Importante consumo

La vida de una herradura en un animal de tiro que trabajaba en el campo era de unos 6 meses, al cabo de los cuales quedaba con un espesor de 2 a 3 mm. y tenía que ser sustituida por una nueva, operación conocida con el nombre de "herrar".

Así mismo, a los 3 meses de colocada una nueva, era preciso soltarla, limpiar el casco o pezuña del animal y volver a colocarla, operación que se conocía con el nombre de "referrar".

Hacia 1960, la colocación de una herradura a un caballo se cobraba 8 ptas., herradura incluida y 7 y 5 ptas. en el caso de los mulos y burros respectivamente, precios que se reducían a la mitad en el caso de "referrar".

Por aquellas fechas un aprendiz cobraba 1 duro a la semana, al empezar, sueldo que se convertía en 65 ptas. a la semana, a los 4 años de trabajo en el taller y 100 ptas. a la semana a los 5 años.

En las mismas fechas el salario de un buen maestro era del orden de 200 ptas./semana, con una jornada de 10 ó 11 horas diarias, sin vacaciones, para todos los trabajadores de la herrería.