El olivo es un árbol mitológico de cuyo fruto, la aceituna, se obtiene el aceite utilizado para variadas finalidades, desde la alimentación hasta la preparación de ungüentos y pomadas. De tronco corto, grueso y torcido alcanza una altura de cuatro y hasta cinco metros, siendo muy importante su cultivo en los países mediterráneos. Algunas variedades, como el acebuche se encuentran asilvestradas en los montes.

La madera de olivo de color amarillento y fuerte veteado oscuro irregular, es muy compacta, resistente, pesada y dura lo que dificulta el trabajo de los artesanos que la utilizan como materia prima, por lo que su número es relativamente reducido.

Tras las operaciones previas que requieren todas las maderas, antes de su elaboración (tala y despiece, entre otras), y que en buena medida determinan su calidad como materia prima, las de olivo, tradicionalmente se ha empleado para la fabricación de diversos enseres o piezas como los mangos de las hachas.

Ángel Clemente y Francisco Jiménez junto a madera de olivo alamacenado, enfrente de Pimfa (Carmelo Urdangarin 11/02).