El montaje

Los postes de madera se fijaban en agujeros de 1 a 1,5 metros de profundidad, que los trabajadores hacían en el suelo utilizando picos, palas, barras y cazos provistos de un mango para extraer la tierra. En caso de salir roca, se perforaba a mano con puntero y maceta, barras y porra. Los viejos trabajadores recuerdan esta labor como la más dura de cuantas realizaban.

Para introducir el poste en su agujero efectuaban a éste un chaflán y colocaban sobre el mismo, el extremo inferior del madero, de forma que quedara embocado, y seguidamente iban levantando el otro extremo a mano entre varios trabajadores, lo que les permitiera su altura. A intervalos, descansaban, para lo que apoyaban en una especie de horquilla con un largo mango, "la macharra", con la que también, empujaban hacia arriba la punta. A medida que esto se iba llevando a cabo, la base del tronco iba introduciéndose en el agujero, y finalmente, tirando, toda la cuadrilla, de dos cuerdas (vientos), se terminaba de levantarlo, dejándolo vertical (aplomado).

Perforando la tierra para colocar los postesPerforando la tierra para colocar los postes. Levantando los postes. (Dibujos Julen Zabaleta).

A continuación se introducían en el agujero piedras, golpeándolas con las herramientas manuales (retacar), y se añadía tierra dejando los postes firmemente erguidos, de forma que pudieran aguantar fuertes tensiones.

Los postes de hormigón se levantaban de la misma forma, pero exigiendo mayor esfuerzo por parte de los trabajadores. Los metálicos se iban montando por piezas, que se unían con remaches, trabajo que también se llevaba a cabo a pie de obra.

Transporte de material eléctricoaEl transporte de material eléctrico hasta los lugares de su ubicación ha sido tarea dura hasta épocas recientes.