoras), manteniendo tan primitivo y arriesgado método de frenado, sin que fuera sustituido por otro centralizado desde la locomotora; inicialmente por su elevado coste en relación a la mano de obra, y posteriormente a la poca rentabilidad del ferrocarril cuyo tráfico nunca fue el previsto y comenzó a decaer a partir de 1920.

Por todo ello y hasta 1969, los galgueros se mantuvieron en activo desempeñando su peligroso oficio.

Ferrocarril minero de OrconeraVista general de la estación del ferrocarril minero de Orconera a finales del siglo XIX (cedida por el Museo Minero de Gallarta).

Principales informantes

  • Desiderio Buefo (Orutella 1935)

 

Bibliografía

  • El ferrocarril de Sestao a Galdames. Juanjo Olaizola