CARACTERÍSTICAS Y ELABORACIÓN DE LAS PELOTAS EN OTRO TIEMPO

La mayoría de los eruditos coinciden en considerar al Bote–luzea, (A largo), como el juego más antiguo de la Pelota Vasca; ejercicio con el que se entretenían los pastores vascos, lanzándose la pelota directamente unos a otros en los “Pilotasoro” (prado para pelota, pequeñas planicies o rasos en las montañas). Dicen que ellos fabricaban las pelotas con los elementos que tenían a su alcance, gelatinas de hierbas, hongos de los troncos de las hayas, lana de oveja, piel de cabra…

En la antigüedad, la diversidad de materiales que empleaban los peloteros para elaborar las pelotas era incontable, usaban estopa, lana de oveja, borra, pelo de perro, trapos, hongos de las hayas, gelatinas vegetales, algas marinas, intestinos de animales, pieles de cabra y carnero, etc.

Pero la transformación más innovadora y trascendental surgió a media dos del siglo XIX, con la utilización del caucho en la elaboración del “Kizki” (núcleo de la pelota). Desde entonces las pelotas fueron de menor tamaño, más ligeras y más vivas, y esas particularidades contribuyeron definitivamente a la implantación y expansión del juego a “blé”, o sea el juego indirecto.

El donostiarra Antonio Peña y Goñi, compositor y crítico musical y gran aficionado a la pelota, en su obra “La pelota y los pelotaris” de 1892, escribe así:

“Las pelotas que se usan en el moderno “ble”, son de goma, hilo y cuero, y pesan, las que pueden llamarse de reglamento, 120 gramos; cuesta, cada una, de cuatro a cinco pesetas. Su hechura es sumamente delicada, y requiere maestría especial, por lo cual ejerce el monopolio pelotero Modesto Sainz, de Pamplona, que las hace iguales, vivas y resistentes, y surte a casi todos los frontones de España y la América del Sur.

Llevan las pelotas 84 gramos de goma, dos cueros y una capa de hilo hasta completar el peso reglamentario. La dificultad de la construcción está en la perfecta distribución de la goma, en el hueco que el hilo cubre y en la dureza y textura de los cueros. Las condiciones de una buena pelota, son, el bote franco y recto, sin desviaciones violentas, el ruido seco y claro y su salida natural y viva al chocar contra la pared.

Después de Modesto Sainz, hay las pelotas de Ibarra, de Bilbao, que son también excelentes, y las de Zumaya, que se distinguen por ser las más vivas entre todas”.

Y continúa Peña y Goñi explicando con todo detalle las particularidades de las nuevas pelotas y de “El Juego Moderno” a lo largo de un capítulo de su trabajo.

Fotografía: Javier Carballo(Fotografía: Javier Carballo)

Refiriéndose a los fabricantes de pelotas, el abate Blazy en su obra “La Pelote Basque” de 1929, dice:

“Puede decirse, incluso, que todos los vascos saben fabricar pelotas; las confeccionan los niños, los jóvenes y los adultos (…) En todos los pueblos hay un fabricante habilitado (…) vienen luego los profesionales a los que acuden los encargados de los trinquetes, de los frontones y también los grandes jugadores. Pero cada uno de ellos tiene su especialidad, incluso su secreto que, según dicen, reside ya en la calidad de la goma, ya en la de la lana, o en las proporciones que entran una y otra, o en el modo de manipularlas (…)”.

Blazy relaciona a los más conocidos peloteros de su época: Ade de Hasparren, Claverie de Biarritz, Etcheverry de Anhaux, Hermanos González de Bayona, Mendiague de Bayona, Martínez de Cambó, Maisonave de Guetary, Minondo de Hendaya, Herrena de San Sebastián, Ibarra de Bilbao y Modesto Sainz de Pamplona. Bombín añade a estos el nombre de Ocáriz.

Desde la existencia de los frontones, los municipios y las empresas emplean a una persona que cuida y administra el frontón. A esta persona se le llama canchero. Antiguamente los cancheros también elaboraban y reparaban las pelotas para los usuarios del frontón.

Es tarea harto complicada especificar las variedades de pelotas que hacía cada pelotero, ya que la mayoría no se especializó en un solo tipo de pelota; indistintamente podía hacer pelotas para jugar a mano o a herramienta, y de las categorías de infantiles, juveniles y mayores.

Por nuestra parte, y con el riesgo de dejarnos en el tintero muchos nombres, relacionamos a continuación los peloteros que hemos conocido o tenido referencia. Todos ellos han sido considerados de peloteros de notable calidad. Debido a las dificultades que conlleva su investigación, la relación no está elaborada en un orden cronológico exacto.

(Fotografía: Javier Carballo)(Fotografía: Javier Carballo)

  • José María Larrañaga Aguirre, “Chiquito III”, de Azkoitia, 1902. Era hermano de José Joaquín, el gran “Chiquito de Azkoitia”. Pelotas de mano y sare.
  • Eugenio Juaristi Mendizabal, “Atano”, de Azkoitia. Hermano de los grandes pelotaris Mariano “Atano III”, Marcelino “Atano IV” y José María “Atano VII”. Pelotas de mano.
  • Juan Zubizarreta, de Azkoitia. Afincado en Bayona (Francia). Sus hijos Ignacio y Juan siguieron el oficio de su padre. Pelotas de mano y de herramienta.
  • José María Zubizarreta, de Azkoitia, y su esposa. Residían en Irun. Era hermano de Juan Zubizarreta. Fue canchero del frontón Uranzu de Irun. Su hijo siguió con el oficio. Pelotas de mano y herramienta.
  • María Ángeles Larrañaga Zubizarreta, “Xagua”, de Azkoitia. Era sobrina de los hermanos Zubizarreta de Bayona e Irun. Su esposo Ángel Güenbe le acompañaba en la labor. Pelotas de mano.
  • Elizondo, de Tolosa. Era el canchero del frontón Beotibar y hacía pelotas de mano.
  • Jesús Echeverria Arabaolaza, de Arrasate (Mondragón). Hermano de Santiago “Zurdo de Mondragón. Pelotas de mano.
  • José María Sánchez, de Arrasate (Mondragón). Cuñado del pelotari Santiago Echeverría Arabaolaza “Zurdo de Mondragón”. Pelotas de mano.
  • Gabriel Alonso, “Fábrica de pelotas para frontón”, de Madrid. Pelotas de pala y pala corta. Sus nietos Ignacio y Emilio Rodríguez, puntistas aficionados, continuaron con el oficio. Pelotas de pala y cesta punta.
  • Cipriano Ruiz, de La Arboleda (Zugaztieta) Bizkaia. Era barbero y a la vez canchero del frontón del pueblo minero, donde comenzó a hacer pelotas. Su hijo Cipriano, pelotari profesional de mano y de pala, siguió con el oficio de pelotero en el frontón de Barakaldo y después en el de Las Llanas de Sestao. Sus hijos, el tercer Cipriano Ruiz “Pitxu” y su hermano Roberto, cogieron el relevo de peloteros, oficio que han mantenido hasta el año 2015. Pelotas de mano.
  • Antonio López San Miguel, “Antonio el de Medrano”, La Rioja. El año 2004 viajó a México invitado por la FIPV (Federación Internacional de Pelota Vasca), para enseñar a elaborar pelotas en el país azteca. Pelotas de mano.
  • José Manuel Morales, de Tolosa. Pelotas de mano y herramienta.
  • Prudencio Jauregi, de Lazkao. Pelotas de mano.
  • Juanito Echave, de Zumaia. Era hermano de los pelotaris de mano Bibiano “Echave IX”, José Mari “Echave X” y Carmelo “Echave I” (remontista). Pelotas de mano.
  • Madinabeitia, de Bergara. Pelotas de mano.
  • Juan Sanz, de Sangüesa, residente en Pamplona. Pelotas de mano.
  • Jeremías Pérez, de Urretxu, afincado en Anoeta, Gipuzkoa. Ex–palista aficionado. Aprendió el oficio de la mano del artesano pelotero José Manuel Morales de Tolosa. Pelotas de mano y herramienta.
  • Jose María Sacristán, de Barakaldo. Pelotas de mano.
  • Pako Fernández de Arroyabe, de Elorrio, Bizkaia. Pelotas de mano.
  • Anibal y Millan, Cuba, ambos por separado y en distintas épocas, fueron dos fabricantes de pelotas de cesta punta para los frontones americanos.
  • Justo Oyarzabal, de Donostia, afincado en Quezon City, Filipinas. Ex-pelotari profesional de cesta punta. Ha sido el más notable fabricante de “kizkis” para las pelotas de cesta punta y remonte. Oyarzabal también ha sido el suministrador de los frontones americanos. A los “kizkis” para las pelotas de la empresa “Euskal Jai Galarreta”, les ponía la capa de hilo y le cosía los dos cueros la donostiarra Rosa Manterola. Actualmente la empresa de remonte “Oriamendi 2010” ubicada en el frontón Galarreta, se fabrica sus propias pelotas.

(Fotografía: Javier Carballo)(Fotografía: Javier Carballo)