Aleros o Galluperos

En el pasado nuestros ríos han tenido una gran importancia en la vida de las gentes que residían en sus proximidades, al permitirles satisfacer una parte de sus necesidades alimenticias mediante la pesca de anguilas, barbos, loínas y otras especies. Al propio tiempo sus aguas hacían posible el funcionamiento de ferrerías y molinos, y más recientemente centrales de energía eléctrica. En el pasado servían de cauce para el tráfico comercial entre la costa y las tierras del interior.

Esta última actividad ha sido especialmente importante en los tramos finales de los ríos de Guipúzcoa y Vizcaya entre los siglos XIV y XVIII debido a las difícil orografía de nuestra tierra con caminos que permitían únicamente el transporte de mercancías al lomo de caballerías y elevados costes para las más pesadas y voluminosas.

En el Deba las mercancías que llegaban por mar (sain o grasa de ballena, bacalao, quincallería y trigo, entre otros, pero sobre todo mineral de hierro vizcaíno destinado a las ferrerías) se descargaban en Iruroin (antes Iruroguen) situado a unos dos kilómetros de la bocana del puerto y hasta donde era navegable, para los veleros de la época. Desde este lugar y hasta el puerto fluvial de Alzóla, unos 8 kilómetros, el transporte se hacía en pequeñas embarcaciones llamadas alas o gallupas. A su vez otros productos (lana, madera y sus transformados y los derivados de la industria del hierro como armas blancas y de fuego, herrajes, hachas, azadas, etc.) que se deseaban enviar por mar, realizaban el recorrido inverso.

PinturaPetií de Meurville entre 1857 y 1873 pintó una ala en el Urumea a su paso por Loyola. (Fundación Kutxa).