Pistolas de antecarga y avancarga

La invención de las armas de fuego supuso un avance trascendental y la consiguiente sustitución paulatina de las que se utilizaban hasta entonces, las llamadas blancas, entre otras, espadas, machetes, lanzas y ballestas.

Las nuevas armas fueron de antecarga hasta mediado el siglo XIX en que se reemplazaron, después de reiterados intentos fallidos, por las de retrocarga. En las primeras, la pólvora, el taco y el proyectil (bala o bola de plomo), por este orden, se introducían, hasta la recámara del cañón por la boca de salida del disparo, con la ayuda de una baqueta,. Para conseguir el tiro era necesario el cebado, que en el caso de armas de chispa y de mecha, requería alimentar con pólvora la cazoleta de la llave y en las de percusión situar la cápsula fulminante en la chimenea. Con la aparición del cartucho o la vaina se introducen en el cañón por su parte posterior, sistema de retrocarga que sigue utilizándose actualmente.

Jesús María Araquistain y Elisa SantiagoLos artesanos Jesús María Araquistain y Elisa Santiago, fabricando réplicas de pistolas de avancarga. (C.U. 01.04).

Las armas de fuego portátiles, tanto cortas como largas, construidas en el pasado, y en muchos casos lujosamente decoradas, tienen actualmente un gran valor histórico y económico y son auténticas piezas de museo. Estas circunstancias han hecho que, sobre todo, los años sesenta y setenta del siglo XX, se demandaran reproducciones artesanales, de estas armas, conocidas en el sector como “réplicas”, con fines principalmente deportivos o decorativos.

Sin embargo nuestra producción artesanal actual de estos bienes, armas de pólvora negra, es muy reducida, de hecho simbólica, como consecuencia en unos casos de la industrialización de su fabricación y en otros de la competencia de artesanos de países con costes mucho menores. La continuidad de la actividad está también amenazada a plazo medio por la oferta de otras opciones laborales y empresariales mejor valoradas.

Por el contrario la fabricación industrial de armas largas de avancarga tiene una notable importancia, sobre todo para destinarlas a la caza, aunque no son fiel reproducción de las del pasado.