Los trabajos de la mujer

Los trabajos de la mujer en la carnicería tradicional han sido muy importantes y casi siempre compaginándolos con las tareas familiares.

En el matadero se encargaba de recoger la sangre, limpiar el estómago y los intestinos para hacer morcillas, chorizos y callos, lo que llevaba a cabo en la parte trasera de la carnicería, para lo que disponía de los medios necesarios, que con el transcurso de tiempo han ido cambiando. De su habilidad dependía la valoración que de estos productos hacían las clientes y en ocasiones una parte importante del éxito económico del negocio.

El olor característico, cuando se hacían las morcillas, que se expandía por el entorno de las carnicerías es ya solo un recuerdo.

La carnicera era con frecuencia la encargada de relacionarse con las clientes, incluso de preparar las chuletas y los filetes, ocupando un segundo plano el carnicero. La gestión económica, salvo la de la compra del ganado, solía ser también de su incumbencia.

El legislador empezó pronto a ocuparse de las carnicerías por las repercusiones que podía tener la carne en la salud pública, exigiendo temperatura, ventilación y luz apropiados para la debida conservación de las carnes, recomendándose que el mostrador, suelo y paredes, tuvieran revestimiento de mármol o azulejos. Los productos expuestos a la venta debían estar protegidos por alambreras o cristales y sobre los trozos de carne que colgaran de los garfios, debían colocarse paños blancos. Del cumplimiento de todo el ordenamiento legal (en nuestro país hacia 1940, empezaron a sustituirse los mostradores de madera por los de mármol) y de la limpieza diaria, se ocupaban también las carniceras.

En 1931 el precio del filete de ternera era de 4,8 ptas/kg., la "carne de puchero", 2,1 ptas. y el zancarrón, 3 ptas.  En 1936, el precio de venta del solomillo era de 2,5 ptas./kg., que pasó de 22 a 28 ptas. en 1945, los filetes de rabadilla a 9,25 y el guisado a 5 ptas.  La venta se hacía en libras (430 gramos) y kilogramo. También el cuarterón (125 grs.) y los tres cuartos. La libra "acabó" siendo medio kilogramo (500 grs.).

CarniceraCarnicera en su puesto de trabajo hacia 1935 (Fototeka Kutxa).