Las Palomas

Nombre común de varias especies de aves. Las palomas son una de las más conocidas en nuestras ciudades y pueblos, de cuyo paisaje forman parte. Los nidos los elaboran con ramas muy pequeñas y los huevos,  normalmente dos, se incuban por la pareja. Alimentan a sus pichones con una secreción del buche. Las palomas se mantienen con semillas, frutos y otros alimentos suministrados por el hombre, como el pan.

Dotadas de un gran sentido de la orientación, son de las que más rápido vuelan, hasta cerca de 60 km./hora, teniendo también un agudo sentido de la vista. Al aproximarse el invierno, las palomas, bien organizadas en bandadas,  se dirigen hacia el sur en busca de climas más cálidos, desde fines de Septiembre hasta mediados de Noviembre, para cuatro meses más tardes emprender el viaje en sentido inverso.

LAS PALOMAS CIEGAS

La preparación de las palomas ciegas requiere mucha paciencia. En primer lugar hay que disponer de buen palomar, para seleccionar varias torcazas y zuritas. Tal y como afirma Chechu, “no todas las palomas son iguales, unas aprenden bien y otras no hay forma de acertar con ellas”. A las palomas se les trata con mucho cariño.

(Ilustración: Yulen Zabaleta)(Ilustración: Yulen Zabaleta)

Una vez seleccionadas, las palomas se llevan a una huerta que tenga frutales, alejada del pueblo, donde no haya ruido. A la paloma se le pone una caperuza en la cabeza para que no vea.

LA CAZA

El cimbel es un artilugio  en forma de cruz cuyo palo largo en medio de otros dos tiene un pasador que le hace subir y bajar al tirar con la cuerda y el peso de la paloma le hace cimbelar. Las patas se atan con unas cintas, antes de cuero, llamadas pigüelas, en la parte inferior con una pieza redonda. En el extremo del cimbel esta pieza, en el centro, tiene cuatro agujeros para pasar las pigüelas. En el otro extremo del palo, llamado paleta, va la cuerda. La paleta se apoya en el palo soporte para que ésta esté siempre recta y la paloma no se caiga.

(Ilustración: Yulen Zabaleta)(Ilustración: Yulen Zabaleta)

Al tirar de la cuerda el cimbelador, la paloma abre las alas, como si fuera a posarse, haciendo perder el equilibrio al señuelo que para recuperarlo mueve las alas, lo que se hace coincidir con la proximidad de una bandada de palomas, que se dirigen hacia el reclamo momento que aprovechan los cazadores ocultos en las proximidades habitualmente en una chabola, para abatirlas.

Las chabolas se subastan todos los años en septiembre y están muy bien preparadas con mesa, estufa, etc. lo que hace que el cimbelador esté en unas condiciones agradables. En cada chabola normalmente hay varios cazadores que deberán esperar la orden de disparar por parte del cimbelador, debiendo hacerlo al unísono para evitar que cualquier cazador se adelante.

P.D. La ayuda de Isidro Saenz de Urturri, conocido historiador y etnógrafo alavés nos ha sido fundamental para la redacción de este trabajo.