La comercialización

Terminada una serie de piezas se procede a “quemar la madera para quitarle la humedad” para lo que utilizan una lámpara de propano produciéndose desprendimiento de vapor y pérdida de peso. Seguidamente se pasa al lijado de las piezas en un cabezal provisto de lija (de 50, 80, 150 y 180). El acabado se lleva a cabo utilizando lacas o barnices o bien aceites naturales ecológicos. En el primer caso, mediante la inmversión de las piezas en una bañera, y en segundo de obligada aplicación en los productos que van a estar en contacto con los alimetnos, utilizando un broche o esponja. Tras el secado (una hora) se termina con el pulido con disco de algodón (brillo o mate).

De los productos que elaboran del orden del 60% son para uso doméstico y el restante 40% para decoración, comercializándose la mitad en Ferias y el resto a través de mayoristas. Las ferias principales son las de Madrid, Gipuzkoa y Bizkaia, así como Castilla-León y Zaragoza, perjudicándoles su concentración en el tiempo.

Pimfa puede considerarse como un ejemplo de actividad artesanal que para ser viable aplica en la media necesaria algunos procedimientos industriales.