Corregir a la máquina

En la construcción de máquinas herramientas, uno de los problemas a resolver en el pasado, entre otros muchos, era el conseguir la adecuada alineación de las bancadas sobre las que deslizaban las mesas y o los carros, partiendo de piezas fundidas con el rigor de aquellos años y, posteriormente mecanizadas en cepillos.

Las posibilidades de los medios de producción disponibles, daban lugar a mecanizados de precisión insuficiente, siendo necesarias posteriores operaciones manuales de ajuste que realizaban los rasqueteadores, mediante "rascado" de las bancadas utilizando una herramienta específica llamada rasqueta.

El trabajador cogía la herramienta con las dos manos, la derecha apoyando la palma sobre el mango y la izquierda cubriendo la rasqueta por su parte central, presionando fuertemente en la carrera hacia adelante, lo que evitaba al retroceder. De esta forma iba arrancando de la pieza trabajada pequeñas partículas de metal del orden de una centésima de milímetro por pasada en una pequeña zona de trabajo.

Previamente el trabajador había detectado las partes de la pieza trabajada en las que era preciso eliminar material. Para ello cubría toda la superficie de las reglas y los mármoles con azul de Prusia aunque se le llama minio por ser posiblemente lo que se utilizaba en otras épocas en las que también se usó el añil. Las piezas coloreadas se apoyaban y se deslizaban en las superficies de las que había que corregir de modo que el mármol o regla rozará las protuberancias marcándolas de azul. Según que las irregularidades de la superficie fueran mayores o menores los tonos del tinte que quedaba eran más fuertes o débiles, conociendo de esta manera el rasqueteador el material que había que eliminar.

Como quiera que era frecuente tener que rebajar hasta un milímetro, el número de horas necesarias para conseguir la calidad requerida era muy alto y en una bancada de cuatro metros de largo hace cuarenta años las horas de rasqueteado podían llegar a quinientas, a las que en muchos casos había que agregar las necesarias para terminar el trabajo totalmente con un rasqueteado más fino que dejaba una especie de dibujo en forma de escamas conocido con el nombre de "mosqueteado", y que era considerado como un indicador de buena calidad.

Las condiciones en que se realizaban las operaciones iniciales de mecanizado, influían de forma importante en las horas necesarias de rasqueteado, que tenían como finalidad corregir los errores y la falta de precisión de las máquinas. La introducción de las planeadoras en la construcción de máquinas herramienta permitió conseguir una mayor precisión en el acabado de bancadas reduciéndose paulatinamente el número de rasqueteadores. Asimismo la centésima de milímetro fue sustituida por la milésima como unidad de referencia.

El rasqueteado exige habilidad y gran experienciaEl rasqueteado exige habilidad y gran experiencia (Foto Amaia Ros).

RasqueteadorEl rasqueteador cubre toda la superficie de la pieza con "minio " para detectar las partes sobre las que debe trabajar. (Foto Amaia Ros).

RasqueteadorAunque se ha reducido notablemente la necesidad de rasqueteado, sigue estando presente entre otras actividades en la construcción de máquinas-herramientas, (foto Amaia Ros).