Barrenadores

Son los especialistas en realizar agujeros en las rocas con una barrena o barra para cargarlos de dinamita y hacerlas volar.

Un extremo de la barra es plano terminando en forma de uve, con dos puntas. Su manejo lo realizan dos trabajadores: uno sentado, siempre que sea posible, y el otro de pie, siendo el primero el que dirige el inicio del agujero para que vaya bien derecho y no se atasque el barreno sobre la roca, mientras el otro con movimientos alternativos verticales, va presionando la herramienta sobre la roca haciendola girar un cuarto, cada vez que lo saca de la superficie a horadar.

Cuando se ha agujereado unos 10 cms. se pone la zapata o pestaña en la barrena para que no salpique el agua que con un bote se va arrojando al orificio. Según se va profundizando se va echando agua para que salga el ripio y no se agarre la barrena.

Si al encontrar una veta o arcilla se agarrota la barrena, entonces con una llave se intenta girar para atrás y para adelante hasta conseguir sacarla. A veces hay que hacer otro agujero por aparecer una falla.

Una vez iniciado el barrenado, se ponen los dos operarios de pie para terminar el taladrado, cuya profundidad habitualmente es entre 1 y 3 metros. Al terminar el agujero se limpia bien con una vara de avellano, a la que se le abre un poco la punta para que recoja los restos que ha dejado la barrena. Al sacar la vara se golpea en una piedra para limpiarla. El agujero tiene que quedar bien limpio y seco, introduciendo la citada vara en el orificio, cuantas veces sea necesario.

Una vez que han hecho esta operación se procede a cargar los barrenos. Los cartuchos de dinamita se dejan caer al barreno y con una vara se van alzando si el orificio es más ancho que los cartuchos. Cuando se ponen cuatro, cinco o más en el penúltimo se coloca el pistón, que se mete en la mecha ajustándose con unos alicates. Algunos barrenadores hacían esta operación con los dientes, asumiendo los consiguientes riesgos.

Tras la colocación del pistón, se mete en el cartucho y con la mecha se hace un nudo a su cuello, introduciéndolo en el agujero, atacándose con la vara. Cuando el barreno es profundo le echan dos o más cartuchos y se vuelve a atacar.

A continuación se procede a echar tierra seca y bien suelta, que no tenga ninguna china, pues puede picar la mecha, siendo necesario atacarlo con fuerza. La mecha se corta a unos 10 cms. del suelo, si se ha metido más de 1 metro y en caso contrario, se deja más larga. A su punta se le da un corte con una navaja para abrirla un poco. Si hay varios barrenos se prenden todos a la vez. El tiempo que tardaban en explotar es de dos a tres minutos.

Antes de prender fuego se daban tres toques de corneta, encendiéndose después la mecha del último. Según van explotando se van contando las explosiones. Los barrenadores y demás trabajadores escapan lo más lejos posible, refugiándose en ocasiones en una caseta cercana, para que no les alcancen las piedras. Cuando han explosionado todos los cartuchos, tocan de nuevo la corneta.

Si alguno cartucho falla, se limpia el agujero con mucho cuidado utilizando una varilla., poniendo a continuación otra carga a la que se le llama cebo.

Sobre todo en las minas estas operaciones se llevaban a cabo al mediodía y cuando los trabajadores habían terminado el trabajo, lo que permite el aireado sin su presencia.

CaballeteCaballete de la antigua línea de baldes. (Isidro Sáenz de Urturi 02/03).

HerramientasHerramientas utilizadas en la extracción del yeso (información de Isidro Sáenz de Urturi. Dibujo de Julen Zabaleta).

 

Isidro Sáenz de Urturi

Carmelo Uriarte del Museo Minero de Gallarta, informa que entre 1880 y 1920, en la cuenca minera vizcaína para la limpieza de los agujeros o barrenos, se utilizaban las llamadas cucharillas, fabricadas por herreros. La utilización de los martillos perforadores de vapor, supuso su desaparición.

Se trataba de barras de hierro de hasta cuatro metros de longitud y un espesor de entre siete y diez milímetros terminadas en un extremo en una especie de pequeño recogedor para extraer el polvo y en el otro, en una punta afilada para “desatascar en el caso de que se apelmazara los residuos de la perforación”.

Varios modelos de esta herramienta se exponen en el Museo Minero de Gallarta.

 

Bibliografía

  • Arqueología industrial en Alava. Maite Ibáñez Gómez, Mª José Torrecilla Gorbea y Maite Zabala Llanos. Eusko Jaurlaritza Kultura eta Turismo saila. Universidad de Deusto. Deiker 1992.

 

Principales informantes

  • José Ortiz de Urtaran Díaz (1921).
  • Máximo Baroja Pérez de Montoya (1930).

 

Agradecimiento

  • Nuestro agradecimiento a Isidro Sáenz de Urturi, cuya ayuda y aportaciones han hecho posible este trabajo.

Miembros de la Asociación Minera de GallartaMiembros de la Asociación Minera de Gallarta recuperando el martillo triturador situado en la bocamina de Piquillos (C.U. 02/03).