Los problemas del aprendizaje

El constructor de campanas en el pasado tenía escasa consideración social ("nadie presumía de ser campanero") a pesar de una cierta mejor situación económica comparativa. Desde hace algunos años "el campanero está bien visto" y los más eficaces han logrado estabilidad económica.

Como en otros oficios las resistencias de los maestros campaneros para enseñar el oficio eran muy notables, sobre todo de las operaciones fundamentales como el trazado de las plantillas o terrajas, cuyas reglas llevaban anotadas con palabras clave en cuadernos que a su vez habían heredado de sus mayores.

Las campanas bien construidas pueden durar hasta cuatro siglos y el material es recuperable. Hacia 1980 el maestro campanero cobraba unas 350 ptas./kilo de campana fabricada más las mermas (del orden del 10%) siendo por cuenta del cliente los materiales necesarios. Actualmente el precio es del orden de 850 ptas./kilo. Un maestro con la ayuda de uno o dos colaboradores puede construir unos 15.000 kgs. anuales de campanas aunque las oscilaciones son importantes como consecuencia de los pesos unitarios.

En nuestro país sobre todo en Navarra, en el pasado hubo numerosos maestros campaneros pero en las últimas décadas en unos casos han industrializado su actividad y en otros la menor demanda y la competencia les han obligado a abandonar su oficio.