La explotación industrial

Las yeseras más importantes fueron las ubicadas en Ribera Alta, entre Poves y Salinas de Añana, en el término municipal de la primera en Paúl.

Ha destacado en su explotación la empresa familiar alavesa Yeserías Zarate, S.A. que básicamente ha contado con la concesión de las minas Felisa (1745) y Roberto (1757) “para yeso y anhidrita” en las que se trabajó hasta los primeros años setenta del siglo XX. Sucesivas autorizaciones para seguir inactivas han permitido mantener los derechos hasta principios del siglo XXI. También hay que señalar el arrendamiento de la explotación a la Compañía de Asfaltos naturales de Campezo desde finales de 1987 a principios de 1997.

La explotación desde el siglo XIX en la cantera de Fuentesegunda conocida como “la vieja” se hizo cada vez más costosa por el creciente número de materiales no deseados que acompañaban al yeso, lo que obligó a su abandono, concentrándose la explotación en la de Piquillos.

Su extracción siguió llevándose a cabo por métodos tradicionales en la que los barrenadores tenían un papel fundamental (ver nota redactada por Isidro Sáenz de Urturi), así como los especializados en su trituración.

Según los autores de “Arqueología industrial en Alava” “conforme la explotación avanzaba, el nivel de cantera descendió, quedando colgada la plaza de carga construida en mampuesto. Por ello fue necesario rebajarla y conectar el frente de extracción por medio de un plano inclinado”.

El inicio de la explotación industrial del yeso supuso cambios muy importantes con la llegada de los taladros perforadores y posteriormente, hacia mediados del siglo XX, iniciar la obtención del yeso en mina con la instalación, en la boca, de un martillo triturador.

Carro utilizado para el transporte del yesoCarro utilizado para el transporte del yeso. (Reconstrucción de Julen Zabaleta, en base a las informaciones recogidas en Paúl-Poves).