El artesano

El primer Unzueta elaborador de cestas utilizando como materia prima el castaño, fue Melchor, de segundo apellido Campanaga, nacido en el caserio Matxorri, situado en el barrio Orozketa del pueblo bizkaino de Iurreta. Tras desempeñar varios trabajos, optó por aprender el oficio de cestero, con un experto en esta actividad, llamado Velez, que impartía sus conocimientos "en una tejavana", para acabar montando un taller en Durango, hacia 1927, en el que llegaron a trabajar la práctica totalidad de sus diez hijos – seis hombres y cuatro mujeres – cada uno en sus tareas específicas.

Es destacable su capacidad emprendedora, pues poco después, ante la demanda de la zona minera bizkaina,para la que llegaron a elaborar hasta cien unidades diarias, no dudó en montar un taller-almacén en Gallarta, a donde se trasladaron a vivir su mujer y sus dos hijos mayores, y que estuvo en funcionamiento desde 1930 hasta la guerra civil. Recordamos que los cestos para las minas servían para cargar los vagones y su capacidad era la equivalente a la cabida de una pala. También elaboraban cestos para el trasporte de pescado y en menor medida para el equipamiento de los burros. Los mayores de la zona minera recuerdan a los Unzueta como proveedores de productos de calidad y "honrados y trabajadores".

Aunque varios hermanos han continuado trabajando en la cestería de Durango hasta fechas relativamente recientes, su mantenedor ha sido Juan Unzueta Solaegui, nacido en Garai (Bizkaia) el 21 de Octubre de 1924. Tras cursar las enseñanzas básicas, cuando tenía once años empezó a aprender el oficio en el taller familiar, bajo la exigente autoridad de su padre, en jornadas interminables de ocho de la mañana a diez de la noche. Juan fue dominando las distintas facetas que requiere la fabricación de las cestas.

Juan UnzuetaEl maestro artesano Juan Unzueta. (Fotografía: Javier Carballo).

Después de más de setenta años de cestero, Juan Unzueta es un reconocido maestro en la elaboración de una gran variedad de productos que van desde las cestas más clásicas, hasta los de carácter decorativo. Hay que destacar su extraordinaria capacidad de trabajo, así como de innovación, habiendo introducido un gran número de cambios, que puede afirmarse, han revolucionado esta actividad, tanto en el diseño, como en las técnicas de elaboración. En ocasiones ha impartido cursos sobre cestería.

En opinión de Juan Unzueta, para desempeñar con éxito el oficio de cestero en general y específicamente el que utiliza la técnica del entrecruzado de flejes de castaño, son necesarias, al menos, dos condiciones. Por un lado sentir satisfacción por el trabajo bien hecho y por otro una cierta habilidad que la experiencia puede ayudar a adquirir.