Condiciones laborales

Estos especialistas reunían muchas de las características de los funcionarios del Estado, aunque al desempeñar su trabajo, en muchos casos, en oficinas de poblaciones alejadas de los principales centros urbanos acabaran adquiriendo las costumbres locales.

Según Bodas los telegrafistas trabajaban seis días a la semana, siendo festivo el domingo, en horarios de 9 a 13 y de 16 a 19 horas. Sin embargo, en algunos casos como en Barakaldo, la oficina se habría los domingos, incluso por la tarde “2 horas”, fundamentalmente para atender la demanda de los trabajadores emigrantes que deseaban enviar dinero a sus familiares. Todos los días, por telégrafo o telex, desde Bilbao, les daban les daban “el cese”, es decir, autorización para “cerrar la oficina y marcharse a casa”.

La retribución era menos que la de la industria pero “era un empleo del Estado”. Vicente Calvo recuerda que cuando empezó a trabajar en Telégrafos, en 1947, “el jefe le pagaba 2 pesetas al día”, que llegaron a 5 como “premio reparto algunos años más tarde”.

Los telegrafistas, al igual que los carteros, en Navidades, felicitaban con una tarjeta a los destinatarios de los telegramas o giros que entregan en mano, siendo habitual que se les concediera algún aguinaldo.

En el caso de que en una población trabajaran vaias personas era frecuente que el jefe ocupara una vivienda propiedad de Telégrafos “que solía estar en el mismo edificio donde se encontraba la oficina, o en sus proximidades”.

Las vacantes se publicaban, optando a la misma los que buscaban destino, adjudicándose a los que tenían más méritos, lo que se hacía de manera centralizada en Madrid.

La influencia de las organizaciones militares se reflejaba también en la vestimenta de los telegrafistas, que vestían una sahariana de color azul marino. Los jefes del servicio técnico llevaban hombreras amarillas con distinto número de rayas según categoría profesional y botones metálicos del mismo color. Los distintivos de los auxiliares eran blancos.

La competencia de los nuevos medios de comunicación (telex, fax, correo electrónico) ha hecho que desaparecieran los telegrafistas. Con anterioridad perdieron su tradicional autonomía al unificarse con Correos a cuyos integrantes llamaban “almaceneros”.

Telegrafista militarrakTelegrafistas militares a principios del siglo XX (cedida por Jon Gutiérrez).