La siempre difícil tarea de conseguir pedidos

Los viajantes reservaban habitación, por teléfono, en fondas y hoteles que casi siempre estaban especializados en atenderles, siendo numerosos los que se llamaban "de comercio". En los casos de muestrarios pesados, eran preferidos los establecimientos que disponían de mozos que realizaran su transporte, incluso, a los comercios y almacenes.

Al término de la jornada era habitual que grupos de viajantes se reunieran para conversar o entretenerse con juegos de mesa. Una vez hospedados, con su maleta muestrario, se desplazaban a pie hasta los establecimientos comerciales, a los que en caso de ser "fijos", se había anunciado previamente la visita mediante una tarjeta y con los que, con frecuencia, llegaban a establecer relaciones cordiales, aunque desde una cierta supeditación.

Entre los viajantes se han dado verdaderos expertos en convencer a los comerciantes de las indudables ventajas de su oferta. Cuando conseguían el pedido, no lo firmaban por razones fiscales, limitándose a enviarlo por correo a las empresas que representaban, que les hacían llegar las mercancías por ferrocarril, generalmente "puerta a puerta".

eibartarrekLa fotografía recoge el recibimiento que los eibarreses dispensaron en la estación a los "viajantes y representantes de comercio del norte de España", el 3 de setiembre de 1922. Según la prensa de la época "el alcalde Sr. Villabella, recogiendo la opinión unánime del pueblo y de sus genuinos representantes, ha dispuesto que el domingo aparezcan engalanados todos los edificios públicos y que la brillante banda municipal, tome parte en el recibimiento que se va a dispensar a los excursionistas y en el acto que en honor de éstos, se van a celebrar". Asimismo hizo un llamamiento al vecindario, para que en los balcones y ventanas se coloquen colgaduras, a fin de que el pueblo ofrezca el aspecto de los grandes solemnidades.
La mayoría de los visitantes llegaron en el primer tren de Bilbao, a las 8 de la mañana "siendo entusiasticamente recibidos por las autoridades, vecinadrio y banda municipal". Se celebraron en su honor partidos de pelota en el Astelena, banquete en el salón-teatro y baile en la plaza de Alfonso XIII.
A las seis y media de la tarde, tras una kalegira a la estación, se produjo la despedida iniciando los excursionistas el regreso a sus lugares de origen.
Foto Ojanguren Fondoa. Eibarko Udal Artxiboa.

Una de sus tareas importantes era la de aumentar su cartera de clientes, visitando establecimientos de cuya existencia sabían por otros viajantes con los que no competían, el listín nuevo de teléfonos o por su propia observación callejera. En algunos casos llegaban a acuerdos con residentes en localidades importantes, en ocasiones llamados subagentes, para repartirse las comisiones en los pedidos que lograban. Mucho menos agradable era el cobro de las deudas de los morosos, de parte de cuyos impagos, en algunos casos, se hacían cargo.

A partir de los años ochenta del siglo pasado, al jubilarse, los viajantes empezaron a ser sustituidos, de forma paulatina, por agentes o representantes, que aunque ya existían, eran minoritarios y desempeñaban la misma labor en áreas más reducidas, generalmente una provincia o región, con drástica reducción de la duración de los viajes, pudiendo generalmente, retornar a sus domicilios al término de la jornada. A esta evolución contribuyeron, el escaso interés que deportaba el oficio entre los más jóvenes y la elevación de los costes de los viajes.

La reducción del área de actuación y, previsiblemente, del volumen del negocio y las comisiones, se palió con el aumento del número de empresas representadas (multicarta o multicartera).

Hotel ComercioEl conocido Hotel Comercio en la calle de la estación de Eibar a principios del siglo XX (Castrillo Ortuoste Fondoa. Eibarko Udal Artxiboa).