Felix Uriarte Mandaluniz

Felix Uriarte Mandaluniz es un maquinista naval con gran experiencia en esta profesión que desempeñó durante muchos años. Nacido en 1938 en Arratzu (Bizkaia) tras cursar las enseñanzas básicas, realizó los estudios para alumno de máquinas por libre en la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX, examinándose en la Escuela de Naútica y Máquinas sita en Deusto (Bilbao). Al propio tiempo trabajó en Talleres de Bermeo, empresa dedicada al montaje completo de motores, además de reparaciones que incluían los rectificados.

Las prácticas como ayudante de máquinas las completó en 1958 en los buques de Pysbe, Bochorno y Mareiro y las de vapor en el Monte Naranco entre 1958/1959, aprobando los exámenes como segundo maquinista naval en junio de 1960.

Embarcó en el Huracán de Pysbe como tercer maquinista a finales de agosto de 1960 para casi un año después pasar al Cefiro como segundo, hasta finales de noviembre de 1961, en que navegó en los vapores Eolo y El Neptuno de la Naviera Bilbaina como tercer maquinista hasta finales de 1962. Tras seis meses de servicio militar, debido a la reducción por su condición de oficial de máquinas de la Marina Mercante, obtiene el título de maquinista naval jefe en enero de 1964.

Navega en el Huracán como segundo maquinista y en el Aquilón como primero, para pasar como jefe de máquinas a La Peñuca, buque congelador, y el Artagán, de la Naviera Bilbaína, hasta casi el final del año 1975. En tan dilatada carrera profesional han sido numerosas las travesías de larga duración, como era habitual en la época.

Felix Uriarte

Como ocurre con frecuencia en los casos de maquinistas navales bien preparados y experimentados, en 1975 optó al puesto de mantenimiento de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa, hoy Kutxa, logrando la plaza de la que se jubiló en Diciembre de 1999. Compaginó esta labor con la de profesor de Máquinas, Motores y Tecnología Mecánica en la Escuela de Pesca de Pasajes, donde adquirió la condición de funcionario del Gobierno Vasco a partir de 1991.

Felix recuerda que el jefe de máquinas que, jerárquicamente depende del capitán, es el responsable de la dirección, conservación y manejo del sistema propulsor y del suministro de energía eléctrica para el alumbrado y todos los sistemas auxiliares del buque, lo que exige el mantenimiento de todas las instalaciones con revisiones periódicas preventivas y correctivas. A este trabajo se añade la responsabilidad ante las inspecciones que llevan a cabo las Compañías de Seguros, así como el mantenimiento al día de los certificados exigidos y de los inventarios.

Aunque el número de especialistas varían según la capacidad del buque y sus rutas, dependen del jefe de máquinas los maquinistas, engrasadores, caldereros, electricistas y alumnos de máquinas en prácticas para cubrir los días de embarque requeridos para poder examinarse y optar al título de maquinistas.

La tarea básica exige verificar los trabajos necesarios para el correcto funcionamiento, así como detectar las averías y reparar las partes deterioradas, en el caso de que no se disponga a bordo de repuestos. Para realizar esta labor, que puede suponer la construcción de piezas, suele ser necesaria la utilización del torno y los tratamientos térmicos y en el caso del "relleno" de cojinetes, la soldadura y el ajuste.

En opinión de Félix Uriarte los maquinistas navales, en general, se han caracterizado por su eficacia para resolver los problemas que se plantean de una manera relativamente autónoma y para ello el jefe debe tener una probada capacidad de asumir responsabilidades, así como de motivar a los que dirige y mantener la disciplina.