El proceso

Según Juan Garmendia Larrañaga en nuestro país fue Zumarraga donde se inició la manipulación del mimbre en la última década del siglo XIX con la tecnología aportada por artesanos franceses. Nicolás de Bustinduy y Vergara en la obra “La industria guipuzcoana” publicada en 1894 dice que en Zumarraga, en aquellas fechas, la empresa Justo Artiz y Cía estaba llevando a cabo la plantación de mimbre añadiendo que “esta industria es utilísima para un pueblo, porque es, digámoslo así, doméstica, pues se presta a que las familias puedan trabajar en sus respectivas casas. Se fabrican toda clase de objetos de mimbre, y una vez que se conozcan sus ventajas, promete extenderse mucho. Su producción actual no deja de ser respetable; casi todos los trabajos se hacen a mano”.

Los artesanos especializados en el arte de la cestería de mimbre trabajan sentados en una silla baja disponiendo al alcance de la mano lo necesario para su tarea que se lleva a cabo de forma totalmente artesanal al no disponer de más herramientas que sierras, tijeras, tenazas, cortantes, reglas, mazas, navajas y punzones.

CestasDiversas clases de cestas. (Fotografía: Julen Zabaleta).

A continuación el cestero procedía a cortar, utilizando tijeras, el extremo superior o punta del mimbre pasando a dividirlo en tres o cuatro partes mediante un cuchillo para acabar obteniendo las tiras e iniciando la confección de los cestos por la base que se soporta en dos o más mimbres enteros según la cesta a elaborar. Una vez terminado el fondo se pasa a elaborar el cuerpo del cesto colocando las tiras horizontales, para cada determinado número de las mismas situar otras de mayor tamaño para lograr una mayor solidez de la pieza hasta conseguir su terminación. La parte superior se remata con tiras más gruesas.

El trabajo puede finalizarse dándole un ligero color introduciéndolas en una mezcla de agua con anilina e incluso si el cliente lo desea barnizando las cestas. Las asas que requerían algunas cestas se elaboraban con mimbres enteros enrollados.

CestasPelando mimbre en las calles de Zumarraga a principios del siglo XX. (Fotografía: Fototeka kutxa).

Después de lo que llevamos expuesto pocas dudas pueden caber sobre el futuro de la cestería de mimbre siendo lo más probable que pase a engrosar la lista que ya es muy extensa de los trabajos artesanos que pasen al olvido.

Para la realización de este trabajo nos han sido de gran utilidad las investigaciones de:

  • Antxon Aguirre SorondoLaureano Paniagua artesano del mimbre”, publicado en Euskonews nº 261 del 2 a 16 de julio del 2004.
  • Juan Garmendia LarrañagaCestería fina del mimbre”.