El futuro de la carnicería tradicional

Los carniceros han tenido una buena consideración social, ejerciendo su actividad en las poblaciones de menor censo en régimen de práctico monopolio, habiendo contribuido a la relación entre el medio rural y el urbano. En general, les ha acompañado el éxito económico.

Sin embargo, el futuro de las carnicerías tradicionales es cuando menos incierto, sobre todo, por la implantación de nuevas formas de comercialización, las llamadas Grandes Superficies (Super e Hipermercados principalmente). Según Eustat (Instituto Vasco de Estadística), en sólo dos años, desde el final de 1997, hasta igual fecha de 1999, el número de establecimientos minoristas de carnes, charcutería y casquería de la Comunidad Autónoma del País Vasco, se redujo un 20%, al pasar de 3.184 a 2.553, siendo Vizcaya la más afectada, al perder un 25% ( de 1.752 a 1.311) y Alava, donde el impacto ha sido menor (el 5%), de 340 a 321. Por su parte, las carnicerías guipuzcoanas se redujeron un 15%, (de 1.092 a 921).

En esta evolución también influye el descenso de consumo de carne (de unos ochenta a sesenta kilos por habitante) en muy poco tiempo, además de forma más acusada en el vacuno, la más demandada en nuestro país. En la pérdida de imagen de la carne influyen las informaciones y recomendaciones sanitarias que tienen una notable repercusión negativa.