De la telegrafía óptica a la eléctrica sin hilos

Se considera que el primer telegrama de la historia transmitido por un sistema óptico, se recibió en la Convención francesa, el 2 de Thermidor de 1794, anunciando la victoria de las tropas republicanas frente a las fuerzas austriacas. Pero el procedimiento de la telegrafía óptica, salvo en Francia, nunca tuvo una importancia decisiva como medio de comunicación. Su introducción en España fue muy tardía y nunca estuvo al servicio de la sociedad civil, sino de la monarquía y los militares.

José Zufiaurre nos informa (1) que “en 1835 se instaló en Vitoria una estación de telégrafo por señales de banderas y gallardetes en la Torre de Santa María, la antigua catedral, con lo que se completaba la línea que llegaba de Miranda de Ebro por empalmar, por el puerto de Herrera, con la de Villarcayo –Pamplona. Como quiera que solo era utilizable durante el día se sustituyó por un sistema también operativo por las noches”.

Respecto a la introducción del telégrafo óptico en Vizcaya, M. Ciriquiain-Gaiztarro en su Monografía histórica de la M.N. Villa y puerto de Portugalete, dice que: “En 1840 se instaló una estación de telégrafo en la Villa. Para ello se construyó una plataforma con su correspondiente caseta, hacia la casa de la arena, sobre la ría. Tenía tres mástiles. Realizó la obra la Junta de Comercio de Bilbao –que había sustituido al Consulado- con arreglo al proyecto del Arquitecto señor Goicoechea. El Ayuntamiento autorizó la instalación a condición de que no constituyera un obstáculo al fuego de la artillería del Solar –la preocupación de la guerra-, pues en ese caso retiraría el permiso”.

También es destacable las dos líneas estables de comunicaciones puestas en marcha durante la guerra carlista por el ejército liberal del norte que mediante trece torres unían Logroño con Vitoria y Pamplona trazando un semicírculo en torno a Estella y que tuvo una duración de cuatro años.

Tras reiterados ensayos y pequeñas realizaciones, hay que esperar hasta los años cuarenta del siglo XIX para que se pusieran en marcha las primeras líneas de largo alcance. La inicial, conocida como la de Castilla, entró en funcionamiento el 2 de octubre de 1846 con cincuenta y dos torres que unían Madrid y la frontera francesa a través de Valladolid, Burgos, Vitoria y San Sebastián. Transcurrido más de siglo y medio todavía pueden verse en la llanada alavesa los restos de las torres de aquel telégrafo óptico regular. Mucho antes, en 1823, habían quedado unidos París y Bayona.

Torre de telegrafía ópticaTorre de telegrafía óptica regular de la línea que llegaba de Miranda de Ebro y empalmaba con la de Villarcayo-Pamplona. Cedida por José Zufiaurre.

Faustino BodasEl telegrafista Faustino Bodas (1921). Fotografía de Javier Carballo.

Los torreros no conocían el significado de los signos, limitándose a transmitir los que llegaban de la torre anterior o posterior. Su interpretación solo podían hacerla los responsables militares que se encontraban en los lugares más importantes del recorrido de la línea.

La telegrafía óptica tuvo una corta duración en nuestro país, al descubrirse las posibilidades de enviar información utilizando la electricidad. Su desarrollo fue muy rápido, pues en 1855 se puso en marcha la línea Madrid-Irún de 613 km. y nueve años más tarde,en 1863, ya había más de 10.000 kms. de líneas y casi 200 estaciones, que en 1919 llegaron a 32.500 y 1500, primero de forma radial y posteriormente completada con comunicacioes transversales. En este caso estuvo al servicio de las necesidades civiles contribuyendo de forma importante al desarrollo económico y social.

Para la implantación de la telegrafía sin hilos en España, hay que esperar a la primera década del siglo XX en que un decreto (24 enero de 1908) fijó las bases y el reglamento del Servicio Radio Telegráfico. Al propio tiempo, la navegación marítima, hizo un uso creciente y rápidamente generalizado del entonces novedoso sistema de comunicación.

El País Vasco fue de los primeros en disponer de comunicaciones telegráficas, en buena medida por el obligado paso para la conexión con Francia por el oeste europeo y por la importancia de la actividad marítima.

TransmisorManipulador o transmisor. "Chicharra" en el argot utilizado en telegrafía sin hilos. Dibujo Yulen Zabaleta.

 

(1) José Zufiaurre. Torres de telégrafo. Anuario de Eusko-Folklore 1987. Tomo 34, pags. 153-177.