La decoración

Históricamente se han decorado las partes más importantes de las pistolas, logrando en ocasiones verdaderas obras de arte, las “réplicas”, que como fieles reproducciones de las originales mantienen esta tradición, tallando la madera y grabando el metal de muy distintas maneras. Los artesanos eibarreses utilizan habitualmente los servicios del grabador Salvador Sánchez.

Dada la influencia de la decoración, en el precio de las pistolas, por los materiales aportados y la complejidad de los motivos, que requieren la intervención de especialistas, es necesario concretar previamente las condiciones en la medida en que sean distintas a lo habitual.

Ramón Galán Tallens, que el 2003, con una pistola Galand fabricada por ARSA consiguió la máxima puntuación posible en una prueba deportiva, nos recuerda en uno de sus trabajos que, Sigmund Freud creyó descubrir en la pasión y apego que muchísimos hombres experimentan por las armas de fuego, una clase de inconfesable fetichismo sexual. Para el padre del psicoanálisis en la decoración de la pistola o el fusil se vuelcan proyecciones, evidentemente potenciadas y agigantadas, del órgano de reproducción masculino, y como tal son objeto de particular veneración y cuidado.

El montaje requiere sobre todo experiencia. En las pistolas utilizadas en competiciones deportivas las exigencias de precisión y equilibrado son notables. A título indicativo cabe señalar que la presión que ejerce el dedo sobre el gatillo al disparar no supera los 400 gramos lo que en la mayoría de las armas se suele superar.

Competiciones de tiro reguladas Las competiciones de tiro reguladas por la M.L.A.I.C. (Asociación Mundial de Tiradores con Armas antiguas de avancarga) tienen una notable entidad en muchos países (ARSA).