La construcción de la caja armónica

Entre las tareas más significativas de los luthiers destacan la construcción de la tapa, el fondo y el mastil, así como el montaje del conjunto.

En el proceso artesanal actual tras decidir el modelo deseado y por medio de plantillas, se construye un patrón al que se le colocan seis tacos para lo que se utilizan colas naturales y sargentos. Por otro lado se hace el aro o lateral (1,2 mm. de espesor), conocido también como costilla o faja, para lo que como ya hemos señalado se utiliza madera de arce, que tras humedecerla y someterla a calentamiento por vapor se le da la forma deseada para, a continuación encolarla al conjunto formado por el patrón y los tacos.

El fondo de dos piezas (aunque puede ser de una) se forma mediante su unión utilizando colas naturales. Para ello se colocan sobre el patrón, afin de definir el contorno y proceder a su corte a las medidas deseadas. A continuación, utilizando gubias (debastado) y cepillos de luthería (aproximación al acabado) conseguir la bóveda exterior terminándola con cuchillas. La canaleta exterior en la que hay que incrustar el filete (que tiene finalidad protectora y decorativa), se consigue utilizando un gramil especial, para pasar a trabajar el abovedado interior y la distribución de grosores necesarios para que postriormente vibre la tapa, utilizando las mismas herramientas que en el curvado exterior.

La construcción de la tapa es bastante parecida a la del fondo, pero una vez acabado el abovedado interior se tallan las dos "efes". A la tapa se le encola la barra armónica para darle rigidez y lograr la propagación del sonido encolándose en la parte del bordón (la cuerda más grave).

El proceso continua encolando al conjunto formado por patrón, tacos y aros exteriores el fondo, para lo que se utilizan colas naturales y sargentos para pasar a extraer el patrón (quedando en el interior los tacos) y colocar la etiqueta del constructor en la parte izquierda interna y encolar la tapa, quedando cerrada la caja de resonancia o armónica y finalizar, esta fase del trabajo con el redondeo de los bordes o esquinas.

Andoni IñarraAndoni Iñarra y Laura Vicario en su taller de construcción de violines. (Foto Bernardo Corral/El correo).

Laura VicarioLaura Vicario colocando el alma. Al fondo, Andoni Iñarra. (Foto Bernardo Corral/El correo).