Exámenes de aptitud

La posesión de un título de maestro sastre obtenida en otra villa no era suficiente por sí misma para ejercer el oficio y vender las prendas confeccionadas, como le sucedió a Martin Ortlz de Arachavaleta que en 1626 residía en San Sebastián después de haber ejercido como maestro sastre desde los 18 años en Granada, Sevilla, Murcia, Valencia, entre otros lugares.

Al querer ejercer su profesión de sastre jubetero, es decir el que hacía jubetes (vestidura de piel que se ajustaba al cuerpo a modo de chaqueta y con malla de hierro) y calcetero solicitó al alcalde donostiarra que le examinara por la cofradía de San Antonio, que es la que contaba con un Privilegio Real.

Los tres veedores y examinadores elegidos anualmente a petición del alcalde examinaron a Martín Ortiz de Arachavaleta haciendole preguntas relacionadas con su oficio, así como haciéndole trabajar todo lo cual superó felizmente a juicio de los examinadores que apreciaron que "sabía cortar, obrar y acabar todo género de prendas" considerando que se le podía dar la licencia. El alcalde tras el informe de los examinadores dió la licencia para que el citado Martín en lo sucesivo pudiera ejercer como maestro sastre jubetero y calcetero (1).

 

(1) GPAH L-1 – 1.415, 168. orria.