La fabricación de paraguas

A mediados del siglo XVII los paraguas fabricados en Francia tenían un mango de madera de palisandro, fresno, aliso o roble. Su longitud era de unos 1,20 metros con diez varillas de ballena de 80 cm., y horquillas de cobre de 16 a 36 cm. y un peso de 1,50 a 2 kgs. costando entre 50 y 60 francos. Se trataba de un utensilio que la familia transmitía de una generación a otra.

El paraguas, ha tenido a lo largo de la historia, numerosas aplicaciones, siendo una de las más curiosas la que realizó Barben-Dubourg a finales del siglo XVIII. En esta época el pararrayos recientemente inventado por Franklin, tuvo una gran notoriedad, hasta el punto de que se llegaron a construir portátiles partiendo del paraguas, para lo que se le colocaba en su extremidad superior una barra de hierro que comunicaba con el suelo por medio de un hilo conductor. El portador del paraguas-pararrayos,  lo sostenía por medio del mango de madera, que realizaba una función aislante, resguardándose a la vez, bajo el mismo.

Este artilugio se fue adaptando a los gustos de cada época, reduciéndose el mango y sustituyendo las ballenas por varillas de madera y más tarde de acero, simplificándose los componentes y aplicándose también las telas de colores, convirtiéndose en un complemento del vestido en las clases pudientes. Su peso, a mediados de siglo, era de unos 300 grs. y los procedimientos de fabricación se mejoraron sustancialmente, todo lo cual permitió una importante reducción de su precio.

Talleres de Garay de OñateHacia los años setenta, comprobando la inclinación de un parasol en los talleres de Garay de Oñate.