Empacadoras

Esta actividad al servicio de la flota de arrastre al fresco, únicamente existe en el puerto de Ondarroa, lo que puede explicarse la gran importancia en esta modalidad de pesca, en el embarcadero vizcaíno. Según las informaciones disponibles a finales del siglo XX, el número de barcos era de 90 para, según AZTI, pasar a 50 en diciembre del 2009 y a 30 en abril de 2012. Esta fortísima caída no se ha detenido, lo que ha afectado a las empacadoras que han pasado de unas 200 / 250 a 35.

Cuando arriban los barcos al puerto de Ondarroa y se traslada lo pescado a las lonjas de cada empresa armadora empiezan las tareas de las empacadoras que pesan las cajas de pescado una a una, las clasifican, cambian el hielo y las dejan preparadas para la venta al día siguiente. En el caso del rape, pescadilla, merluza, gallo y lenguado, además, lo clasifican por tamaño. Las empacadoras desarrollan su trabajo en las lonjas de las empresas a las que nos hemos referido anteriormente y con indeseada frecuencia acaban teniendo dolencias de cintura y columna. Habitualmente inician su labor al anochecer para que al día siguiente, desde el amanecer, todo esté preparado para la venta del pescado. Su tarea la realizan en cuadrillas de 6/8 mujeres normalmente para la misma empresa.

Empacadoras 1952 (Fotografía cedida por John Bilbao).Empacadoras 1952 (Fotografía cedida por John Bilbao).

Empacadoras al terminar su trabajo, 1950 (Fotografía cedida por John Bilbao).Empacadoras al terminar su trabajo, 1950 (Fotografía cedida por John Bilbao).

La afiliación a la Seguridad Social de las empacadoras tiene un largo historial desde el pacto de la Unión Sindical de Armadores con el Instituto Social de la Marina hasta diversidad de actuaciones al denunciar el ISM el acuerdo en 1987. Actualmente la mayoría de las mujeres son autónomas. Trabajan unos cuatro meses al año y sus ingresos medios ascienden a unos 4.000 euros anuales.

Es destacable que ya el 2004 las empacadoras de Ondarroa, pusieron en marcha la Asociación “ONE Ondarruko Neskatilen Elkartea”, si bien hay que aclarar que son empacadoras que se autodenominan neskatillas.
empresas a las que nos hemos referido anteriormente y con indeseada frecuencia acaban teniendo dolencias de cintura y columna. Habitualmente inician su labor al anochecer para que al día siguiente, desde el amanecer, todo esté preparado para la venta del pescado. Su tarea la realizan en cuadrillas de 6/8 mujeres normalmente para la misma empresa.

Empacadoras al terminar su trabajo, 1950 (Fotografía cedida por John Bilbao).Empacadoras al terminar su trabajo, 1950 (Fotografía cedida por John Bilbao).

El futuro de la actividad de las empacadoras es incierto sobre todo por la vertiginosa caída del número de barcos de altura al fresco que operan en los puertos de nuestra costa. Como hecho positivo hay que señalar la demanda de las comercializadoras de lo pescado por estos barcos que tienen que empaquetar en cajas de pequeño tamaño de polispan.

Empacadoras 1960 (Fotografía cedida por John Bilbao).Empacadoras 1960 (Fotografía cedida por John Bilbao).

El precio de su trabajo por hora lo fijan las empacadoras y el 2007 llegaba a 11 euros.

Enpakatzaileak 1952 (Fotografía cedida por John Bilbao).Enpakatzaileak 1952 (Fotografía cedida por John Bilbao).

Como no podía ser de otra manera, estas profesionales, neskatillas y empacadoras, han adoptado formas de expresión e incluso comportamientos, habituales en los puertos donde desempeñaban su trabajo.

Notas

Nos han sido de gran utilidad para la redacción de este trabajo:

  • El informe de diciembre de 2009 redactado por AZTI para el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco titulado “Iniciativas para la mejora de las condiciones sociolaborales, reorganización y dinamización de los gremios de rederas, neskatillas y empacadoras de pescado”.
  • Informaciones facilitadas por neskatillas y empacadoras de Ondarroa.