Pezoneras

José M. Satrústegui en el trabajo anteriormente citado manifiesta que cuando se quería quitar el pecho a las criaturas, era práctica habitual el embadurnado de las mamas con sustancias repulsivas o amargas como pimentón o pimienta picante, queso amargo e, incluso excremento de perro y aves de corral, por incomprensible que ahora nos parezca.

En Santa Cruz de Campezo se llegaron a fabricar pezones de unos 30 milímetros de diámetro con madera de boj, muy abundante en la zona y que aplicado a los pechos de la madre a los que se sujetaba con un poco de aceite haciendo ventosa, producía el rechazo de los lactantes, lo que se hacía habitualmente cuando tenía cinco o seis meses.

Para su fabricación se utilizaron sucesivos tornos (de ballesta, volante o eléctricos) en tres operaciones (cortar, sujetar y tornear). Su venta fue comarcal y dejaron de producirse hacia los años 1934/35. También llegaron a fabricarse chupetes de madera de boj.

Txoperak