Taxistas

El inicio en 1908 de la producción en serie de automóviles, con el lanzamiento por Henri Ford del histórico modelo T, supuso un cambio radical en los medios de transporte hasta entonces utilizados, sin que fueran una excepción los diversos vehículos de alquiler con conductor de la época, lo que dio lugar a, lo que conocemos como taxi y a la, entonces moderna profesión de taxista.

Como en todos los oficios tradicionales que han perdurado hasta nuestros días, en los taxistas se han producido cambios sustanciales, tanto en las condiciones, como en los conocimientos necesarios para desempeñar la profesión, así como en las circunstancias en que tienen que realizar su trabajo.

Aunque con el transcurso del tiempo se está produciendo una cierta homogeneización entre los taxistas de los mayores centros urbanos y los de las pequeñas poblaciones, en el pasado las diferencias eran muy acusadas, sobre todo en las relaciones que mantenían con los clientes y que en los segundos eran muchos más entrañables. También las motivaciones de los usuarios del taxi eran desiguales y en los pueblos casi siempre obedecían a acontecimientos familiares.