El cordelero de Estella

La cordelería tradicional puede decirse que ha desaparecido víctima de su inviabilidad económica derivada de la industrialización y de la disminución de la demanda de cuerdas, así como de las duras condiciones en que se llevaba a cabo. Sin embargo, el estellés José Manuel Zufiaurre Barbarin nacido el 27/08/1923 sigue en el oficio.

El abuelo de José Manuel llegó a Estella procedente de Urdiain (La Barranca) en la segunda mitad del siglo pasado trabajando como cordelero. Su hijo Salvador (nacido en 1886) aprendió y siguió en el oficio que también enseño a dos hijos Ricado (ya fallecido) y José Manuel.

Este último se inició en la profesión como aprendiz hacia 1936 (con 9 años) y actualmente tiene su taller en la parte superior de la vivienda familiar vendiendo los productos que fabrica en la planta inferior.

Zufiaurre en su tiendaEl cordelero (J.M.Zufiaurre) en la tienda donde vende los productos que fabrica. (Amaia Ros 02/97).

La clásica rueda actualmente se ha motorizado pero el resto del proceso básicamente sigue siendo el mismo. Según José Manuel "el hilado sigue siendo la madre del cordero", sin olvidar "el estirado de los hilos, el torcido el colchado" (con la trompa) y las operaciones de "pulido con una malla, y el mojado para quitar la pelusilla para acabar dándole brillo".

Además de las cuerdas el cordelero estellés fabrica un gran número de productos tradicionales derivados de las mismas. Sin embargo, la caída de la demanda le ha obligado a producir nuevos enseres (cordeles para tambores, cinchetos y guantes de baño, arañagatos, trallas para las pesas de los relojes antiguos, etc.) utilizando además del clásico cáñamo, el sisal, el yute y materiales sintéticos.

Cuando deje de trabajar José Manuel Zufiaurre desaparecerá uno de nuestros más entrañables y últimos maestros cordeleros tradicionales, sin que previsiblemente tenga continuidad la actividad.