Los esparteros

Todo hace suponer que los sesmeros han utilizado el esparto o albardin desde la antigüedad para obtener algunos de los productos, que en cada época, han necesitado para su trabajo y su uso doméstico o personal.

Sin embargo la primera referencia que hemos dispuesto es de casi mediado el siglo XIX y se la debemos a Pascual Madoz, que en 1847, refiriéndose a Sesma, que contaba con 1.090 habitantes, da cuenta de "la elaboración del esparto en cuerdas, esteras y otros usos a que se dedican sobre 40 personas”. También Julio Altadil en la Geografía General del País Vasco-Navarro escrita los primeros años del siglo XX, al referirse a las producciones de Sesma afirma “tal vez lo más destacable por su resistencia y duración sea el esparto, que se ha ensayado recientemente para la fabricación de papeles ordinarios".

El trabajo de los esparteros ha sido económica y socialmente muy poco valorado, llevándolo a cabo, mayoritariamente, los braceros u obreros del campo que no disponían de tierras propias. En Sesma la primera mitad del siglo XX, las tierras comunales que se sorteaban cada ocho años ayudaban a paliar las negativas consecuencias del concentrado y el desigual reparto de la propiedad.

Mazo utilizado para el majado del espartoMazo utilizado para el majado del esparto. (Fotos Javier Carballo 07/2001).

Se trataba de parcelas de 15 o 20 robadas (cada una tiene una superficie de ocho áreas y noventa y ocho centiáreas) divididas en tres partes. Todo ello permitió que la emigración de los sesmeros fuera comparativamente menor que la de otros pueblos navarros.

Como en otras tareas del campo el trabajo lo realizaba la familia, siendo importante la participación de las mujeres en determinadas operaciones como el hilado, así como la de los niños. Como era habitual en el pasado el aprendizaje del oficio se llevaba a cabo por observación de los que tenían experiencia en la actividad y sobre todo por la práctica habitualmente formando parte de grupos familiares, siendo frecuente la transmisión de los conocimientos de padres a hijos.

El número de estos trabajadores en jornada anual completa es muy difícil de cuantificar. María José Sagasta Lacalle en un excelente trabajo, se informa que el número de socios del sindicato, que agrupaba a los esparteros en 1938 era de 228 y en 1960 de 404. Hay que añadir que no todos los que ejercían este oficio estaban agremiados, si bien era reducido el número de los no sindicados.

Las técnicas utilizadas para la elaboración de productos de esparto que más adelante describiremos, se puede afirmar que eran sencillas aunque determinadas operaciones requerían habilidad y experiencia. Sin embargo el esfuerzo físico, en ocasiones desarrollado en condiciones ambientales negativas, era notable.